"Dios abre las crisis a perspectivas nuevas", señala el Papa en su comentario Francisco en el ángelus: "Pidamos que se detenga la guerra en Ucrania, recemos, recemos por los niños, los ancianos y los enfermos"
"Me preocupa la situación que se ha creado en los corredores humanitarios en el Cáucaso meridional, las situación de las poblaciones corre el riesgo de deteriorase", denunció el papa Francisco inmediatamente después del rezo del ángelus
Cuarto y último domingo de Adviento. La liturgia del día presenta la figura de san José, “un hombre justo” que es, además, uno de los santos de cabecera del papa Francisco, Y se le nota también hoy en la catequesis que ofrece este domingo desde el balcón del apartamento apostólico, previo al rezo de Ángelus
Francisco invitó a que “no hay que ceder a los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón, ¡este es un camino equivocado! Por el contrario, debemos acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis"
Francisco invitó a que “no hay que ceder a los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón, ¡este es un camino equivocado! Por el contrario, debemos acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis"
"Me preocupa la situación que se ha creado en los corredores humanitarios en el Cáucaso meridional, las situación de las poblaciones corre el riesgo de deteriorase", denunció el papa Francisco inmediatamente después del rezo del ángelus en este cuarto domingo de adviento, por lo que pidió "a todos los que están implicados, que se comprometan por el bien de las personas y nosotros recemos por la paz, a fin de que cese la violencia y se emprenda la política del diálogo".
"Le pedimos a la Virgen María, a la que nos invita la liturgia de hoy a contemplar, que interceda para que se detenga la guerra en Ucrania. No nos olvidamos de los niños, los ancianos, las personas enfermas. ¡Recemos, recemos por todos ellos!", clamó un conmovido papa Francisco, que ha visto cómo en los últimos días se ha incrementado de manera notable el lanzamiento de misiles desde Rusia hacia poblaciones ucranianas.
Antes, durante su comentario a la liturgia del cuarto y último domingo de Adviento, glosa la figura de san José, “un hombre justo” que es, además, uno de los santos de cabecera del papa Francisco, Y se le nota también hoy en la catequesis que ofrece este domingo desde el balcón del apartamento apostólico, previo al rezo de Ángelus.
Un hombre justo, a punto de casarse, lleno de sueños para la familia que va a formar pero que, inesperadamente, “se rompen contra un descubrimiento desconcertante”, como lo califica el Papa: su prometida espera un hijo, “¡y ese niño no es suyo!”, enfatiza Francisco para mostrar el “desconcierto, dolor, desorientación, quizá también enojo y desilusión” que sin duda sufriría José.
"La vía de la misericordia"
Ante esta situación, y frente a la posibilidad que le brindaba la ley de denunciar a María “y hacerle pagar el precio de una presunta infidelidad”, José apostó por otra segunda, “la vía de la misericordia”, la de “anular su compromiso en secreto, sin exponer a María al escándalo y a graves consecuencias, tomando sobre sí el peso de la vergüenza”.
La valentía de José “es heroica”, subraya el Papa, pues “deberá renunciar a sus confortantes certezas, a sus planes perfectos, a sus legítimas expectativas, y abrirse a un futuro enteramente por descubrir”, pero “Dios, que estropea sus planes, le pide que se fíe de Él”.
"José nos indica el camino"
Y “José responde sí”, incide el Papa, “José se fía, acoge, se hace disponible, no pide más garantías”, por lo que, llegado a este punto, Francisco asegura que “José nos indica el camino” cuando “quizá añoramos algunos sueños rotos, y vemos que las mejores esperanzas a menudo deben enfrentarse a situaciones inesperadas, desconcertantes”.
Por ello, Francisco invitó a que “no hay que ceder a los sentimientos negativos, como la rabia y la cerrazón, ¡este es un camino equivocado! Por el contrario, debemos acoger las sorpresas de la vida, incluidas las crisis, teniendo en cuenta que cuando se está en crisis no hay que decidir apresuradamente, según el instinto, sino que, como José, es preciso 'considerar todas las cosas' (cfr. v. 20) y apoyarse en el criterio principal: la misericordia de Dios”.
Y es que, concluyó la catequesis Francisco, “cuando se habita la crisis sin ceder a la cerrazón, a la rabia y al miedo, teniendo la puerta abierta a Dios, Él puede intervenir. Él es experto en transformar las crisis en sueños: sí, Dios abre las crisis a perspectivas nuevas, quizá no como nosotros nos esperamos, sino como Él sabe. Son los horizontes de Dios: sorprendentes, pero infinitamente más amplios y hermosos que los nuestros”.
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