"Tentando porfiadamente, Satanás muestra su obstinación en el mal" Las tentaciones de Jesús

Jesús
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"Tentando porfiadamente, Satanás muestra su obstinación en el mal, y la desgracia de quien se sabe condenado por eternidad. Jesucristo revelación del Amor divino es suma paciencia para con el hombre, incluso con el Diablo"

"Habiendo vencido el Hijo del hombre las tentaciones de la arrogancia, la soberbia y la redención fácil de los hombres, Jesús siguió su camino en busca de la oveja descarriada"

¿Y tú, ¿deseas seguir a tu arbitrio tu vida cristiana, cuando sabes todo el empeño y el sufrimiento que el Hijo de Dios puso para que te dejases llevar en sus brazos?, o ¿seguirás confiando en tus fuerzas y demás poderes del mundo para salvarte?"

Estando Jesús en las aguas del Jordán recibiendo el bautismo de Juan, sucedió que se abrió el cielo, y se vio como descendía el Espíritu Santo y se posaba sobre Jesús.

Doble gesto encierra ese acudir a Juan

Primero, el proceder de Juan no es algo caprichoso y ocurrente. Cristo argumentará contra los fariseos que le preguntan sobre el origen de su persona, cuando les pregunta: “¿El bautismo de Juan de dónde venía? ¿Del cielo o de los hombres? Y ellos recapacitaron: Si decimos de los hombres, tememos a la gente que tiene a Juan por profeta; si decimos de Dios, nos dirá, ¿entonces como no le creísteis? Y resolvieron contestar a Jesús: No sabemos cuál fue el origen del bautismo de Juan. Y Jesús les contestó: Pues tampoco yo os digo de dónde vengo”.

Segundo, el gesto de solidaridad con la humanidad pecadora, recibiendo esa agua purificadora e inicio de una vida nueva, fue ‘reconocido’ por el Padre que, haciendo visible la efusión del Espíritu, dio, con su palabra, testimonio de que el Pobre de Nazaret era su Hijo muy amado, a quien debíamos escuchar y seguir.

Habiendo sido detenido Juan el Bautista, Jesús se volvió a Galilea. Pensaba sobre su misión y el Reino de Dios que debía anunciar, cuando decidió detenerse, y en la soledad recogerse, y con su Padre quedarse para mejor realizar la empresa para la que había sido enviado.

Estando inmerso en la oración, el tiempo se detuvo para Jesús, pues en la divinidad sólo hay un eterno e infinito presente. Mas no está solo. En esa intimidad amorosa y trinitaria, a medida que pasan los días, el hermano cuerpo se incomoda por no cubrir su necesidad más elemental: comer. "Y transcurridos cuarenta días Jesús sintió hambre".

Habiéndose acercado el Tentador, le sugirió esta idea: ¿Por qué pasar hambre si eres el Hijo de Dios? ¿No sufras sin necesidad, o es que eres un masoquista? Usa tu poder y convierte en pan estas piedras. Si les vienes a salvar comienza por ti, utiliza tu divinidad a tu gusto y necesidad. No seas como esos desgraciados humanos, que tienen que cargar con la ira divina, por sus horrendos pecados. Díjole, Jesús, calla Satanás, la mentira es tu verbo y la doblez tu maestría. “No sólo de pan vive el hombre, sino también de toda palabra que pronuncia Dios.”

Buscando despertar la fe, elevar el corazón del hombre a su Dios, descubrir que habían llegado los días del Mesías, Cristo realizaría sus signos. Tiempos de gracia, llenos de sanación y conversión. Misericordia a raudales para los humildes, no así para el soberbio Príncipe de las tinieblas.

Acercándose de nuevo Satanás le sugirió esta tentación. Desciende desde lo alto del templo, que todos te vean, así nadie dudará de tu procedencia ni de la santidad de tu mensaje. ¿O es que confías en que esas rudas gentes crean a un oriundo de Nazaret, sin cultura, con solo tu palabra y tus hechizos? Pan y circo es lo que desea ese hombre que vienes a redimir. Té buscarán por los milagros que hagas, ¡ya lo verás!

Considerando las palabras del Tentador, Jesús pensó que alguna veracidad contenían. Pero era el precio que tenía que pagar por su encarnación. Él vino para salvarnos a todos, pero cada uno tendremos que recibir al mensajero y su mensaje, en las condiciones que el Padre ha determinado desde su sabiduría y libertad. Es evidente que el proceder de Dios no es el de los hombres, tan veleidoso. Dios Padre es siempre el mismo: el Todopoderoso, el Santo, el totalmente Otro, y no se mudó, por la encarnación de su Hijo. A ese Dios, todos le debemos adoración, escucha y obediencia, y al Hijo, hecho hombre, también, aún en su debilidad. La humildad, la pobreza y la misericordia de Jesús son pedagogía divina para nosotros. Él no necesita ser santo. Nosotros sí debemos ser santos. Cristo es santo porque es Dios.

Tentando porfiadamente, Satanás muestra su obstinación en el mal, y la desgracia de quien se sabe condenado por eternidad. Jesucristo revelación del Amor divino es suma paciencia para con el hombre, incluso con el Diablo.

Llevándole a un lugar alto, le mostró en un instante todos los reinos del mundo, y dijo a Jesús, que es el Salvador, el Rey y Señor, que todo su dominio se lo daba si postrándose le adoraba. Redención fácil e incruenta que alagaba los oídos de cualquier mortal soñador, pero que no cabían en el corazón de Dios. ¿La misma Iglesia, acaso, no ha soñado más de una vez con un mundo completamente cristiano? ¿No es sucumbir a la tentación de un fácil mesianismo? Recordad, nos dirá san Pablo: A precio de qué Sangre habéis sido redimidos. Y, también, sobre el coste de su redención: (Cristo) me amó y se entregó a la muerte por mí.

Amando se demuestra el amor. Dando la vida para que la tengan en abundancia cómo realmente se vive. Porque muriendo por amor es cómo se resucita. Porque amar es morir, y morir por amor es pasar de la muerte a la Vida.

Díjole Jesús: -No tentarás al Señor-, y el diablo se alejó hasta otra ocasión.

Habiendo vencido el Hijo del hombre las tentaciones de la arrogancia, la soberbia y la redención fácil de los hombres, Jesús siguió su camino en busca de la oveja descarriada.

-Y tú, ¿deseas seguir a tu arbitrio tu vida cristiana, cuando sabes todo el empeño y el sufrimiento que el Hijo de Dios puso para que te dejases llevar en sus brazos?, o ¿seguirás confiando en tus fuerzas y demás poderes del mundo para salvarte?

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