"Son, en medio de nuestro mundo, un testimonio de otro modo de vida, de otros ideales" Descubrir, apreciar y conocer la Vida Consagrada

Una religiosa
Una religiosa

"Los consagrados y consagradas son esas personas que han descubierto una vocación especial en sus vidas y, siguiendo la llamada del Señor, lo han dejado todo para vivir en pobreza, castidad y obediencia"

"En medio de su fragilidad y de su pecado, descubriréis que nos desvelan una nueva sabiduría que siempre es profética, buena noticia en un mundo contagiado de tanto pesimismo y donde la dignidad de cada persona no siempre es suficientemente reconocida y valorada"

Cada 2 de febrero, la Iglesia nos invita a poner nuestra mirada de agradecimiento en tantos hombres y mujeres que han consagrado su vida por entero a la causa del Reino. Los consagrados y consagradas son esas personas que han descubierto una vocación especial en sus vidas y, siguiendo la llamada del Señor, lo han dejado todo para vivir en pobreza, castidad y obediencia. Son así, en medio de nuestro mundo, un testimonio de otro modo de vida, de otros ideales. Viviendo en la fraternidad de sus comunidades son fermento de una humanidad diferente, renovada por Cristo.

‘Informe RD’ con análisis y el Documento Final del Sínodo

En nuestra diócesis de Mondoñedo-Ferrol existen diversas presencias de consagrados y consagradas en diferentes lugares y con distintas formas. Responden a distintos carismas pero a una única misión: animar el encuentro con Jesús, mostrar al mundo la hermosura del Evangelio y de la vida que conlleva. Sus vidas están dedicadas a promover a la mujer, a educar integralmente a la infancia y la juventud, al cuidado de los ancianos y de las personas vulnerables, a la vida de adoración y de intercesión por el mundo, a la atención del mundo rural, a la acogida de personas migrantes, al cuidado de las personas sin hogar, al acompañamiento de menores en diferentes situaciones, a la educación en la fe... Son muchas tareas, muy distintas, pero todas igualmente valiosas. Responden a las llamadas que el Espíritu ha ido haciendo como respuesta a necesidades que han surgido.

Detrás de cada presencia e iniciativa existen muchos rostros concretos de personas que gastan su vida por los demás. Todas ellas hacen de su existencia una ofrenda oblativa. Y lo hacen porque el encuentro con el tesoro que es Cristo nunca encierra en uno mismo sino que nos abre en don para los demás.

Cartel de la Jornada de la Vida Consagrada
Cartel de la Jornada de la Vida Consagrada CEE

Esta Jornada que celebramos busca descubrir, conocer y apreciar a las personasconsagradas que buscan configurarse con Cristo a través de su preciosa vocación. Me parecen importantes los tres verbos. Descubrir, porque muchas veces lo más cercano a nosotros es lo que más desconocemos. Nos pasa como en nuestra propia ciudad, que solo la visitamos cuando viene alguien de fuera que nos desvela los tesoros que están tan cerca de nosotros y no sabemos valorar. Conocer, porque lo que no se conoce no se valora ni se aprecia, porque el conocimiento nos lleva al amor y al cariño. Apreciar, porque solo desde la valoración de lo descubierto podemos proponer, enseñar, imitar.

Por desgracia, creo que en el seno de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia la vida consagrada no ha sido del todo descubierta, conocida ni valorada

Por desgracia, creo que en el seno de nuestra sociedad y de nuestra Iglesia la vida consagrada no ha sido del todo descubierta, conocida ni valorada. Quizás, por eso, atraviesa dificultades y situaciones complejas que solo pueden ser superadas desde la perseverancia, la entrega y el testimonio. Recuerdo aquí las palabras del papa Benedicto: “No os unáis a los profetas de desventuras que proclaman el final o el sinsentido de la vida consagrada en la Iglesia de nuestros días, más bien revestíos de Jesucristo y portad las armas de la luz permaneciendo despiertos y vigilantes”. Desde luego, vale la pena una vida que apunta y señala hacia el infinito, hacia el amor de Dios que nos acoge.

Día de la vida consagrada, de los y las religiosas
Día de la vida consagrada, de los y las religiosas Jose Moreno Losada

Os invito a que, durante estos días, os acerquéis a alguna casa de los religiosos y religiosas de nuestra diócesis, o a que os acerquéis a alguno de ellos. Preguntadles y compartid con ellos vuestros interrogantes, dudas, propuestas... En medio de su fragilidad y de su pecado, descubriréis que nos desvelan una nueva sabiduría que siempre es profética, buena noticia en un mundo contagiado de tanto pesimismo y donde la dignidad de cada persona no siempre es suficientemente reconocida y valorada. Necesitamos su testimonio y acompañamiento. Ellos son, como nosotros, peregrinos y sembradores de una esperanza que les es dada. Junto a ellos, sigamos edificando la Iglesia y la sociedad que necesitamos.

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