En el Ángelus del día de la resurrección, el papa hizo referencia, entre otras cosas, a las guerras, pidiendo que se pongan fin a ellas,  y habló también, por primeras vez, de las sancionesque penalizan   a los pueblos: “Considerando las circunstancias, se relajen además las sanciones internacionales de los países afectados, que les impiden ofrecer a los propios ciudadanos una ayuda adecuada, y se afronten —por parte de todos los Países— las grandes necesidades del momento, reduciendo, o incluso condonando, la deuda que pesa en los presupuestos de aquellos más pobres.» Mas adelante, sus palabras tienen un tono mas radical en lo que corresponde a las guerras: “quienes tienen responsabilidades en los conflictos, para que tengan la valentía de adherir al llamamiento por un alto el fuego global e inmediato en todos los rincones del mundo. 

Si yo entiendo bien la palabra “alejen” quiere decir hacer mas suaves las sanciones para  que sean  menos duras para los pueblos, victimas de ellas.  Su manera de tratar de las sanciones me deja como impresión que, por el papa, ellas son legitimas y que pueden ser utilizadas  contra otros países y pueblos. Pues no pide que se ponga fin a todas las sanciones que no se conforman a la Carta magna de las N.U.. Deja, así, la puerta abierta al gran maestro de las sanciones en el mundo, Estados Unidos, para seguir, utilizándolas, para obtener sus objetivos de conquistas.

Evidentemente, me felicito de que el papa haya hablado por primera vez de las sanciones, sin embargo me preocupa el hecho que no les haya condenas y que no haya identificado los principales responsables de esas sanciones. Todo el mundo  sabe que Estados-Unidos es el campeón de las sanciones en contra de los países que no le conviene. Las principales victimas por el momento son: Cuba, Venezuela y Iran.

¿Qué dice el  Secretario General de las N.U. al respecto de las sanciones?

“Ante la pandemia del nuevo coronavirus que enfrenta el mundo, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Antonio Gutiérrez, exhortó a levantar sanciones impuestas a diferentes países para garantizar el acceso a los alimentos, suministros de salud y asistencia.”

Como lo vemos, no llama a ser mas atentos con las sanciones sino a levantarlas.Además de ser criminales para los pueblos, victimas de ellas, son igualmente ilegitimas en cuanto al derecho internacional. Una frontera que no cruzo el papa Francisco en su referencia a las sanciones. 

En el caso de las condenas de las guerras, el Papa hizo suya la declaración del Secretario general de las N.U. 

“Por eso, hoy pido un alto al fuego mundial inmediato en todos los rincones del mundo.   Es hora de “poner en encierro” los conflictos armados, suspenderlos y centrarnos juntos en la verdadera lucha de nuestras vidas.  A las partes beligerantes les digo:   Cesen las hostilidades.   Dejen de lado la desconfianza y la animosidad.   Silencien las armas; detengan la artillería; pongan fin a los ataques aéreos.  Es crucial que lo hagan … “

Se trata de una “Declaración” general que se dirige a todos los países que fomentan guerras. El Papa se declaro de inmediato enteramente de acuerdo con el SG.

https://www.religiondigital.org/humanismo_de_jesus/VATICANO-ONU-SOLA-VOX_7_2217748226.html 

No es costumbre del Vaticano, incluyendo  del papa, de hacer declaraciones que se dirigen de una o otra forma en contra de los Estados Unidos, sobre todo cuando se trata de “política” y de “economía”. En la mayoría de los conflictos políticos de los países de América latina en contra de las intervenciones de E.U. en sus países, el Vaticano, el Papa, los episcopados actúan mas en apoyo a esas intervenciones que en apoyo a sus pueblos y gobiernos.

Uno puede preguntarse ¿por qué? En el contexto de la “ catolicidad”  que hace de la Iglesia una referencia de gran independencia frente a los distintos poderes que se expresan en el mundo, su parcialidad afecta directamente su credibilidad. Llegamos siempre a esa declaración de Jesus: uno no puede servir dos maestros... 

Oscar Fortín

Día de la resurrección del Jesús crucificado