La credulidad no admite réplicas... y replica.
Les podrían resultar indiferentes las críticas; podrían argüir con respuestas adecuadas... Pero no, rechazan la crítica y denuestan a quien pone en evidencia sus vergüenzas. Es bien sabido que ésa es la postura del débil; que ésa es la reacción del que no está convencido de sus verdades.
Dicha reacción, tópica y típica, es la de siempre, variable según los siglos:
ETAPA 1ª.- Estáis condenados al infierno por faltar a la verdad, por pecar contra el Espíritu Santo, pecado que ni el mismo Dios puede perdonar. Y como estais condenados, os entregamos al poder civil para "quemar" la inmundicia que lleváis dentro y para que vuestra infección no contagie al resto de la sociedad: ¡a la hoguera! (siglos IV a XVIII)
ETAPA 2ª.- "Sois unos ateos: incrédulos, irreligiosos, antirreligiosos, impíos, descreídos, satánicos, nefandos, volterianos, paganos, profanadores, indevotos, teófobos, irreverentes, irrespetuosos, apóstatas, relapsos, infieles, heterodoxos, sacrílegos, blasfemos, impenitentes, inhumanos..." (relación de sinónimos del Diccionario de los mismos) "Merecéis el rechazo de la sociedad", "os falta el espíritu", "sois unos materialistas", "la sociedad camina a la ruina con vosotros"... o bien la práctica habitual romana:"Quien dijere que [las apariciones de la Virgen son un cuento], sea anatema". (siglos XVIII a XX)
ETAPA 3ª.- ¿No tenemos derecho a pensar, creer y practicar lo que queramos? ¿Qué mal os hacemos? ¿Por qué no nos dejáis en paz? Por otra parte, ¿no estáis un poco atrasados? Eso ya lo decían en el siglo pasado y mirad... ¿Y no os dais cuenta de que sin religión el hombre está perdido? ¿No veis lo que ha sido de los pueblos sin religión? (Finales del XX-XXI)
Es lo que va de una sociedad libre y liberada a una sociedad controlada por la teología. Irán, Arabia Saudí y similares no han superado todavía la etapa primera. Estoy por decir que ni siquiera EE.UU.
Esto en cuanto al poder del poder dominante.
Respecto a la verdad de sus verdades, es la diferencia que hay entre una sociedad inculta, cuyo intelecto se nutría de credos, letanías y padrenuestros, único sustento de su memoria, una sociedad donde las soflamas crédulas eran el pan nuestro intelectual de las masas, una sociedad donde la palabra del chamán/sacerdote era "palabra de Dios"... a otra sociedad donde la educación se ha hecho masiva; otra sociedad en la que el acervo cultural, aunque sea mínimo, permite que la persona opine por sí misma; otra sociedad que lee y se informa; otra sociedad que ha accedido al ocio que procura la comunicación y la información. En fin, una "aldea global" que permite el relativismo de cualquier "verdad eterna".
Es el camino que va desde aquel todavía resonando en nuestro oídos "extra Ecclesiam nulla salus" al "oremos por la unidad de los cristianos" o a la "Conferencia Mundial de Religiones", cuyos enunciados conclusivos ni siquiera se atreven a decir la palabra "Dios" y navegan por moralinas edulcoradas.
De ahí, las preguntas pertinentes: ¿Y esto no les hace pensar a cuantos defienden con uñas y dientes su status crédulo? ¿No les puede hacer más humildes? ¿No les puede llevar a decir:"Quizá tengan razón"?
O bien, podrían decirse a sí mismos: ¿En qué soy diferente a ellos por creer? ¿Podría vivir igual sin necesidad de perder tiempo y energías en sustentar mi credo? ¿No viven igual o mejor que yo los que han dado de lado lo que yo defiendo? ¿Habrán perdido algo al dejar las prácticas religiosas? Pues ni se hacen la pregunta ni, menos, quieren aceptar las respuestas.