Cumbre de mandatarias por la igualdad
Me parece que ha pasado desapercibida una reunión de mujeres mandatarias que organizó Michelle Bachelet en su condición de directora de ONU mujeres. Han publicado un documento, que coincide en el tiempo con la declaración de la conferencia episcopal sobre el género y por ello, me he permitido reproducirla porque son dos visiones radicalmente distintas del problema, que tendrán que convivir en el mismo espacio ¿Saldrán chispas? ¿Llegarán a acuerdos? El futuro lo dirá.
“En esta reunión, presidentas, primeras ministras y ex mandatarias reafirmaron la igualdad de género como uno de los pilares del desarrollo sustentable. Se reunieron cuatro presidentas, tres primeras ministras y cuatro ex mandatarias, encabezadas por Michelle Bachelet. Las críticas al documento final de la Conferencia sobre Desarrollo Sustentable, que en su capítulo de igualdad de género eliminó toda referencia a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, atravesaron la conferencia en la que, sin embargo, las participantes coincidieron en la necesidad de “profundizar la lucha para garantizar la ampliación de los derechos y el empoderamiento de las mujeres”. “El documento reafirma el valor de la lucha contra todo tipo de discriminación con las mujeres, por la igualdad de su participación y su lugar decisivo para un desarrollo sustentable”, destacó Bachelet. Sobre los derechos que no fueron incluidos, explicó que “es un resultado del consenso, algunos países no han estado de acuerdo. Por eso hoy hemos hecho un llamado a las mujeres a seguir en la lucha para lograr la inclusión de todos los derechos”.
La alusión a los derechos sexuales y reproductivos, presente en el borrador que llegó a Río, fue eliminado en la madrugada del martes, en la carrera por alcanzar un texto de consenso y evitar el fracaso (o un fracaso aún mayor, según cada punto de vista) de la cumbre que termina hoy. Fue determinante la presión del Vaticano, que no es miembro de Naciones Unidas, pero está presente y tiene sus voceros, como fueron en este caso los delegados del gobierno de Chile, según confiaron a este diario fuentes diplomáticas. Por otras razones, se opusieron también los países islámicos.
El encuentro fue convocado bajo la consigna “El futuro que las mujeres quieren”. Además de Bachelet, estuvieron las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff; de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda: de Suiza, Eveline Widmer-Schlumpf, y de Lituania, Dalya Grybauskaite.
En la apertura, Bachelet destacó que en 20 años, desde la Cumbre de la Tierra de 1992, el papel de las mujeres en las posiciones de liderazgo ha crecido. Hubo aplausos, pero también protestas: activistas feministas desplegaron un cartel con la leyenda “Río+20 Traición a las mujeres del planeta”.
Dilma destacó que Río+20 “presenta la posibilidad de incorporar los derechos de las mujeres al plano del desarrollo sostenible”, es decir, haciendo un uso racional de los recursos naturales cuidando el medio ambiente. “El papel de las mujeres es fundamental para el desarrollo de la ciudadanía plena, y en Brasil son las mujeres las grandes aliadas para la erradicación de la pobreza”, dijo. Puso como ejemplo que en su país “el 93 por ciento de las tarjetas de planes sociales está en manos de mujeres”. Y que aquí “los derechos sexuales y reproductivos y la planificación familiar están garantizados”. Convocó a “fortalecer la faceta emprendedora de las mujeres” y advirtió que la crisis económica y financiera contribuye a “precarizar derechos: las mujeres y las niñas son la cara principal de la pobreza en el mundo”.
Luego, Chinchilla Miranda, de Costa Rica, destacó los méritos de su país: desde que hace más de medio siglo que no tiene ejército, por lo que “todas las mujeres saben que sus hijos no van a morir en una guerra”, hasta “la participación femenina de un 40 por ciento en puestos legislativos”, incluyendo el dato de que el 90 por ciento de la energía que se genera en el país es renovable. “Nunca han estado las mujeres más preparadas para el liderazgo y nunca el mundo ha estado más necesitado del liderazgo femenino”, enfatizó la mandataria.
También intervinieron la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson Miller, y su par de Australia, Julia Gillard, que coincidieron en destacar “la necesidad de la igualdad de género como uno de los pilares del desarrollo sustentable, con inclusión”.
El discurso más duro fue de las ex mandatarias. Mary Robinson, ex primera ministra de Irlanda, reprochó la debilidad del documento negociado. “No debe haber ningún retroceso en materia de derechos. Porque los derechos reproductivos son esenciales para las mujeres”, sostuvo Robinson, militante feminista y luchadora por los derechos humanos. Su discurso fue el más aplaudido. A su cuestionamiento se sumó la ex primer ministra de Finlandia Tarja Halonen, que manifestó su “frustración” por el resultado final del documento.
Dilma respondió destacando que el documento obtenido es el resultado del multilateralismo. “Hasta hace unas décadas las relaciones internacionales eran producto del bilateralismo, de posiciones hegemónicas que se imponían al resto de los países. Hoy se toman en consideración posiciones diversas”, destacó, para explicar el porqué de las concesiones. “No estamos satisfechos con el resultado”, aclaró Bachelet en el cierre del encuentro. Y convocó a los movimientos de mujeres a seguir impulsando “una plataforma común para alcanzar un estadio mejor” en la igualdad de derechos.
“En esta reunión, presidentas, primeras ministras y ex mandatarias reafirmaron la igualdad de género como uno de los pilares del desarrollo sustentable. Se reunieron cuatro presidentas, tres primeras ministras y cuatro ex mandatarias, encabezadas por Michelle Bachelet. Las críticas al documento final de la Conferencia sobre Desarrollo Sustentable, que en su capítulo de igualdad de género eliminó toda referencia a los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, atravesaron la conferencia en la que, sin embargo, las participantes coincidieron en la necesidad de “profundizar la lucha para garantizar la ampliación de los derechos y el empoderamiento de las mujeres”. “El documento reafirma el valor de la lucha contra todo tipo de discriminación con las mujeres, por la igualdad de su participación y su lugar decisivo para un desarrollo sustentable”, destacó Bachelet. Sobre los derechos que no fueron incluidos, explicó que “es un resultado del consenso, algunos países no han estado de acuerdo. Por eso hoy hemos hecho un llamado a las mujeres a seguir en la lucha para lograr la inclusión de todos los derechos”.
La alusión a los derechos sexuales y reproductivos, presente en el borrador que llegó a Río, fue eliminado en la madrugada del martes, en la carrera por alcanzar un texto de consenso y evitar el fracaso (o un fracaso aún mayor, según cada punto de vista) de la cumbre que termina hoy. Fue determinante la presión del Vaticano, que no es miembro de Naciones Unidas, pero está presente y tiene sus voceros, como fueron en este caso los delegados del gobierno de Chile, según confiaron a este diario fuentes diplomáticas. Por otras razones, se opusieron también los países islámicos.
El encuentro fue convocado bajo la consigna “El futuro que las mujeres quieren”. Además de Bachelet, estuvieron las presidentas de Brasil, Dilma Rousseff; de Costa Rica, Laura Chinchilla Miranda: de Suiza, Eveline Widmer-Schlumpf, y de Lituania, Dalya Grybauskaite.
En la apertura, Bachelet destacó que en 20 años, desde la Cumbre de la Tierra de 1992, el papel de las mujeres en las posiciones de liderazgo ha crecido. Hubo aplausos, pero también protestas: activistas feministas desplegaron un cartel con la leyenda “Río+20 Traición a las mujeres del planeta”.
Dilma destacó que Río+20 “presenta la posibilidad de incorporar los derechos de las mujeres al plano del desarrollo sostenible”, es decir, haciendo un uso racional de los recursos naturales cuidando el medio ambiente. “El papel de las mujeres es fundamental para el desarrollo de la ciudadanía plena, y en Brasil son las mujeres las grandes aliadas para la erradicación de la pobreza”, dijo. Puso como ejemplo que en su país “el 93 por ciento de las tarjetas de planes sociales está en manos de mujeres”. Y que aquí “los derechos sexuales y reproductivos y la planificación familiar están garantizados”. Convocó a “fortalecer la faceta emprendedora de las mujeres” y advirtió que la crisis económica y financiera contribuye a “precarizar derechos: las mujeres y las niñas son la cara principal de la pobreza en el mundo”.
Luego, Chinchilla Miranda, de Costa Rica, destacó los méritos de su país: desde que hace más de medio siglo que no tiene ejército, por lo que “todas las mujeres saben que sus hijos no van a morir en una guerra”, hasta “la participación femenina de un 40 por ciento en puestos legislativos”, incluyendo el dato de que el 90 por ciento de la energía que se genera en el país es renovable. “Nunca han estado las mujeres más preparadas para el liderazgo y nunca el mundo ha estado más necesitado del liderazgo femenino”, enfatizó la mandataria.
También intervinieron la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson Miller, y su par de Australia, Julia Gillard, que coincidieron en destacar “la necesidad de la igualdad de género como uno de los pilares del desarrollo sustentable, con inclusión”.
El discurso más duro fue de las ex mandatarias. Mary Robinson, ex primera ministra de Irlanda, reprochó la debilidad del documento negociado. “No debe haber ningún retroceso en materia de derechos. Porque los derechos reproductivos son esenciales para las mujeres”, sostuvo Robinson, militante feminista y luchadora por los derechos humanos. Su discurso fue el más aplaudido. A su cuestionamiento se sumó la ex primer ministra de Finlandia Tarja Halonen, que manifestó su “frustración” por el resultado final del documento.
Dilma respondió destacando que el documento obtenido es el resultado del multilateralismo. “Hasta hace unas décadas las relaciones internacionales eran producto del bilateralismo, de posiciones hegemónicas que se imponían al resto de los países. Hoy se toman en consideración posiciones diversas”, destacó, para explicar el porqué de las concesiones. “No estamos satisfechos con el resultado”, aclaró Bachelet en el cierre del encuentro. Y convocó a los movimientos de mujeres a seguir impulsando “una plataforma común para alcanzar un estadio mejor” en la igualdad de derechos.