Somos tan modernos que estamos acabando con todas las tradiciones, religiosas y no religiosas. En estas semanas las calles se llenan de luces, pero se confunden los motivos pues se oye poco hablar de la palabra Navidad y en aras de la defensa de la libertad religiosa, algunos ayuntamientos se niegan a instalar pesebres en sus plazas y tampoco organizan en los colegios coros con villancicos y panderetas. Eso sí, el Mesías de Haendel, es una música tan extraordinaria que resiste a todos los embates

Las fechas navideñas están al caer y aunque a las personas mayores nos pese la falta de seres queridos, que disfrutaron con nosotros las fiestas de años anteriores, tenemos el deber de seguir celebrando el nacimiento del hijo de Dios que llenaba de esperanzas la tierra. Son días misteriosos que nos dan que pensar y en los que parece que el mundo se detiene para que los seres humanos podamos hermanarnos y abandonar los odios que anidan en nuestros corazones… aunque sea por un rato

Para favorecer este clima me he permitido escribir un libro de cuentos para todas las edades que ilustra una hija mía pues pretende involucrar a muchas generaciones. No tienen ninguna pretensión sólo quieren ofrecer ternura, compasión, perdón, paz y alegría resucitando personajes que fueron protagonistas en aquellos momentos del nacimiento de Jesucristo.

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