La ecología integral: un reto para las mujeres

El cardenal Peter Kodwo Appiah Turkson, presidente de la Comisión Pontificia Justicia y Paz, quien desde enero dirigirá el nuevo Departamento de Servicio del Desarrollo Humano Integral evoca las perspectivas de una ampliación de la encíclica Laudato Si, Su desarrollo corresponde a las diferentes conferencias episcopales, pues una constante de la encíclica es la colegialidad para crear “un motor que proteja nuestro hogar común”. El tema lo ha presentado en París dentro del simposio La Tierra, nuestro hogar común: Retos y Esperanzas, organizado por la Misión de la Santa Sede ante la UNESCO. El prelado tiene sus esperanzas en el papel de África en el desafío ecológico en una entrevista que reproduzco.

Eminencia, Wangari Maathai, una mujer keniata ecologista y Premio Nobel de la Paz, dijo que se había inspirado en la Biblia. Piensa que en África, y en otras partes del mundo, ¿las mujeres tienen mucho que decir sobre la ecología integral que se encuentra en el centro de la Laudato Si?
La relación se puede ver fácilmente, sobre todo en África. Tradicionalmente, el cultivo de la tierra y la búsqueda del agua la llevan a cabo las mujeres por los que están un poco más cerca de los elementos de la naturaleza. Pero en la crianza de los hijos, la transmisión de esta sensibilidad con el medio ambiente, puede ser compartida por los padres y sobre todo por la escuela, si se quiere avanzar hacia el objetivo del milenio sobre los sistemas educativos.

¿El vínculo entre la protección de la creación y la búsqueda de la paz es cada vez más claro? Francisco nos invita a ir más allá de la simple ecuación de guerra-paz. La realización de la paz compete a muchas experiencias en la sociedad. Las mujeres, en particular, pueden inspirar la paz en la familia y en la sociedad, infundiendo armonía y estabilidad. No sólo en África, en todas partes del mundo puede brillar esta luz que saldría del potencial innato que tienen las mujeres.

¿África tiene un mensaje particular ambiental que ofrecer? África es una víctima del cambio climático pero de las dificultades surgen invitaciones para la solidaridad, por ejemplo, entre las regiones fértiles y desérticas. Para Europa y el mundo, África puede recordarnos de donde viene la comida y quién la produce pues los africanos no han perdido el contacto con la tierra. No pueden creer que el origen de la comida sea un supermercado. La encíclica habla mucho de nuestra relación con la creación, y en este apartado los africanos tenemos mucho que decir. Pero es un gran reto pues también en Ghana pueden desaparecer las costumbres tradicionales que protegen el medio ambiente, sin dar lugar a una nueva cultura de la reforestación.

Santa Teresa de Calcuta dijo que se debe actuar sobre los alimentos ¿Debe ser una prioridad de los creyentes? Ciertamente, se tiene que mantener la vigilancia de la industria y de los que producen. Por ejemplo, podemos pedir que las fechas de caducidad de los alimentos estén bien calibradas para desalentar el consumo de lo caducado. En general, se necesitaría un poco "más de espiritualidad para reconocer que nuestra satisfacción proviene no sólo de lo que compramos”.

Vd. presenta la encíclica Laudato Si "como la Rerum Novarum del Siglo XXI” ¿Qué quiere decir? En nuestro mundo, las cosas nuevas no cesan. Las tecnologías crecen pero también la conciencia del medio ambiente y del cambio climático, que se pueden ver afectadas por los peligros que engendra el progreso. La Laudato Si "nos invita a evaluar las cosas nuevas para permitir que exista un mundo futuro”. El Santo Padre, nos ha recordado en Nairobi, que el mundo puede parecer orientado al suicidio, pues destruye los elementos de los que depende la vida.

La Laudato Si ¿Está favoreciendo el ecumenismo y el diálogo interreligioso? Sin duda alguna. El Patriarca Bartolomé I ha estudiado y profundizado el pecado en nuestra relación con el medio ambiente, en la reciprocidad y la solidaridad con la Iglesia ortodoxa, Francisco nos pidió que observemos cada 1 de septiembre, una fecha de oración por la creación. Después de la publicación de la Laudato Si, observamos buenas resonancias en otras religiones. Incluso los musulmanes y los judíos estudian la encíclica con interés y se extiende la necesidad de realizar reuniones conjuntas sobre el tema ya que supone una amenaza común.
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