La religiosa vedruna, recordada en el Bagés Cinco años sin María Trullols

La hermana Maria Trullols, una mujer fuerte, valiente y sencilla, llegó a Manresa por primera vez el 28 de septiembre de 1968, como maestra del centro Els Infants. Éste fue su primer destino después de hacer el noviciado y la carrera
Mujer alegre y decidida, sin miedos y llena de entusiasmo, amiga de todo el mundo
Hoy, 22 de marzo, hace cinco años que murió la hermana Maria Trullols, religiosa de la congregación de las Carmelitas Vedruna. Y fue el pasado 3 de febrero, cuando la escuela Vedruna de Manresa inauguró su nueva biblioteca que, con una superficie de 60 m2, lleva el nombre de esta insigne maestra y psicopedagoga.
La hermana Maria Trullols, una mujer fuerte, valiente y sencilla, llegó a Manresa por primera vez el 28 de septiembre de 1968, como maestra del centro Els Infants. Éste fue su primer destino después de hacer el noviciado y la carrera. Posteriormente fue enviada a Cambrils y a Bellpuig, con el objetivo de cerrar la escuela de esta villa de la comarca de Urgell. Pero la hermana Maria, lejos de cerrarla, y apoyada por los padres de los alumnos, la revitalizó.
En 1985 la hermana Maria Trullols volvió a Manresa, al colegio Vedruna, donde estuvo hasta que murió, hoy hace cinco años. En su larga etapa en la capital de la comarca del Bages, la hermana Trullols fue la titular de la escuela y la coordinadora de la comunidad Vedruna de Manresa.

La hermana Maria Trullols no tuvo una infancia fácil. Nacida en l’Espluga de Francolí el 3 de marzo de 1944, quedó huérfana de padre y de madre cuando tenia seis años y por eso fue criada por una tía suya.
La hermana Maria Trullols ingresó en la congregación de las Carmelitas de la Caridad Vedruna, en 1964. Mujer alegre y decidida, sin miedos y llena de entusiasmo, amiga de todo el mundo, la hermana Maria Trullols, en una entrevista al periódico Regió 7, el 2014 y con su simpatía de siempre, decía que después de tantos años en Manresa, “ya me podrían hacer hija adoptiva”. Su trabajo abnegado en la escuela dio un fruto abundante, con centenares de exalumnos que la recordaban con afecto y agradecimiento. Y por eso la hermana Maria decía, con su buen humor de siempre: “Eso quiere decir que no lo hemos hecho mal”.
Como dijo Jordà Abrodos, maestro de la escuela Vedruna de Manresa, la biblioteca Maria Trullols es “el espacio donde volar, soñar, confiar y disfrutar del gran placer y del gran aprendizaje de la lectura”. Creo que estos verbos definen muy bien a la hermana Maria Trullols, una mujer que supo volar, soñar, confiar y disfrutar en la docencia.
La congregación Vedruna, enraizada en Manresa desde el 1854 y cuando falta un año para celebrar el bicentenario de su fundación en Vic por Santa Joaquima de Vedruna, es una comunidad y una escuela muy querida en la capital del Bages. Las religiosas Carmelitas Vedruna, al frente de las cuales en Manresa está actualmente la hermana Pilar Garriga, se han caracterizado siempre por llevar en el corazón y en la mirada, la amabilidad, la solicitud y la pasión por el Reino en los largos años de servicio al Evangelio.
Con un corazón grande, inmenso, la hermana Maria mostraba la bondad y la dulzura, alegría y la ternura en el rostro y en las manos, con una mirada amorosa y alegre.
La generosidad y la sensibilidad por la belleza de las cosas pequeñas de la hermana Maria Trullols, (como ahora lo hace la hermana Pilar Garriga), hizo posible crear en Manresa una comunidad fraterna y gozosa.
Sí, que como decía la hermana Maria, con buen humor, habría de ser nombrada hija adoptiva de Manresa, ya que dejó en los centenares de alumnos que tuvo, una gran huella y por eso es recordada en la capital de la comarca del Bages.