"Rechazar el valenciano en la liturgia no es es una 'situación endiablada', pero sí que es una anomalía" Monseñor Munilla, el posible acuerdo entre PSOE y Junts no es una 'situación endiablada', es democracia
"La democracia es el arte que busca el bien común de la ciudadanía, para así encontrar soluciones … El papa pide a los políticos que tengan una mirada profunda y amplia para llegar a acuerdos entre adversarios"
"Por eso me ha sorprendido que el obispo de Oriola-Alacant, en su programa radiofónico. Yo nunca me habría atrevido a decir que el acuerdo, (en cas que se materialice), entre el PSOE y Junts, sea una 'situación endiablada'"
"Me parece inaudito y de un gran atrevimiento que un obispo apueste por una forma concreta de gobierno"
"Por otra parte, encuentro muy poco pastoral que el obispo de Oriola-Alacant nunca utilice la lengua propia del País Valenciano … No sé si rechazar el valenciano en la liturgia es una “situación endiablada”, pero sí que es una anomalía"
"Me parece inaudito y de un gran atrevimiento que un obispo apueste por una forma concreta de gobierno"
"Por otra parte, encuentro muy poco pastoral que el obispo de Oriola-Alacant nunca utilice la lengua propia del País Valenciano … No sé si rechazar el valenciano en la liturgia es una “situación endiablada”, pero sí que es una anomalía"
La democracia es el arte que busca el bien común de la ciudadanía, para así encontrar soluciones. Por eso en la encíclica Fratelli tutti, el papa pedía a los gobernantes que hagan política pensando en el bien de la sociedad.
El papa, que elogia a los políticos que trabajan por grandes principios y que apuestan por hacer un buen servicio a los ciudadanos, les pide también que fomenten el encuentro y que sean capaces de escuchar el punto de vista del adversario. Y aún más, el papa pide a los políticos que tengan una mirada profunda y amplia para llegar a acuerdos entre adversarios.
Por eso me ha sorprendido que el obispo de Oriola-Alacant, en su programa radiofónico (que me han pasado), “Sexto continente”, (que no tiene desperdicio), de Radio María, del 24 de julio, haya dicho, en relación al resultado electoral de las pasadas elecciones, que sería “increíble que quien está en el exilio” (refiriéndose a Carles Puigdemont), tenga “la llave para decidir el gobierno de España”. Y es que los votos de Junts pueden determinar “el futuro de una nación”, cosa que el obispo Munilla considera una “situación endiablada” (!). Yo nunca me habría atrevido a decir que el acuerdo, (en cas que se materialice), entre el PSOE y Junts, sea una “situación endiablada”.
Yo siempre he entendido que la democracia es el arte de entenderse, de dialogar y de llegar a pactes. Hace unos meses, al obispo Munilla tampoco le gustó el pacto del PSOE y Bildu para aprobar los Presupuestos Generales del estado.
En su duro tuit, el obispo de Oriola-Alacant decía: “El hecho de que un Gobierno otorgue a los herederos de una banda terrorista la capacidad de humillar a los que fueron sus víctimas, a cambio de su apoyo para mantenerse doce meses más en el poder, es simplemente inmoral”.
Ahora, ante el resultado de las “complicadísimas elecciones, con un panorama muy difícil de gobernar”, el obispo Munilla nos recordaba en su programa radiofónico, el cas de Alemania, que “se resolvió con una coalición entre los dos partidos principales”, la CDU y el PS.
El obispo Munilla, de alguna manera, apuesta por el gobierno de coalición entre el PSOE y el PP, como “mal menor”, para de esta manera hacer un ejecutivo con un “acuerdo entre derecha e izquierda”. A mí, ¿qué quieren que les diga? Me parece inaudito y de un gran atrevimiento que un obispo apueste por una forma concreta de gobierno, cosa que yo nunca me atrevería a hacer, opinando sobre qué partidos han de formar el gobierno del estado español.
"Me parece inaudito y de un gran atrevimiento que un obispo apueste por una forma concreta de gobierno"
El obispo Munilla habría de recordar la histórica homilía del cardenal Tarancón, el 27 de noviembre de 1975, en la misa de entronización del rey Juan Carlos, cuando el cardenal de Borriana dijo: “No corresponde a la misión de la Iglesia, presentar soluciones concretas de gobierno. La Iglesia nunca determinará qué autoridades han de gobernarnos”. Unas palabras llenas de sentido común, que ponían fin al nacionalcatolicismo.
Pero en el caso del gobierno de coalición en Alemania, que el obispo Munilla nos pone como ejemplo, el obispo de Oriola-Alacant se olvida de decir que la CDU nunca ha pactado con la extrema-derecha alemana. Más aún: la CDU siempre ha rechazado cualquier acuerdo con los extremistas de derecha, cosa que no ha hecho el PP, que ha llegado a acuerdos con VOX, (calificado por el Osservattore Romano de “estrema destra”), en ayuntamientos y en comunidades autónomas.
Mi opinión es que el acuerdo a que pudiesen llegar Junts y PSOE, no es ninguna “situación endiablada”, como tampoco lo es, en el ayuntamiento de Gasteiz, el acuerdo entre Bildu y el PP, que ha dejado al PSE y al PNV sin presidencia en más de una decena de comisiones.
El acuerdo entre el gobierno del estado y Bildu, con el cual se transferían las competencias de tráfico al Gobierno Foral de Navarra, (o el posible acuerdo entre Puigdemont y Sánchez), no me pareció ninguna inmoralidad, ni tampoco creo que el primer acuerdo humillara a las víctimas del terrorismo. De hecho, los gobiernos, en todos los estados, intentan aprobar los PGE pactando con los diferentes grupos, para así llegar a acuerdos, fomentando el encuentro, como pide el papa a los políticos.
Es eso lo que hizo (y que el obispo Munilla no recuerda), el 6 de abril de 2000 el presidente José Mª Aznar, cuando pactó con UPN la transferencia de Tráfico a la Policía Foral de Navarra. Y es también, en busca del encuentro y del acuerdo, lo que, el 10 de mayo de 2009, en el Senado español, UPN pidió: el traspaso de las competencias de Tráfico al Gobierno Foral de Navarra, que el obispo Munilla consideraba inmoral el noviembre pasado. También cabe recordar que el presidente José Mª Aznar cedió Tráfico a la Generalitat de Catalunya.
Gobernar es pactar con los adversarios, fomentar el encuentro y llegar a acuerdos con las demás formaciones políticas, por el bien de los ciudadanos.
Yo sólo me preguntaba entonces si con el acuerdo del PSOE con Bildu habría unos mejores PGE o no. Y si este pacto hacia posible que los ciudadanos pudiesen salir beneficiados o no.
Sinceramente, no creo que la cesión de Tráfico en Navarra haya sido una inmoralidad, como decía en su tuit el obispo Munilla. Ni tampoco una humillación a la Guardia Civil, teniendo en cuenta que los agentes de este cuerpo que no hayan querido irse de Navarra, han podido quedarse en el territorio foral, ejerciendo otras funciones. Ni tampoco creo que sea una “situación endiablada” el (¿futuro?) pacto entre Junts y el PSOE.
Me gustó más otro tuit del obispo Munilla, que decía: “Si te lanzan una piedra, recógela, bésala y piensa: Ya tengo la primera piedra para construir un mundo nuevo”. Creo que estas últimas palabras del obispo de Oriola-Alacant, son mucho más constructivas y más positivas, que las que dedicó al acuerdo entre el gobierno del estado y Bildu y las que dedica en su programa al (no sabemos si futuro) pacto entre Junts y el PSOE.
Por otra parte, no calificaré de inmoral ni de “situación endiablada”, pero sí que encuentro muy poco pastoral que el obispo de Oriola-Alacant nunca utilice la lengua propia del País Valenciano, ni en sus homilías, ni tampoco en las cartas pastorales, artículos, entrevistas o conferencias que hace. Ni tan solo la revista de la diócesis, contiene una línea en valenciano.
Y es que la mejor manera que un pastor haga olor a oveja, (en esta expresión tan bonita del papa Francisco), es utilizar la lengua del rebaño que el papa le ha confiado. Y sé que en Elx, en Biar, en Agost y en Altea; en Monòver y en Castalla; en Finestrat y en Crevillent; en Tàrbena, en la Nucia, en la Vila Joiosa y en Xixona, la lengua de estas localidades es el valenciano, que el obispo Munilla desprecia.
Sólo me gustaría recordar que no es el pueblo que ha de hablar la lengua del pastor, sino que habría de ser el pastor quien habría de hablar la lengua del pueblo que ha de servir. Por eso, de la misma manera que en San Sebastián el obispo José Ignacio celebraba la Eucaristía en vasco, también sería muy pastoral que en los pueblos valencianoparlantes, la celebrara en valenciano.
No sé si rechazar el valenciano en la liturgia es una “situación endiablada”, pero sí que es una anomalía, que nos muestra el poco o nulo aprecio que el obispo de Oriola-Alacant tiene por la lengua del pueblo al que sirve.