Cierro el tema Caná.
Pues en esa misa, la menos frecuentada de todas las que se celebran: sábado a las 8 y domingo a las 10, 12, 13,30, 18, 19,30 y 21, habría seguramente más de mil personas. Y en el conjunto de las de precepto unas diez mil. Que se dice pronto.
Sacerdotes continuamente confesando, visitando a los enfermos, enterrando a los muertos, ocupándose de los jóvenes, atendiendo a quien a ellos acuden... Miles de comuniones todas las semanas y con instrucción de como se debe acudir a ellas. Ejercicios espirituales, retiros, la iglesia permanentemente abierta, charlas, catequesis, atención a los necesitados, ayuda a otras parroquias...
Sí, y también seminaristas en el seminario y ya sacerdotes cuya vocación ha surgido de la parroquia.
Adoración al Santísimo todos los jueves, con varias horas expuesto y siempre con fieles acompañándole, campamentos juveniles, peregrinaciones, presencia en las Javieradas, en la marcha a Guadalupe, en el Camino de Santiago, en las Jornadas de la Juventud con el Papa... Ahora nos venden libros y magdalenas para ayudarse en el viaje a Sydney.
Conversiones numerosas, personas fallecidas con fama de santidad... Y un sentimiento general común de vivir felices el catolicismo en una parroquia así. Llena de niños, llena de jóvenes. Cuando te llega el momento de dar la paz lo mismo te encuentras dándosela a una señora octogenaria, que a una joven guapísima, porque debe ser otro milagro de Caná que allí todas las mujeres son guapas, a un padre de familia rodeado de los suyos o a un joven que te la da con tal fuerza que hasta te la deja dolorida. Y muchas veces se planta ante ti un renacuajo o renacuaja de cinco o seis años que apenas te supera las rodillas -yo soy alto-, y que con una sonrisa clara como su alma te extiende su pequeña mano y te dice: La paz sea contigo. Y tienes que contenerte las ganas de cogerle en brazos y darle un beso.
Es una iglesia con confesonarios, con campanilla en la elevación, con monaguillos con sus albos ropajes y con la seriedad que les da el convencimiento de saber que están haciendo algo importante. Con santos y agua bendita. Y con enorme generosidad de los fieles que en poquísimo tiempo han pagado su iglesia y que siguen dando para lo que haga falta. Ya en otros sitios. Porque para allí sobra.
Dije que estaba seguro de que Caná fue la iglesia de España que más ha contribuido, y estoy seguro de que con notable diferencia, a la cuestación de sostenimiento del Seminario. Y hubo un imbécil, seguramente en su opinión mucho más católico que el mismo Papa, que hasta eso le pareció mal.
Pues ante una parroquia así que para lo que se ve es algo verdaderamente extraordinario, creo que es un inmenso error criticar minucias. Desde un purismo absolutamente utópico e hipercrítico.
Cuando dije que la misa fue "guitarrera" creo que me manifesté bastante sobre mis propios gustos. Y a lo de guitarrera añadí que desafinada. Y también que el párroco desafina. Pero eso es una práctica cuasi universal y nadie va a misa para oir a la Filarmónica de Berlín. Para eso se va a otro sitio.
Estoy convencido de que a Don Jesús Higueras le gustan mucho más esas musiquillas mediocres y cursis que las corales de Bach o un Gradual de Michael Haydn. Pero también hay que reconocer que el pueblo canta las primeras y no entiende las otras.
¿No habla desde el ambón? ¿Se pasea delante del altar micrófono en mano? Realmente se trata de una profanación intolerable. Entrevías es un modelo de fidelidad litúrgica ante semejante sacrilegio. Palabra de honor que a veces no os entiendo.
En los confesonarios están los sacerdotes con alba y estola. Y así se acercan al altar para repartir la comunión. En ocasiones, por los motivos que fueren, el sacerdote está en clergyman y sólo con la estola. Cuando no se confiesa en ninguna parroquia, para una que tiene la dicha de disfrutar de numerosos confesores, ¿vamos a discutir por el alba?
Mientras rezaba el Credo miraba un papel que seguramente serían las preces que estaba buscando. Para pasar a rezarlas inmediatamente. ¿Otro horrible sacrilegio? Y no inclinó la cabeza ya no me acuerdo en no sé que momento. Sin duda para fusilarlo.
Todos hemos oído miles de preces que no son las oficiales. Incluso delante de obispos. Y no digamos ya las que se rezan en todas las celebraciones papales. Generalmente mucho más adecuadas al momento que las prescritas. Pero el único malvado es Don Jesús. Como veis esto no tiene pies ni cabeza.
¿Es del Opus Dei? No lo sé. Nunca se lo he preguntado y nunca me lo dijo. De serlo, supongo que será de esos agregados, adscritos o como se llamen que tienen la misma facilidad de hacerse como de deshacerse. El Opus ha dado a muchos sacerdotes una dirección espiritual que a mí, sin tener nada que ver con él, me parece excelente. Y esos curas, afiliados, adscritos o lo que sean a la Obra me han parecido siempre curas como Dios manda. Ojalá fueran todos así. Como Don Donato, tantos años ejemplar y queridísimo párroco de Moaña.
¿Son además, de esa filiación, que como ya digo es casi como una chaqueta que te la puedes poner hoy y quitártela mañana, los demás sacerdotes de la parroquia? Tampoco lo sé. Pero lo que sí puedo decir es que, después de llevar tanto tiempo frecuentando la parroquia, jamás he oído a ninguno de esos sacerdotes hablar de San José María Escrivá, recomendar Camino o cualquier retiro o acto del Opus Dei.
Concluyo con lo más llamativo de la misa. Porque que llamara la atención a algún niño que se desmandara en las gradas, de los muchos que había, yo no me enteré, y me hubiera parecido normalísimo que lo hubiera hecho, pues sigo creyendo que son ganas de cogérsela con papel de fumar.
Esa especie de elevación posterior a la de la Sagrada Forma y el Cáliz, hechas por supuesto las prescritas con toda fidelidad, estoy seguro de que no es una ocurrencia de Don Jesús Higueras. Y de que tiene alguna autorización para ello. Expresa o tácita. Yo no la he visto en ningún otro lugar pero es que yo frecuento pocos lugares. Mas seguro estoy que se practica.
La consagración ha concluido. Con las palabras y los gestos rituales. Después se muestra al pueblo, para su adoración, con toda solemnidad, el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Con reiteración. Indicando que ahí está el Rey. La Majestad. Y el pueblo en recogida actitud, le aclama.
¿Mañana deciden que no se haga así? No me cabe la menor duda de que Don Jesús, posiblemente con dolor, será el primero en acatarlo. Es un acto hermoso, piadoso y devoto. A mí me llega. Y no soy persona a quien le guste cualquier innovación.
Supongo que en el ritual no está prescrito que antes de la conclusión de la misa un sábado o una festividad de la Virgen se rece una Salve. Pues en mi parroquia de Caná se hace. Y no me parece merezca la menor censura el sacerdote que entona la Salve. Seguro que a la Virgen le gustará.
Como el Himno a la Virgen de la Almudena que el cardenal de Madrid se ha empeñado en que nos lo aprendamos todos, yo creo que la estrofa común ya me la sé, y me parece que en más de una ocasión lo he cantado antes del Deo gratias.
Estamos en días de innumerables profanaciones litúrgicas. Hacer de pequeñeces mundos me parece descabellado. Aunque, por supuesto, respetando los gustos de todos.
Caná es algo extraordinario. Si a alguien no le gusta lo tiene muy fácil. Va a otro sitio. Y si no le cae simpático Don Jesús Higueras pues también. Pero hacer a uno de los mejores párrocos de Madrid, y no digo que sea un santo, objeto de un pim, pam, pum, palabra de honor que no lo entiendo.
Si a uno así es a quien tenemos que atacar, ¿con quién nos quedamos?
Claro que desde esa perspectiva yo soy un progresista peligrosísimo y un declarado enemigo de la Iglesia. Liberal, socialista y seguramente masón. Aunque para otros resulto ser también un integrista impresentable, un cavernícola nostálgico y un fascista impenitente. Pues alguno estará equivocado.