"En realidad la vida es una cuaresma camino de la Pascua" Tentaciones: "Sed buenos si podéis"

"También nosotros vivimos encadenados por mil esclavitudes de la vida. La vida es una cuaresma, un desierto por el que caminamos hacia la libertad"
"La cuaresma puede ser un momento de tomar conciencia de que ha comenzado nuestra liberación"
"La tierra de promisión no es tanto un lugar geográfico cuanto la meta soñada. La tierra de promisión es el horizonte de Dios"
"La tierra de promisión no es tanto un lugar geográfico cuanto la meta soñada. La tierra de promisión es el horizonte de Dios"

- Cuaresma – Ceniza.
Con el símbolo de la ceniza comenzamos el tiempo de cuaresma: los cuarenta días en los que nos preparamos a la celebración de la Pascua, que es no solamente la fiesta, sino el centro de la fe y de la esperanza cristiana.
En realidad la vida es una cuaresma camino de la Pascua
Desde el siglo IV las comunidades cristianas vivían con intensidad este tiempo de cuaresma camino de la Pascua. Sobre todo vivían la cuaresma con la lectura / escucha de la Palabra, la oración, la toma de conciencia de que somos caminantes hacia la tierra de promisión por el desierto de la vida y con un cierto sentido penitencial.
- Historia de la Salvación.
La primera lectura de hoy, -tomada del libro del Deuteronomio- es una evocación del “credo” del Antiguo Testamento y de su fe:
- ü Los hijos de Israel se sienten hijos de Abraham: mi padre fue un arameo errante. También nosotros somos peregrinos en la vida.
En cierto sentido todos somos emigrantes, “estamos aquí de paso”… Solemos cantar en la liturgia: peregrinos, caminantes, vamos hacia Ti…
- ü La situación de esclavitud de los israelitas en Egipto será el punto de partida hacia la libertad.
También nosotros vivimos encadenados por mil esclavitudes de la vida. La vida es una cuaresma, un desierto por el que caminamos hacia la libertad.
- ü El Éxodo, el paso del mar Rojo es el comienzo de la libertad de aquellas tribus hebreas.
La cuaresma puede ser un momento de tomar conciencia de que ha comenzado nuestra liberación.
- ü Cuarenta años por el desierto.
Cuarenta es un número significativo en la mentalidad bíblica: cuarenta significa toda la vida: Cuarenta fueron los días que duró el descenso de las aguas después del diluvio; las tribus hebreas caminaron cuarenta años por el desierto; Moisés estuvo en el Sinaí 40 días, Jesús fue tentado el desierto cuarenta días y cuarenta noches…
La libertad nos costará caminar por el desierto toda la vida…
- ü Finalmente llegarán a la tierra de promisión, al menos como gran esperanza y con los grandes y graves problemas que esta cuestión ha traído y trae en la historia.
La tierra de promisión no es tanto un lugar geográfico cuanto la meta soñada. La tierra de promisión es el horizonte de Dios.
Y esa es nuestra cuaresma: peregrinar por la vida, saliendo de nuestras esclavitudes hacia la meta soñada. Y todo ello, con la protección de Dios liberador.
Para la fe de Israel Dios es liberador.
- Tentaciones, tentativas, intentos.
Dice el evangelio de hoy que Jesús fue tentado. Que no se nos olvide que Jesús fue hombre, vivió las mismas tentaciones que vivimos los humanos. (La película “La última tentación de Cristo” de Martín Scorsese refleja bien la humanidad de Cristo tentada como todo ser humano).
Las palabras tentación, intentar, intento, tentativa contienen un significado muy similar.
Podríamos pensar que toda la vida es un intento, una tentativa, una tentación.
Las tentaciones son una explosión de nuestros sufrimientos y nostalgias más profundas, tal vez inconscientes y ocultas.
Toda nuestra vida es un intento de buscar el bien y la verdad, una tentativa de ser libres, un intento de ser felices.
Detrás de lo que llamamos tentaciones hay una llamada a la felicidad.
En toda tentación hay un intento de “romper el límite” y dar un paso más hacia adelante.
A veces acertamos, muchas veces nos equivocamos.
- entre pecado y neurosis
En muchas -muchísimas- ocasiones, por los entresijos de las tentaciones es funcionan más mecanismos y problemas psicológicos que morales. Muchas tentaciones tienen que ver más con la psicología que con la moral.
Somos pecadores, pero el pecado vivido desde JesuCristo no es causa de angustia ni neurosis, sino de sentirnos perdonados como el hijo pródigo, el publicano, como Zaqueo, el buen ladrón y tantos otros…
Reconocer el pecado infunde una profunda paz.
- Jesús fue impulsado por el espíritu al desierto.
El buen espíritu de Jesús es el que le mueve e impulsa en la vida. Es el espíritu que le dio la vida por medio de María. Es el espíritu descendió sobre Jesús en el bautismo, en la Transfiguración, es el espíritu que está sobre mí desde el comienzo de su actividad pública
Un buen espíritu, un sano idealismo impulsa hacia el bien también al ser humano. Lo que nos ayuda a dominar un poco las pulsiones y tentaciones es una buena causa, un buen espíritu.
- Comencemos la cuaresma. Conversión.
La historia de nuestra conversión es la historia de nuestra debilidad. Hemos comenzado muchas cuaresmas, advientos, hemos hecho muchos ejercicios pero seguimos igual, cambiamos poco.
Muchos de nosotros somos ya mayores, lo hemos intentado (tentaciones) mil veces en la vida, hemos conseguido poco, pero lo hemos intentado.
Para muchos de nosotros -entrados ya en años- nuestra conversión consiste en descansar en el Señor y vivir lo que dicen los salmos
No me rechaces ahora en la vejez,
me van faltando las fuerzas, no me abandones,
no abandones la obra de tus manos;
(Del salmo 70)
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