Romper nuestros propios esquemas Darlo todo por la Viña del Señor
"En este domingo 25 del tiempo ordinario se nos invita a reflexionar en la importancia de trabajar para la viña del Señor"
"Muchas veces nos falta un compromiso verdadero, muchas veces hacemos las cosas para que nos vean y nos reconozcan… muchas veces nos falta un compromiso verdadero"
"Por eso los caminos de Dios y sus planes nos invitan a romper nuestros propios esquemas calculadores y convenencieros"
"Muchas veces nos movemos en la medida de lo que recibiremos, olvidándonos que para Dios lo más importante es la generosidad"
"Por eso los caminos de Dios y sus planes nos invitan a romper nuestros propios esquemas calculadores y convenencieros"
"Muchas veces nos movemos en la medida de lo que recibiremos, olvidándonos que para Dios lo más importante es la generosidad"
Darlo todo por la Viña del Señor
Dios lo da todo por nosotros.
El Padre y su hijo siempre trabajan.
Nuestro Señor Jesucristo nos dice: el hijo del hombre no tiene ni donde recostar la cabeza.
En este domingo 25 del tiempo ordinario se nos invita a reflexionar en la importancia de trabajar para la viña del Señor.
La paga del Señor de un denario, es para cada uno de nosotros más que suficiente. Los trabajadores que suponen trabajaron más horas que el resto de los trabajadores, no entienden que el denario lo es todo de parte del Señor como paga.
Bien nos recuerda San Pablo en la segunda lectura de la carta a los filipenses: para mí la vida es Cristo y una ganancia el morir.
Desgastarnos en Cristo es lo mejor porque se hace presente su Reino que nos da vida verdadera.
El Padre siempre se nos esta dando en el Hijo por el Espíritu Santo.
A nosotros muchas veces nos falta un compromiso verdadero, muchas veces hacemos las cosas para que nos vean y nos reconozcan, si no nos ven o no nos reconocen, muchas veces, dejamos de hacer las cosas que en un principio dijimos, comprometidamente , que íbamos a hacer.
Por eso los caminos de Dios y sus planes nos invitan a romper nuestros propios esquemas calculadores y convenencieros, dejándonos conducir en nuestro caminar y obrar según los planes de Dios, confiando en él.
San Pablo aunque entiende que el morir para estar con Cristo es lo mejor, sin embargo sabe, que el vivir para que en otros fructifique la semilla del evangelio, hace que Dios haga su obra y se vaya manifestando más la vida de Dios en los creyentes.
Muchas veces nos movemos en la medida de lo que recibiremos, olvidándonos que para Dios lo más importante es la generosidad.
Así como Dios es generoso y bueno con nosotros, que mayor felicidad poder trabajar más para su obra, porque el hijo del hombre no tiene ni donde reclinar la cabeza.
La riqueza de gracia muchas veces se empobrece porque nos falta ser más generosos; nuestra entrega de amor muchas veces la hacemos en lo mínimo y en lo que menos nos exija.
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