Los bienaventurados, sin presunción, entendiendo que todo está en la mirada de Dios. Con esa confianza caminan con fe que les hace vivir en esa pobreza de espíritu que lo aleja de toda soberbia, para caminar con amabilidad, la cual es alimentada por el mismo espíritu de Dios que los llena de paz.

Los bienaventurados son esa presencia en nuestro mundo que viven la Encarnación de Jesús, porque todo lo soportan desde Cristo en quien ponen su esperanza.

Son los que tienen esa fuerza propia interior que da el espíritu de Jesús a sus elegidos para mantenerse en perseverancia y fuertes hasta la meta final.

Entienden su misión confiada por parte de Dios y saben comprometerse y luchar.

No se desesperan, sino que lo soportan todo con paciencia confiando que llegará ese momento de su recompensa por parte de Dios. Ellos son partícipes, herederos del Reino de Dios, simplemente les pertenece, porque ellos no son de este mundo aunque están en el mundo , como ya lo afirmara Jesús en referencia a sus discípulos .

Los bienaventurados encarnan ese mensaje de Jesús, Él es el Hijo de Dios que con corazón puro ve al Padre, habla con Él y lo siente plenamente presente en su vida, así los bienaventurados viven también con un corazón limpio la belleza de ver a Dios , de sentirlo, por eso su fe es totalmente en una vida confiada en Dios , ya lo dirá el primer mártir cristiano Esteban, veo al Hijo de Dios sentado a la derecha del Padre.

San Esteban, que es descrito en los Hechos de los Apóstoles como hombre lleno del Espíritu Santo , revela en el momento en que está siendo martirizado con piedras que lo golpean hasta la muerte por sus enemigos, con la dulzura de un bienaventurado dice como jesús : que no se les tome en cuenta su pecado.

Podemos decir entonces que el bienaventurado es quien puede vivir un grado de suma bondad para parecerse a Dios que es bueno y retratar en su vida lo que ya nos dice el libro del génesis en la creación del hombre: hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza.

Los bienaventurados son quienes, a la manera de Jesús, pasan haciendo el bien a pesar de sufrimientos, porque su manera de vivir es en misericordia buscando la justicia y la verdad siempre sin desfallecer como ya lo hace su Maestro Jesús .

Ellos pueden ser despreciados por el mundo vanidoso, prepotente y soberbio porque saben que Dios los ha escogido desde la pequeñez de sus vidas para mostrar su grandeza divina y conscientes en esta verdad son los que son capaces de darle toda la gloria a Dios.

No gritan, no son estridosos pero tienen una mirada profunda en el espíritu de Dios que no se dejan engañar por la mentira, ni la injusticia, ni los abusos, por eso con valentía defienden la justo , lo recto , lo que es bueno, aunque se vean expuestos al rechazo, a la persecución . Su dignidad está llena de honor y son confiables aunque los discípulos del engaño digan lo contrario.

Son libres en ese amor y dicha que sienten que defienden la verdad con todos los riesgos que ello implica, a la manera de Jesús. Son sinceros y se puede confiar en ellos, así lo hace Dios.