Nuevo libro de Andrés Martínez Esteban en Ciudad Nueva José de Nazaret, autónomo
Peregrinos en Roma, no se olviden los lectores devotos de san José de venerar uno de los “suspiros del santo” que se asegura y documenta estar contenido en un recipiente que se venera y conserva en el relicario ”oficial” del Vaticano
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José, esposo de María y padre de Jesús, avecindado en Nazaret, posiblemente que en los tiempos del Sindicalismo Vertical vigente en España y cuyo Asesor Religioso fue don Luis, obispo de León,, hubiera pertenecido a la sección de “Actividades Diversas”. Hoy -¡lo que cambian los tiempos¡- engrosaría el sufrido e indeciso grupo de los “Autónomos”. ¿De qué?. Pues de cuanto se necesita hacer en los pueblos, para que sus habitantes y sus casas respectivas funcionen lo mejor posible dentro de sus limitaciones y falta de recursos.
Y así pasó la vida, y su familia llegó a ser condecorada con la sublime y gratuita distinción de “sagrada”, por haber sido educado en su seno nada menos que Jesús, apodado misteriosamente “El Salvador” o “El Redentor” en el lenguaje y creencia de todos los tiempos bíblicos, históricos y eclesiásticos.
Quede constancia de que el hoy declarado “Patrono de la Iglesia Universal”, entre los sufrimientos que tuvo que afrontar en su vida, demandan atención y reconocimiento especiales los relacionados con su iconografía. Pintores y escultores se sintieron, y sienten, íntimamente preocupados y desconcertados ante el hecho de tener que ”abuelizar” en exceso pudorosamente, su imagen , por aquello de que padre-padre de Jesús lo fue el Espíritu Santo, relegando al “autónomo” a ser considerado ante propios y extraños, a lo más, a ser y actuar a lo que se dio en llamar “Padre Putativo” -PP- con el significado de “hijo legítimo , pero sin serlo”.
Un misterio más que asumió en la cuaresma de su vida el autónomo José, con gallardía, humildad, humanidad , devoción a la Biblia y a sus intérpretes, así como a la Teología, con el fin de que a su esposa legítima pudiera reservársele la indemne e incólume en la misteriosa calidad de “limpia, pura y pulcra” corona de la virginidad , sin mancha alguna de pecado original”, tal y como reza el Catecismo.
La iconografía en general del Santoral- Año Cristiano, y más la referida a san José y a su esposa María, está a la espera de renovación cultural y cultual, que a ambos les permita aparentar, ser y comportarse como personas normales.
Y en este contexto desearía que se ubique y practique la lectura del libro que acaba de publicar “CN-Ciudad Nueva” con el título de “José de Nazaret” en su colección “Novela histórica”. Tiene 218 páginas y su autor es “Andrés Martínez Esteban, sacerdote de la diócesis de Madrid, con estudios de doctorado en Teología e Historia de la Iglesia en Roma y en la actualidad, profesor de la Universidad Eclesiástica de san Dámaso y director del Archivo Histórico Diocesano de Madrid”.
En la contraportada del texto se destaca que “el autor pone voz a san José, para que nos podamos asomar a lo que él guardaba en su corazón. A través de las páginas del libro podremos acercarnos a la figura del que hizo las veces de padre de Jesús intentar comprender lo que él vivió y cómo lo vivió. En el libro se nos presenta la figura de José como discípulo de Jesús, al igual que lo fue de María”. Se refiere también, y con cita expresa de palabras del papa Francisco en su “Patris corde”, que fue y actuó como padre”.
Peregrinos en Roma, no se olviden los lectores devotos de san José de venerar uno de los “suspiros del santo” que se asegura y documenta estar contenido en un recipiente que se venera y conserva en el relicario ”oficial” del Vaticano.
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