El coordinador del C9 presenta "Praedicate Evangelium. Una nueva curia para un tiempo nuevo" Maradiaga: “Ha habido resistencias. Algunos no acaban de ver la reforma de Francisco”

Hace tres días que Jorge Mario Bergoglio ha sido elegido Papa. Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que ha participado en el Cónclave, recibe una llamada telefónica que casi le cuesta “un infarto”. Era el nuevo Pontífice: “¿Qué vas a hacer el domingo después del Angelus? Ven a la residencia de Santa Marta y almorzamos juntos”. El cardenal arzobispo de Tegucigalpa aún no lo sabía, pero Francisco le iba a pedir que “coordinase” el nuevo Consejo de Cardenales para ayudarle en el gobierno de la Iglesia… 

“Honestamente, no sé por qué el Papa pensó en mí”, le confiesa el cardenal hondureño a Fernando Prado en este libro de conversaciones, "Praedicate Evangelium. Una nueva curia para un tiempo nuevo", que Publicaciones Claretianas saca a la venta este sábado, y lo presenta en el marco de la Semana del IVR junto al purpurado, junto a Prado, en un acto conducido por nuestro compañero José Lorenzo. El 5 de mayo, Maradiaga y Prado presentarán el volumen en Roma.

Maradiaga y Bergoglio habían trabajado juntos en la Conferencia de Aparecida, habían tenido contactos a través del CELAM… Pero había un detalle más: “Francisco sabe que soy músico y que fui director de orquesta y quizá pensó que podría aunar voces distintas”, reconoce con ese punto de humor que le caracteriza. 

“El Papa seguía las reuniones del Consejo al milímetro"

Fueron nueve años de trabajo, una docena de borradores entregados al Papa, el último de los cuales se le pasó el 8 de junio de 2020, y una “experiencia preciosa de sinodalidad” junto a los demás cardenales que han ido formando parte de ese Consejo de Cardenales, un organismo que “aunque no forma parte de la Curia, ha llegado para quedarse”, como confiesa el Cardenal en esta obra. 

Un tiempo, además, que le ha permitido al cardenal Maradiaga “conocer mucho mejor al Papa”, quien “ha estado presente en todas nuestras reuniones y seguía nuestros trabajos al milímetro”, dedicado “fundamentalmente a escuchar”. 

“Es un hombre excepcional –le confiesa a Fernando Prado–. Hay personas que cuando se les presenta un problema, antes de terminar la exposición ya tienen la respuesta en el cerebro y no te escuchan. El Papa no es así. Es un hombre de escucha”.

“El trabajo no ha sido siempre fácil. Ha habido resistencias. Algunas personas querían que las cosas siguieran más o menos como estaban, con algunos retoques o mejoras que no les afectaran demasiado en sus posiciones”, reconoce el cardenal Maradiaga en su conversación con Fernando Prado, aludiendo al peso de la “rutinización” en la Curia vaticana. 

Precisamente, uno de los objetivos de la reforma que trae consigo es “romper con esa burocratización”. “Estábamos profundamente convencidos de que no podía seguir de esa manera. Una Curia así no tenía futuro, se podía convertir en un engranaje de poderes”, abunda el purpurado hondureño. 

"El Papa quiere una Iglesia más servidora que poseedora"

“Con todo, algunos no acaban de verlo. Somos así. El Papa también tiene claro que lo que quiere es una Iglesia más servidora que poderosa. Un tiempo nuevo como el nuestro hacía necesario un documento nuevo”, añade el presidente del Consejo de Cardenales, quien reitera que su elaboración “no ha sido fácil. Había propuestas muy puntillosas que, en ocasiones, parecía que querían poner trabas al trabajo para no llegar al puerto final”. 

"El Vaticano no es el centro de la Iglesia"

Reconoce Maradiaga que una parte de las dificultades al elaborar el texto tuvo que ver con la existencia de una Curia , ante lo cual subraya que “cada vez tenemos más claro que, aunque la Curia esté en Roma, en el Vaticano, la Iglesia no tiene ahí su centro. Es una Iglesia universal, en la que, cada vez, la periferia es más importante que el centro”. 

La lacra de los abusos sexuales y de poder en la Iglesia es una de las cuestiones que más ocupa y preocupa al papa Francisco desde el inicio de su pontificado. De hecho, un año después de su elección erigió la Pontificia Comisión para la Protección de los Menores y de los Adultos vulnerables. 

Una comisión que ahora queda, en palabras del cardenal Maradiaga “adecuadamente integrada en la Curia Romana, en el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, precisamente. De esta manera queda clara la preocupación y la importancia superior que la Iglesia concede a esta cuestión tan grave”. 

Con esta reforma, Doctrina de la Fe, tradicionalmente el dicasterio más poderoso de la Curia Romana, asume, a través de la Comisión para la Tutela de los Menores, “la formación para la prevención de los abusos y las iniciativas en este sentido”, según desvela el purpurado en este libro-entrevista. 

“Esta comisión trabajará con medios y personal suficiente, especialmente preparado y competente en la materia para ofrecer este gran servicio. Su experiencia, a la larga, servirá de inspiración para los gobiernos de muchos países”, señala el cardenal Maradiaga, dado que, en su opinión, “el tema de los abusos a menores es una lacra para la Iglesia, ciertamente, pero sabemos que, más allá de la Iglesia, es un problema social de grandísima magnitud”.7 

¿Qué pintan los laicos? “Es una llamada a implicarlos más” 

“La Constitución apostólica se convierte en sí misma en una verdadera llamada a implicar más a los laicos en el trabajo curial, sobre todo en las áreas vinculadas a las realidades temporales, como la tutela de la familia o la vida, la promoción de la justicia, la protección de los menores, la economía o la salvaguarda de la Creación”, señala el cardenal Maradiaga como uno de los puntos más destacados de la reforma de Francisco. 

Esta apuesta del Papa por los laicos, que se vio desde el principio de su pontificado y se materializó en 2016 con la creación de un para los Laicos, la Familia y la Vida, se concreta ahora en : “No podía ser de otra manera. Los laicos son el 99% del pueblo de Dios y en esta cuestión nos jugamos la evangelización y el futuro de la Iglesia”, reconoce el cardenal Maradiaga en el libro-entrevista con Fernando Prado. 

Los laicos mandan igual que los cardenales

Otro aspecto fundamental de la reforma tiene que ver con los profundos cambios en los organismos económicos de la Santa Sede para ganar en transparencia y eficacia, y ahí han ganado también una destacada presencia los laicos, por ejemplo, en el nuevo Consejo para Asuntos Económicos. 

“Este Consejo ya no es solo de cardenales. Es verdad que hay ocho hermanos míos ahí –señala el purpurado hondureño– pero, además, se incorporan siete laicos expertos. Creo honestamente que, en estas materias, los curas necesitamos mucha ayuda profesional de los laicos”. 

“Siempre ha habido laicos, y sobre todo laicas, muy cercanos a los servicios eclesiales más directos”, apunta Maradiaga, que indica que ahora, además de poder presidir dicasterios, como es ya el caso del de Comunicación, y otras responsabilidades curiales, la reforma del papa Francisco permite que las Conferencias Episcopales puedan pedir a Roma la institución de nuevos ministerios que confiarles –como los de “visitadores de familia”, visitadores de enfermos”…–, pero evitando ‘clericalizarlos’”. 

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