José María Toro en Desclée 'El pulso del cotidiano. Ser, hacerse, vivir, realizarse'

(Antonio Aradillas).- Solo con limitarse a desglosar el sentido y el contenido de las palabras que conforman el título del nuevo libro del docto "maestro de educación primaria don José María Toro", es más que suficiente para exponer con fijeza cuanto ha pretendido con su publicación "El pulso del cotidiano" es el título con el que la editorial Desclée de Brouwer, con sus 314 páginas, enriquece su recomendada colección " A los cuatro vientos"

Y es que "todo lo más grande y lo más pequeño, lo más trivial y significativo ..., todo posee una pulsación, latido o movimiento que se proyectan sutilmente, e interaccionan entre sí, irradiándose hasta componer un conjunto armónico".

A lo que se vive y se nos presenta como "diario, corriente, ordinario, habitual, regular, periódico o usual", se le llama y conoce como "cotidiano", que viene a expresar algo "obligado, inevitable, forzado o impuesto". Los términos "ser", "hacerse", "vivir" y "realizarse" que acompañan la portada del libro, sugieren caminos rectos de profundidad intelectual, ahítos de pedagogía y de religión, con vistas a la consecución de la personal y colectiva actividad de creación-recreación de la obra de Dios.

Precisamente lo "cotidiano" resulta ser lo "extraordinario y lo excepcional en el ámbito en el que los seres humanos han de dar, y dan, la talla de la verdadera e incuestionable grandeza de ser y ejercer de colaboradores de Dios al servicio vocacional, laboral y profesional de cuanto desean y precisan el resto de sus congéneres.

El "iter" que sigue el autor de libro tan didáctico y ejemplar, está sugerido en el índice, con capítulos tan interesantes y esclarecedores como: el momento de la relación con los objetos, las tareas domésticas, el pulso del trabajo, momento del descanso, el pulso de la conversación y el diálogo, de la relajación, del viajar y de la visita, los latidos del corazón, el pulso del servicio y del compromiso socio-político, de la oración, del crecimiento, de la autorrealización y del silencio...

En la segunda parte del texto se hacen luminosamente presentes conceptos, situaciones e ideas referentes a las "pulsaciones", con mención expresa, medida y reflexionada a la trascendencia, al paisaje, a la lectura, a la crítica, al diálogo, a la generosidad, al "ego" desconectado del corazón, al tiempo, a la amistad y al amor, al humor y a la alegría, a la libertad, a las preguntas, y al apartado de las "pulsaciones diversas" que engloba todo el panorama incierto y polifacético de las situaciones, por inverosímiles que sean, pero que son, habrán sido y serán ciertamente históricas y constatables.

Tomar de vez en vez el pulso, leyendo el libro "El pulso del cotidiano", es -será- una tarea reconfortante y educadora. Lo será aún más si simultáneamente se lo tomamos a quienes nos rodean tanto personal como colectivamente en las diversas esferas de la convivencia en la que nos movemos, somos y pretendemos ejercer como seres conscientes.

De gran utilidad y provecho resultan ser, por ejemplo, estas preferidas alusiones al aprovechamiento del tiempo que "no es algo que se gasta o se pierde, sino algo que se gana y que se crea", así como la referencia a "la oración como ámbito fundamental para la escucha".

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