Juan López, ese es el nombre del nuevo mártir de la ecología integral en Honduras. Acababa de celebrar la Palabra en su comunidad, y en la puerta de la Iglesia, un grupo de sicarios le acribillaron cobardemente en la tarde-noche de este sábado 14 de septiembre de 2024, muriendo en el acto. Miembro de la Red Eclesial Mesoamericana (REMAM), defendía el Parque Nacional Carlos Escalera y sus microcuencas que abastecen de agua a las comunidades locales, ante la amenaza de una empresa minera que quiere explotar recursos dentro del Parque Nacional.

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Defensor de la casa común

Tiempo atrás había sido llevado a juicio por el caso Guapinol, algo que en Honduras se convirtió en emblemático y ha provocado diversos conflictos en los últimos tiempos en el Norte del país. Hace unas semanas el Gobierno Estadounidense reveló un video donde se daban a conocer vínculos entre el narcotráfico y familiares de agentes del Gobierno Hondureño y con el alcalde del municipio de Tocoa, donde era concejal el ambientalista asesinado, que pidió la renuncia del alcalde.

Esas situaciones son conocidas por el poder público hondureño, lo que ha llevado a pedir investigaciones sobre el alcalde Tocoa y Lenir Pérez, dueño de la empresa minera que pretende explotar dentro del Parque Nacional Carlos Escalera.

Miembro de la Comisión Nacional de Ecología Integral

Además de miembro de la REMAM, Juan López era representante de la diócesis de Trujillo en temas de Pastoral Social y ecología integral, e igualmente era miembro activo de la Comisión Nacional de Ecología Integral. De hecho, había participado hace ocho días del Encuentro de esta comisión, dando lectura a un manifiesto que fue elaborado por la asamblea, y que puede haber influido en la muerte anunciada de alguien que estaba amenazado desde hace años, pero que no tenía miedo, algo alimentado por su esperanza de que Tocoa podía cambiar.

La Iglesia hondureña no ha dudado en señalar al culpable, o al menos uno de los culpables, con nombres y apellidos, Adán Fúnez, el alcalde de Tocoa desde 2005, y sus secuaces, “que cobardemente le han quitado la vida, Juan era una piedra en el zapato de la gran mayoría de la corporación municipal”. Igualmente se ha insistido en que “esta muerte no es aislada, no es la muerte de un delincuente, no es la muerte de alguien que mató a alguien, es la muerte premeditada, bien pensada, tramada desde hace mucho tiempo”.