El 14 de noviembre Argentina celebra elecciones y en este ambiente preelectoral, el secretario general del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) y arzobispo de San Juan de Cuyo, en su reflexión semanal, ha reclamado a los políticos que “no nos vendan humo” en lo referente al narcotráfico.

Frente a eso ha pedido que se encaren acciones profundas y eficaces contra el narcotráfico, que, en palabras del arzobispo, forma parte de un “cáncer social alimentado por la corrupción y la avaricia de dinero y poder”. De hecho, Mons. Lozano considera que la pandemia de la droga “es acallada, escondida o, lo que es peor, disfrazada con expresiones y apariencias recreativas”.

La alternativa a la droga está en las famosas tres “C”, por las que la Iglesia argentina viene apostando en los últimos años: capilla, club y colegio, un esquema social que debería estar presente en cada barrio, pues pretende alejar de las drogas a la gente, especialmente a los niños y jóvenes.

El prelado argentino denuncia la poca presencia en los debates electorales de lo que considera “uno de los problemas más acuciantes de las familias”, como son las drogas y el narcotráfico. Eso provoca “sensación de impotencia y la desproporción de fuerzas constituyen un gran desafío “.

Junto con eso, denunció las tentativas de despenalizar el consumo de drogas o de permitir su uso recreativo en fiestas. El arzobispo de San Juan de Cuyo, cuando escucha decir que “un porro es inocuo”, se pregunta “en qué tipo de jóvenes están pensando, en qué modelo de salud, qué sociedad“.

Las drogas y el narcotráfico tienen como consecuencia que “muchos son los que se encuentran a la intemperie, física y existencial. Duermen en la calle, las estaciones, las plazas y se naturaliza esa situación. La indiferencia no colabora en la búsqueda de soluciones eficaces”.

No podemos olvidar que “no es algo oculto el vínculo entre las actividades mafiosas del narcotráfico, la trata de personas, los desarmaderos de autos robados, el comercio de armas. Son parte del mismo cáncer social alimentado por la corrupción y la avaricia de dinero y poder”, denunció el secretario general del Celam.

Para prevenir el consumo de drogas es necesario buscar “abordajes integrales”, dado que “en general la droga es la punta del iceberg ante la que quedan ocultas muchas postergaciones en la salud, la educación, la familia”, según Mons. Lozano.

Es verdad que “gracias a Dios va creciendo la conciencia en algunos sectores eclesiales y sociales, aunque debemos señalar que es más rápida la aceleración del consumo”, afirmó el prelado argentino. Por eso, recordando las palabras del papa Francisco, afirmó que “‘la Iglesia es un Hospital de Campaña’ que recoge a los heridos del sistema, que éste excluye y margina. La Iglesia es una madre que sale al encuentro de sus hijos para abrazarlos y darles un lugar, una familia grande”.

Mons. Lozano también quiso reconocer “el esfuerzo y la entrega de hombres y mujeres que se comprometen y ‘reciben la vida como viene’, según expresión del cardenal Jorge Bergoglio”.