Argentina realiza este fin de semana la Colecta Anual de Cáritas Mons. Ojea: “Colecta de Cáritas, oportunidad de manifestar como Iglesia aquello que sale de nuestro corazón”
“Ser un cuerpo significa estar articulados, cada miembro siente que el otro es importante"
“Nos va ganando la globalización de la indiferencia; hay cosas para las que nos vamos tornando insensibles”
"Todos necesitamos sentirnos cuerpo de Cristo, sentirnos articulados, miembros de un cuerpo que nos importa lo que le pasa al otro o a la otra"
"Todos necesitamos sentirnos cuerpo de Cristo, sentirnos articulados, miembros de un cuerpo que nos importa lo que le pasa al otro o a la otra"
Luis Miguel Modino, corresponsal de RD en América Latina y Caribe
La Iglesia argentina celebra este fin de semana, coincidiendo con la solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo, la Colecta Anual de Cáritas. En su alocución semanal, Mons. Óscar Ojea ha dicho que “celebramos la fiesta del Cuerpo y la Sangre del Señor; él no ha venido a darnos cosas, vino a entregar su persona y esto se manifiesta a través de la entrega de su Cuerpo y de su Sangre”, citando las palabras del Evangelio donde se dice: “Así como yo que tengo vida vivo por el Padre, el que me come vivirá por mí”.
Estar articulados
Para el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, “esto nos mueve a nosotros, que recibimos el Cuerpo de Cristo, que comulgamos a partir nuestra vida con los demás, ya que todos formamos parte de un solo cuerpo”, recordando las palabras de San Pablo en la Carta a los Corintios. Desde ahí insiste en que “ser un cuerpo significa estar articulados, cada miembro siente que el otro es importante, el ojo no puede decirle a la mano yo no te necesito, ni los pies a la cabeza yo no te necesito. Si somos cuerpo, somos articulación y muchas veces nos comportamos como si estuviéramos desarticulados”.
En palabras del obispo de San Isidro, “nos va ganando la globalización de la indiferencia; hay cosas para las que nos vamos tornando insensibles”, diciendo preguntarse muchas veces “si el mundo virtual, en cierto sentido, no se hace funcional a la globalización de la indiferencia”. Eso le lleva a decir que “estamos viviendo índices de pobreza, estamos comprobando índices de pobreza en la Argentina muy grandes”. Una situación que le lleva a destacar que “ahora que tenemos la Colecta Anual de Cáritas en la que podemos manifestarnos como cuerpo, en la que podemos asumir nuestras necesidades, muchas veces aparecen conceptos, ideas, que no se condicen con el modo cristiano de sensibilidad necesaria para vivir articulados”.
Perder la sensabilidad
El obispo argentino relató lo escuchado de “un muchacho que va muy seguido por las noche a entregar comida a hombres y mujeres en situación de calle, cuyo número ha ido creciendo sensiblemente en estos últimos tiempos”. El muchacho, cuando le estaba dando comida a una señora que estaba viviendo en la calle, cuando pasó una señora paseando un perrito, y le dice: “usted está alimentando vagos, usted no puede hacer esto porque lo está haciendo con mis impuestos”.
Ante esto, Mons. Ojea pidió separar un poco las cosas, afirmando que “una cosa es la visión que yo tengo que tener de cómo debe funcionar el país y cómo camina la economía, o cómo debe caminar la economía, y otra cosa es perder totalmente la sensibilidad frente a una situación de carencia”.
Sentirnos cuerpo de Cristo
“Cuando mi hermano, mi hermana necesita comer, que es el derecho humano básico y esencial que, el Señor en el discurso del pan de vida después de la multiplicación de los panes lo sensibiliza de un modo particular, necesitamos el cuerpo de Cristo; todos necesitamos sentirnos cuerpo de Cristo, sentirnos articulados, miembros de un cuerpo que nos importa lo que le pasa al otro o a la otra y al mismo tiempo necesitamos algo elemental como es el alimento sobre todo en nuestro país tan rico y tan productor de alimentos”, enfatizó.
Finalmente, Mons. Ojea insistió en que “tenemos la Colecta de Cáritas que es nuestra oportunidad de manifestar como cuerpo, como Iglesia, aquello que sale de nuestro corazón; hemos recibido a Cristo en la comunión, tenemos que partir nuestra vida con los hermanos y expresar esta sensibilidad sufriendo con los que sufren y llorando con los que lloran, porque cuando un miembro sufre, todo sufren con él. Cuando un miembro está necesitado todos participamos de esa necesidad, que podamos tomar conciencia este cuerpo y que no nos anestesiemos con respecto al sufrimiento de los hermanos”.