"Medio millón de vidas perdidas", son las palabras que abren la carta de las seis entidades firmantes del Pacto por Brasil y por la Vida, entre ellas la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB). En ella denuncian abiertamente actitudes del Presidente de la República y del gobierno que han contribuido a llegar a esta situación.

Las entidades vienen denunciando desde el 7 de abril de 2020, Día Mundial de la Salud, los indicios que "indicaban que estamos ante un virus de alta transmisión, con graves impactos en el organismo humano". Ante ello, pidieron "medidas firmes, guiadas por la ciencia, para contener su propagación", actitud que no sigue el gobierno brasileño, empeñado en "manifestaciones contrarias a las medidas recomendadas por las organizaciones de salud, en el cuidado y promoción de la vida humana", lo que causa "extrañeza, y también indignación".

La carta denuncia abiertamente al Presidente de la República, y su empeño en "promover aglomeraciones con objetivos ideológico-políticos, estimulando comportamientos sociales con riesgo epidemiológico", definiendo estas actitudes como "un atentado contra la vida y contra los valores democráticos".

Junto a esto, también se denuncian las "manifestaciones de autoridades que promueven el uso de medicamentos sin eficacia para combatir el virus, el descrédito difundido en torno a la ciencia, la omisión en relación a las vacunas, la multiplicación de fake news, la desorientación sanitaria y la falta de coordinación nacional para enfrentar la pandemia cooperaron para que el número de enfermos y muertos alcanzara niveles exorbitantes".

Las organizaciones insisten en la relevancia e indispensabilidad de la Comisión de Investigación Parlamentaria instalada en el Senado Federal, para ayudar a demostrar que "el negacionismo mata". Junto a esto, la carta quiere desenmascarar "la falsa oposición entre salvar vidas y salvar la economía, que sigue alimentando el discurso oficial", mostrando el sufrimiento de la población con la falta de vacunas, de empleo y de perspectivas. Ante la creciente concentración de la renta, reclaman las necesarias ayudas de emergencia, que ayuden, porque "el hambre está instalada en millones de hogares".

Brasil vive una falta de respeto a las instituciones por parte de "algunos sectores de la sociedad y parte del gobierno", denuncia la carta, así como "el vacío de las políticas públicas, junto a las políticas de deconstrucción, no sólo en la salud, sino en la educación, la cultura, el medio ambiente, la vivienda, el empleo, la generación de ingresos, el apoyo a la ciencia y la innovación, revela una sociedad que se siente confundida, abandonada y enferma".

Por todo ello, los firmantes del Pacto por Brasil y por la Vida expresan su solidaridad y una palabra de consuelo, llamando a la "unión nacional en defensa de la vida y la democracia en Brasil", elementos que cada vez tienen más enemigos en Brasil.