Según comunica la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), el Papa Francisco ha nombrado este 23 de septiembre obispo de la diócesis de Irece (Brasil) al padre Antonio Ederaldo de Santana, sucediendo a Mons. Tommaso Cascianelli, a quien le ha sido aceptada su renuncia.

Padre Antonio Ederaldo de Santana

El nuevo obispo de Irece nació en Olindina, estado de Bahia, el 16 de abril de 1975, siendo ordenado presbítero el 22 de diciembre de 2002, incardinándose en la diócesis de Alagoinhas. En su vida presbiteral fue vicario parroquial, coordinador diocesano de Pastoral Juvenil, párroco y vicario general de la diócesis de Alagoinhas, donde también fue coordinador diocesano de la Pastoral del Diezmo, director espiritual diocesano de la Renovación Carismática Católica y administrador diocesano.

El ahora obispo emérito, nació el 9 de marzo de 1948 en Capodimonte, Viterbo (Italia). El 28 de septiembre de 1964 hizo su profesión religiosa en la Congregación de la Pasión de Jesucristo, más conocida como los Pasionistas. Fue ordenado sacerdote en Roma (Italia) el 17 de abril de 1973. Tiene especialización en Teología Pastoral por la Universidad Lateranense de Roma.

Es misionero en Brasil desde 1980, y fue nombrado obispo de Irece el 5 de julio de 2000. Fue consejero y asesor espiritual de Santa Dulce de los Pobres durante los últimos años de su vida, entre 1987 y 1992. Como religioso destacó como predicador de misiones populares, y fue también superior de comunidades religiosas, director de seminario y vicario regional de su congregación. También ha sido referente de la Pastoral de la Infancia.

Mensajes de la Presidencia de la CNBB

Al obispo electo, padre Antonio Ederaldo de Santana, la presidencia de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil le ha enviado un mensaje en el muestran su alegría por su nombramiento, felicitándole y deseándole un fructífero ministerio. También le han hecho ver con las palabras del Papa Francisco que “No es tiempo de detenerse, no es tiempo de rendirse, no es tiempo de amarrar la barca a la orilla o de mirar atrás”.

A Mons. Tommaso Cascianelli le agradecen “por su ministerio episcopal y, sobre todo, por la vida que ha dado a la Iglesia en Brasil a lo largo de los 43 años que ha estado presente como misionero en el nordeste del país”, agradeciéndole por todo lo que hizo en su vida misionera, “especialmente su trabajo como consejero de Santa Dulce de los Pobres en los últimos años de su vida”. En esta nueva etapa como obispo emérito, le piden que “siga sirviendo con sabiduría y con plena conciencia de que la emérita es un momento nuevo y rico para su misión en la Iglesia”, pidiendo la intercesión de Santa Dulce de los Pobres.