Encuentro de Participación Sinodal en Latacunga ¿Estamos decididos al cambio? cuestionan pueblos originarios a Iglesia sobre sinodalidad
Analizar la realidad con serenidad a partir de las experiencias. Formular preguntas sin temor a expresar lo que no termina por convencer o desde la conciencia, puede ser una tensión o diferencia relacionada con las acciones y prácticas lideradas actualmente por la Iglesia. Metas de la segunda jornada del Encuentro de Participación Sinodal y articulación pastoral con los pueblos originarios que se realiza del 20 al 24 de febrero en Latacunga – Ecuador con una asistencia superior a las 45 personas
Una propuesta que este 21 de febrero se inició con la lectura intencionada y orante del documento para la fase continental del Sínodo, que además de incentivar el diálogo por grupos de trabajo, se convirtió en una sana provocación para la reflexión, la conversación y la concertación entre iguales
Obispos, sacerdotes, religiosos, representantes de los pueblos originarios del continente y agentes de pastoral, se dejaron interpelar por la llamada del Papa Francisco a caminar juntos, considerando como algo posible y necesario ese ampliar los límites de la tienda, como señala la cita del profeta Isaías que da título al documento de la fase continental del sínodo
Obispos, sacerdotes, religiosos, representantes de los pueblos originarios del continente y agentes de pastoral, se dejaron interpelar por la llamada del Papa Francisco a caminar juntos, considerando como algo posible y necesario ese ampliar los límites de la tienda, como señala la cita del profeta Isaías que da título al documento de la fase continental del sínodo
Analizar la realidad con serenidad a partir de las experiencias. Formular preguntas sin temor a expresar lo que no termina por convencer o desde la conciencia, puede ser una tensión o diferencia relacionada con las acciones y prácticas lideradas actualmente por la Iglesia. Metas de la segunda jornada del Encuentro de Participación Sinodal y articulación pastoral con los pueblos originarios que se realiza del 20 al 24 de febrero en Latacunga – Ecuador con una asistencia superior a las 45 personas.
Una propuesta que este 21 de febrero se inició con la lectura intencionada y orante del documento para la fase continental del Sínodo, que además de incentivar el diálogo por grupos de trabajo, se convirtió en una sana provocación para la reflexión, la conversación y la concertación entre iguales.
Obispos, sacerdotes, religiosos, representantes de los pueblos originarios del continente y agentes de pastoral, se dejaron interpelar por la llamada del Papa Francisco a caminar juntos, considerando como algo posible y necesario ese ampliar los límites de la tienda, como señala la cita del profeta Isaías que da título al documento de la fase continental del sínodo.
La certeza del camino
Así la segunda jornada del Encuentro organizado por la Comisión de Pueblos Originarios del Celam inició y finalizó en oración. Espacio que cada día es asignado a un país diferente lo que le imprime al momento de encuentro con Dios, cierta originalidad en tanto se descubren los elementos rituales de los diferentes pueblos originarios y se conoce más de la riqueza de sus costumbres.
Conocer el sentir del otro ofrece una oportunidad para el crecimiento constatando que Dios está presente en nuestras realidades por diversas que sean.
En esta oportunidad la delegación de Bolivia fue la encargada de darle la bienvenida al día con la oración de laudes. El altar de la capilla de la casa de retiro San Pablo de Tantanacui, estaba ataviado con elementos representativos del país andino y sus riquezas. Una acción de gracias por los beneficios recibidos fue el eje central de la plegaria que se inició con la lectura de una tradición que se vive en el campo boliviano en la que los campesinos solicitan ayuda de sus vecinos, pero lo hacen pidiendo permiso para entrar en contacto, manifestando una reverencia por el otro y pidiendo disculpas por las molestias.
Una solicitud que se presenta con respeto y espera la respuesta positiva de quien es objeto de la invitación que además de agradecer se compromete a ayudar. Acciones que desde la tradición bien puede parecerse al momento que vive la Iglesia y la solicitud que nos hace tanto el Papa Francisco como la misma realidad a comprometernos y transformar unidos lo que ya tenemos y hemos cultivado por mucho tiempo.
Acciones con propósito
Fortalecidos por la oración se dio paso a los ecos de la primera jornada y en plenaria se compartieron los principales aspectos del trabajo grupal que además de las tensiones, se ocuparon de las prioridades, los temas recurrentes y los llamados a la acción que pueden y deben compartirse con las otras Iglesias locales del mundo y ojalá discutidas durante la primera sesión de la Asamblea sinodal en octubre del presente año.
Un sinnúmero de aportes de los que solo un extracto habló de realidades como la de México en donde se afirma existe una gran indiferencia no de todos pero si de algunos obispos y consagrados ante las posibilidad de un cambio en las estructuras y paradigmas.
Para ellos el interrogante se refiere a la necesidad de admitir el temor a los cambios o si preferimos afianzar solo la doctrina. ¿Será que estamos dispuestos al cambio o seguiremos en lo mismo, anclados a unas costumbres que se han vuelto cargas? o ¿vendría bien decodificar el pensamiento y el sentimiento para concretar el cambio hacia una iglesia sinodal?, cuestionaron.
Por su parte, la delegación boliviana reconoció que existen impulsos momentáneos pero pasan, una euforia a colectiva lleva a todos a hablar de sinodalidad pero todo pasa y la realidad es que los procesos no se están dando solo se cumplen requisitos en materia pastoral.
Las ausencias
En un país mayoritariamente indígena, no hay pastoral indígena, no hay un pastoral oficial que atienda esta necesidad desde la Conferencia Episcopal boliviana, por lo que consideran son dos mundos diversos que difícilmente van a coincidir. Otro de los inconvenientes que citan es la fuerza de los ministerios que desencadena una gran dificultad para el cambio, el clericalismo tanto en los ministros como en los laicos, si no cambia, no podrá transformar la estructura piramidal actual, por el empoderamiento necesario para transformarse en una circular, principio básico de la sinodalidad.
Por su parte en Ecuador se constata el poco valor que tiene la Pastoral indígena en algunos territorios, los procesos inexistentes o sin articulación y los ritos que se vuelven en actos folclóricos, satanizados precisamente por esta tendencia. Sin olvidar que los jóvenes no van a la Iglesia y la actitud de muchos pastores es la causa porque en el fondo solo desean mantener la tradición por lo que advierten que “sin apertura no hay sinodalidad”.
En este sentido las delegaciones hablan de la necesidad de superar la apatía por la cultura indígena, latente en muchos ministros ordenados, para ellos sería importante que la jerarquía se preocupe por una fe vivida con sus propias formas y costumbres sin ser vistos como congregaciones infieles. Es necesario que se abran las puertas de la casa.
Reflexiones, desafíos
En el caso de Costa Rica, la propuesta es trabajar para alcanzar la empatía, valorar la diferencia, porque subsiste el interrogante por el futuro de los pueblos originarios que están perdiendo su identidad. ¿Qué hará la Iglesia al respecto para salvaguardar, ayudar o acabar con estos pueblos?
Para los pueblos originarios en Colombia la pregunta pasa por la conciencia del cambio de época que estamos viviendo y el temor a que pasen otros 50 años para pensar en darle un nuevo aire a la Iglesia y lo que haremos para transformarla, quizá la mayor pregunta y que apareció en forma recurrente es si realmente estamos decididos al cambio y sus implicaciones.