Ser auténticos

Dar
San Mateo, en su capítulo 6, previene a sus oyentes de evitar la hipocresía, tanto en materia de la limosna como de la oración y en ayuno. Y también de no hacer ostentación cuando practicamos una de estas prácticas que por otra parte la Iglesia recomienda, especialmente durante el tiempo de cuaresma. Si ayunas no pongas cara alargada para que los demás vean que ayunas. Cuando hagas limosna no hagas ostentación para que los demás vean que eres generoso. Lo mismo cuando reces, hoy día diríamos no vayas con el rosario en la mano para que digan los que te vean que piadoso es.

No, si ayunas perfuma tu cabeza y hoy diríamos maquilla tu cara para que no se vea que ayunas, si haces limosna que tu mano izquierda no sepa que tu alargas la derecha para socorrer al necesitado, si oras hazlo en tu habitación donde nadie te vea, o discretamente en el templo. Hacerse ver es lo que hacían los fariseos en tiempos de Jesús y ya habían recibido su recompensa al ser elogiados por la gente.

En ciertos casos, comenta un padre dominico francés, la hipocresía es uno de los grandes reproches que hacen a los cristianos: “pretenden amar pero cuando los ves vivir…”. Pero no todas las veces los reproches son justificados. No, lo que ocurre es que los deseos no concuerdan con los hechos, es lo del dicho: De lo dicho al hecho, va un trecho. Esforcémonos en que el trecho sea cada vez menor. Texto: Hna. María Nuria Gaza.
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