Un e-mail

E-mail
¡Qué bueno es, y qué agradable, que los hermanos convivan en armonía! (Salmo 133,3). El estar inmerso en la tecnología, la rapidez de la comunicación con sus grandes ventajas también nos lleva a una velocidad donde todo parece inmediato. Estaba pensando en alguien y de repente caí en la cuenta que hacía mucho tiempo que no le había escrito un e-mail con sustancia, así lo llamo. Claro que utilizo asiduamente el correo y más con temas laborales pero hacía tiempo que no escribía pensando en alguien y compartiendo. Para ello hay que tomarse tiempo, pararse, pensar en el otro. Es cierto que el envío será rápido pero llevará otra impronta, tendrá un mensaje más personal y concreto.

En el grupo de wassapp de la familia, un familiar decidió un buen día, salirse de dicho grupo de buen rollo, pidiendo que nadie se molestara y dijo que no podía estar pendiente todo el día de un montón de mensajes y si alguien quería algo más personal pues ya sabíamos donde localizarle. Es respetable su decisión y para los que decidimos continuar en el grupo pero también es cierto que cuando llega su cumpleaños u otra fecha importante en su vida, ahora hay una llamada de teléfono, hay una comunicación, nos escuchamos la voz y nos preguntamos cómo nos va la vida, etc…, hay algo más, es tomarse el tiempo con y para el otro.

Cuantas veces y yo también lo hago, nos quedamos tan a gusto enviando un breve mensaje que dice: Felicidades, etc. Sí, nos hemos acordado de la persona, es lo importante, pero por mucha tecnología que parece nos acerque, con todas sus ventajas de las que estoy contenta de utilizar y disfrutar, nada hay como un contacto más cercano, una comunicación más de tú a tú…..escucharnos la voz, hablarnos nos lleva a ir tejiendo otras relaciones. Cuidemos las buenas amistades, avivamos el diálogo, porque seguramente muchos son los conocidos y menos los verdaderos amigos.

“Seis pilares sostienen la verdadera amistad", según Martín Descalzo en su libro “Razones para el amor”:

El respeto a lo que el amigo es y cómo el amigo es.
La franqueza, que está a media distancia entre la simple confianza y el absurdo descaro. Franqueza como confidencia o intimidad espiritual compartida.
La generosidad como don de sí, no como compra del amigo con regalos.
Aceptación de fallos.
Imaginación, para superar el aburrimiento y hacer fecunda la amistad.
La apertura.

Texto: Hna. Ana Isabel Pérez.
Volver arriba