Lo que no confesó fue la falta de consentimiento en algunas de esas relaciones sexuales El Abbé Pierre admitía ya en 2005 que había mantenido relaciones sexuales con mujeres
El voto de castidad "no suprime en absoluto la fuerza del deseo, al que he cedido de forma pasajera. Pero nunca he tenido una relación regular, pues nunca permití que el deseo echara raíces. He conocido, pues, la experiencia del deseo sexual y de su muy extraña satisfacción"
"Es necesario que existan en la Iglesia curas casados y curas célibes que puedan consagrarse totalmente a la plegaria y a los otros"
"No veo ningún argumento teológico que prohibiera a Jesús, el Verbo encarnado, conocer una experiencia sexual (...) Me levanto contra los que afirman que es imposible que Jesús haya tenido relaciones sexuales en nombre de su divinidad"
"Los que se manifiestan en contra, sean cuales sean sus eminentes funciones, nunca han avanzado un solo argumento teológico que demuestre que el acceso de las mujeres al sacerdocio sería contrario a la fe"
"No veo ningún argumento teológico que prohibiera a Jesús, el Verbo encarnado, conocer una experiencia sexual (...) Me levanto contra los que afirman que es imposible que Jesús haya tenido relaciones sexuales en nombre de su divinidad"
"Los que se manifiestan en contra, sean cuales sean sus eminentes funciones, nunca han avanzado un solo argumento teológico que demuestre que el acceso de las mujeres al sacerdocio sería contrario a la fe"
Las sospechas rondaban al mito desde hacía tiempo. De hecho, el propio Abbé Pierre, fundador de los Traperos de Emaús, lo confesó poco antes de morir en un libro, titulado 'Dios mío...¿por qué', que podría considerarse su última confesión. Una confesión que, por lo que ahora sabemos, fue incompleta. Ésta es la crónica que RD publicaba el 28 de octubre de 2005.
RD, Viernes, 28 de octubre 2005
Cuenta Lluis Uría en La Vanguardia que a sus 93 años, el sacerdote Henry Grouès, más conocido como Abbé Pierre - su nombre de guerra en la Resistencia francesa contra la ocupación nazi-, ha decidido despedirse con un acto de extrema sinceridad.
El célebre defensor de los pobres, fundador de las comunidades Emmaüs para dar cobijo a los sin techo, el hombre vivo más popular de Francia, expone sus reflexiones íntimas sobre la fe y la Iglesia en un libro expresivamente titulado "Dios mío... ¿por qué?",que ayer apareció en las librerías de toda Francia. En el opúsculo, escrito por Frédéric Lenoir, director de la revista Le Monde des religions,el Abbé Pierre aborda sin tapujos algunos de las cuestiones más espinosas de la doctrina católica, desde el celibato hasta María Magdalena.
En un gesto llamado a abrir una sonora polémica, el viejo sacerdote admite haber mantenido relaciones sexuales ocasionales con mujeres, vulnerando sus votos. El voto de castidad "no suprime en absoluto la fuerza del deseo, al que he cedido de forma pasajera. Pero nunca he tenido una relación regular, pues nunca permití que el deseo echara raíces. He conocido, pues, la experiencia del deseo sexual y de su muy extraña satisfacción", confiesa.
En todo caso, el Abbé Pierre defiende, más allá de su propia experiencia personal, que el celibato sea voluntario. "Conozco a curas que viven en concubinato con una mujer a la que aman desde hace años (...) y siguen siendo buenos sacerdotes", afirma, para sostener a continuación que "es necesario que existan en la Iglesia curas casados y curas célibes que puedan consagrarse totalmente a la plegaria y a los otros".
Nada que ver con la doctrina puesta de nuevo de manifiesto el pasado domingo por el Papa Benedicto XVI en el primer sínodo de obispos de su papado, ante el que evocó el "don precioso" del celibato.
Si polvareda pueden levantar estos comentarios del Abbé Pierre - recogidos con diferente extensión por los semanarios Le Point y L´Express,y por el diario Le Figaro-,no lo harán menos los relativos a la poliédrica figura de María Magdalena y de su relación con Jesucristo. La mera hipótesis de que Cristo mantuviera relaciones sexuales con la ex prostituta redimida "no turba de ninguna manera mi fe", explica.
Y añade al respecto: "No veo ningún argumento teológico que prohibiera a Jesús, el Verbo encarnado, conocer una experiencia sexual (...) Me levanto contra los que afirman que es imposible que Jesús haya tenido relaciones sexuales en nombre de su divinidad".
En el libro, el fundador de Emmaüs defiende asimismo la incorporación de las mujeres al sacerdocio: "Los que se manifiestan en contra, sean cuales sean sus eminentes funciones, nunca han avanzado un solo argumento teológico que demuestre que el acceso de las mujeres al sacerdocio sería contrario a la fe", sostiene.
Y aboga también por permitir que los homosexuales puedan acceder al matrimonio, si bien bajo otro nombre - sugiere el de alianza-para no herir sensibilidades, aunque muestra dudas sobre la conveniencia de que las parejas homosexuales puedan adoptar.
Hijo de una rica familia, el Abbé Pierre abandonó una vida regalada e ingresó en los capuchinos, siendo ordenado sacerdote en 1938. Tras luchar contra los nazis en la Resistencia y un breve paso por la política, decidió dedicar su vida a dignificar la vida de los más pobres. Ahora, a sus 93 años, las preguntas se le acumulan en la garganta y su fe se convierte en una interrogación.
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