Su estado de salud es muy delicado, afirman distintas fuentes Asia Bibi, al fin liberada, sale de Pakistán y se dirige a Canadá
Bibi fue denunciada en 2009 por dos mujeres por supuestamente insultar al profeta Mahoma; un tribunal la condenó a la pena de muerte en 2010 y cuatro años después perdió una apelación en el Tribunal Superior de Lahore
| RD/Cope
Asia Bibi, la mujer cristiana que fue condenada a muerte acusada de blasfemia hace nueve años, ha salido este miércoles de Pakistán y se dirige a Canadá. COPE ha podido confirmar por fuentes cercanas a su familia se reunirá en las próximas horas con sus hijas, que la esperan en Canadá, donde también ella recibirá asilo. El reencuentro, sin embargo, tendrá que esperar.
Según ha podido saber también COPE, la salud de esta mujer cristiana de 53 años es más que delicada, y lo primero que necesitará será un tratamiento médico adecuado, al que no ha tenido acceso hasta ahora. Por el momento, Asia Bibi no hará declaraciones ni comparecerá en público.
Nueve años en la cárcel
Asia Bibi ha pasado nueve años en la cárcel, condenada a muerte, y solo después de muchas apelaciones y movilizaciones internacionales fue posible su absolución el pasado mes de octubre. Sin embargo, hasta ahora no había conseguido abandonar el país por lo complicado que ha sido protegerla una vez fuera de prisión y porque el propio ejército pakistaní lo impedía.
#ÚLTIMAHORA Asia Bibi abandona #Pakistán seis meses después de quedar absuelta de la condena a muerte por blasfemia https://t.co/ODXtzlGKuw
— EP Internacional (@EPinternacional) 8 de mayo de 2019
Madre de cinco hijos, Asia fue denunciada en 2009 por dos mujeres por supuestamente insultar al profeta Mahoma; un tribunal la condenó a la pena de muerte en 2010 y cuatro años después perdió una apelación en el Tribunal Superior de Lahore (este).
La dura ley antiblasfemia paquistaní fue establecida en la época colonial británica para evitar choques religiosos, pero en la década de 1980 varias reformas auspiciadas por el dictador Zia-ul-Haq favorecieron el abuso de esta norma. Desde entonces, se han producido un millar de acusaciones por blasfemia, un delito que en Pakistán puede llevar aparejada la pena capital, aunque nunca se ha ajusticiado a ningún convicto.