El fundador no será expulsado, y se abre la puerta a una futura reconciliación Bianchi acepta abandonar Bose tras negociar su salida, y la de los suyos, con el comisario pontificio
El fundador de la comunidad se retira "indefinidamente", mientras que sus colaboradores no podrán visitarla durante cinco años
La salida de Enzo Bianchi tranquiliza a la Santa Sede, que temía que una rebelión formal de su fundador acabar con el espíritu de esta comunidad ecuménica
Enzo Bianchi abandona Bose, la comunidad ecuménica de hombres y mujeres que fundó hace medio siglo, después de la orden del Vaticano, “con espíritu de dolorosa obediencia”. Así lo ha comunicado la propia comunidad, que avanza que Goffredo Boselli y Antonella Casiraghi harán lo propio. El otro afectado, Lino Breda, ya había aceptado la decisión en el momento de producirse, el pasado 13 de mayo.
Se pone así fin a uno de los conflictos más dolorosos que ha debido afrontar el Papa Francisco, pues la espiritualidad de Bose era, y es, un modelo de ecumenismo real. Pero el exceso de autoridad de Bianchi frente al nuevo rector Manicardi hizo imposible la coexistencia pacífica, más en una comunidad que fue creciendo y que necesitaba organizarse.
Retirada "indefinida"
Finalmente, como nos cuenta Avvenire, y tras tres días de intensos tiras y aflojas, Bianchi y el delegado pontificio, Amedeo Cencini, acordaron que el fundador se retire “indefinidamente” de Bose, mientras que sus colaboradores estarán al menos cinco años distanciados de la comunidad, pero en monasterios diferentes.
“En los próximos días, y durante el tiempo indicado en las disposiciones, vivirán como hermanos y hermanas de la comunidad en lugares distintos de Bose y sus fraternidades. Pedimos a nuestros amigos e invitados que nos han acompañado con oración y afecto en estos días difíciles, continúa la nota, que no cesen de interceder intensamente por todos nosotros, monjes y monjas de Bose, dondequiera que vivamos” reza el comunicado de la comunidad, que pide “continuar con la raíz de su carisma fundacional: fiel a su vocación como comunidad monástica ecuménica de hermanos y hermanas de diferentes denominaciones cristianas, testificando diariamente el evangelio entre los hombres y mujeres de nuestro tiempo ".
No hay "expulsión" de Bianchi
El acuerdo final no es una “expulsión” de Bianchi de la realidad que él mismo construyó hace 55 años, pero sí un alejamiento para poder redefinir el futuro de Bose. “Probablemente se necesitará tiempo para curar una herida que podría dañar la imagen de Bose, confundiendo a los muchos amigos de la comunidad y, sobre todo, desorientando a los hermanos de las diferentes denominaciones cristianas que desde hace décadas ven en la pequeña realidad de los bielleses un faro de esperanza en el signo de la unidad”, apunta Avvenire.
Bianchi se aparta. “Estamos dispuestos, en arrepentimiento, a pedir y dar misericordia", había declarado el miércoles pasado en una declaración, que ha tranquilizado, y mucho, a la Santa Sede, pues una rebelión formal del fundador hubiera puesto en peligro la supervivencia de Bose. Ahora, el tiempo y la buena voluntad, podrán ayudar a cerrar las heridas, y dejar que cicatricen.