"El desafío del coronavirus es la prueba decisiva" Cardenal Angelo Bagnasco: "La solidaridad en Europa debe nacer desde dentro, de lo contrario es una fachada contaminada"
El Presidente de la Conferencia de Obispos Europeos ha lamentando estar contemplando una "Europa 'lenta'" en la aplicación de leyes solidarias frente a la pandemia
"Es evidente que algunos países tienen una visión diferente de la Unión", ha dicho quien dirige desde 2016 el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas
"La primera medida es poner en marcha recursos financieros sustanciales"
"La primera medida es poner en marcha recursos financieros sustanciales"
El Presidente de la Conferencia de Obispos Europeos, el cardenal Angelo Bagnasco, ha expresado su opinión sobre la política europea en estos días, en los que se debería elaborar en equipo un plan de salida a la crisis. "El desafío del coronavirus es la prueba decisiva", ha declarado.
El cardenal, que dirige desde 2016 el Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE), ha definido su cargo como "una escuela continua". Entrevistado en famigliacristiana.it, ha asegurado que "al pensar en mi misión pastoral siempre he tenido en mente a mi padre, un humilde obrero que trabajaba todo el día y a veces por la noche".
Una Europa 'lenta'
"En cualquier realidad, las leyes correctas son necesarias, pero también la capacidad de aplicarlas por igual, con sentido común", ha opinado Bagnasco, preocupado porque "una Europa 'lenta' aparece a los ojos de todos" mientras su ciudadanía se ve lamentablemente afectada por las consecuencias del coronavirus.
Apelando al compromiso de la Unión Europea, el cardenal ha dicho que "la solidaridad debe nacer desde el interior, desde el alma, de lo contrario es una fachada contaminada y frágil". Y ha recordado las palabras del Papa Francisco, que ha considerado adecuado para superar la pandemia "un camino unificado, pero repensado en la raíz".
"Sin gritar", espera que de estos tiempos de pandemia las comunidades aprendan "una nueva sobriedad, con menos cosas"
"Es evidente que algunos países tienen una visión diferente de la Unión", continúa el cardenal, manifestando decepción porque en lo que se debería actuar como una "comunidad", la clave esté siendo salvarse a uno mismo. "Me pregunto si todos amamos de verdad a Europa", ha añadido.
"Italia no pide limosna"
Expresando qué pasos considera que deben darse para combatir la crisis, ha establecido que "la primera medida es poner en marcha recursos financieros sustanciales" que demuestren "el respeto a los valores básicos" de la UE. "Italia no pide limosna, sino que apela legítimamente a una realidad política que ha fundado y apoya", ha defendido.
Por último, ha manifestado el ánimo de apoyar en las instituciones junto a los demás obispos, "sin gritar" y "sin colonialismo intelectual". Esperando que de estos tiempos de pandemia las comunidades "marcadas por el ayuno litúrgico, pero no por la oración vacía" salgan mejoradas: con "una nueva sobriedad, con menos cosas y más valores".