"Hay que resistir a los comienzos. Se empieza por pensar, por hablar", advierte el purpurado Cardenal Marx: "El proyecto europeo está amenazado por el nacionalismo étnico"

"El nacionalismo étnico y el cristianismo son incompatibles". Tras el resultado de las elecciones europeas, y el ascenso de la ultraderecha de Alternativa por Alemania, el cardenal Reinhard Marx ha mostrado su preocupación por el futuro del continente, "un proyecto de paz amenazado por el nacionalismo étnico", tal y como subrayó en una homilía el pasado domingo en Múnich, tal y como recoge Katholisch.

Marx, que se autodefinió como "un europeo entusiasta", advirtió de la posibilidad de que el sueño europeo surgido de las ruinas de la II Guerra Mundial "vuelva a desmoronarse" si "el nacionalismo völkisch (étnico)", separatista y xenófobo, regresa con fuerza.

Esta "no es todavía la opinión mayoritaria del pueblo", subrayó el purpurado, quien llamó, no obstante, a "estar bien despiertos", porque "el nacionalismo völkisch y el cristianismo son incompatibles. Y punto".

Recordando la memoria de Gerlich, cuyo proceso de beatificación está abierto, Marx recordó que incluso antes de que Hitler llegara al poder, "hubo suficientes personas, Fritz Gerlich fue una de ellas, que lo dejaron meridianamente claro: Hitler significa guerra, opresión y terror".

Para Gerlich, estaba claro "que lo que estaba haciendo el régimen nazi era completamente incompatible con una visión cristiana de la humanidad". No en vano, Hitler hizo que le presentaran todos los números de la revista "Der Gerade Weg", de la que era responsable. A partir de marzo de 1933, Gerlich fue encarcelado sin juicio previo. Fue torturado repetida y severamente, trasladado a Dachau la noche del 1 de julio de 1934 y fusilado allí.

"Hay que resistir a los comienzos. Se empieza por pensar, por hablar", advirtió el cardenal, quien aunque no cree que la historia vuelva a repetirse, sí incidió en que "siempre hay tendencias a tomar caminos equivocados, a dividir a la gente en clases diferentes", advirtió Marx. "Siempre existe la tentación de ejercer el dominio sobre el otro y sustituir así la justicia por el poder", finalizó.