El arzobispo de L' Aquila llama a la "sabiduría compartida" ante la emergencia Coronavirus en Italia: momento de oración y corresponsabilidad
El arzobispo de la localidad italiana L'Aquila hace un llamamiento a la "movilización de la oración, especialmente en las familias, para pedirle a Dios que libere al mundo del "flagelo" de la epidemia"
| Davide Dionisi
(Vatican News).- "Para los residentes de L'Aquila, este jadeo de emergencia, causado por la epidemia del coronavirus, representa un sufrimiento adicional que afecta a la comunidad, dramáticamente afectada por el terremoto en 2009". El cardenal Giuseppe Petrocchi, arzobispo de L'Aquila, hace un llamamiento a una "movilización de la oración (especialmente en las familias), para pedirle a Dios que libere al mundo y a nuestra gente de este flagelo".
Alerta de conciencia
"La propagación del contagio del coronavirus - escribe el cardenal - representa una seria amenaza para toda la población (a nivel nacional y planetario)". Además, dice, "la contraofensiva a este peligro inminente requiere el estado de alerta de las conciencias y la adopción unánime de comportamientos adecuados". "Es el momento de la corresponsabilidad" explica el Cardenal Petrocchi, es decir, de una convergencia de pensamiento y acción que postula un compromiso en plural. “Este paso hacia adelante de la conciencia civil y religiosa "continua" requiere una sabiduría compartida y un espíritu de obediencia a las reglas (higiénicas, de salud y sociales) establecidas por las autoridades legítimas”.
Dice que la situación "requiere una sabiduría compartida"
Una comunidad lista para enfrentar dificultades
El arzobispo italiano además pide evitar "las discrepancias éticas y las disonancias conductuales, precisamente porque son perjudiciales para el bien general". En este dramático momento, el arzobispo de L'Aquila pide unidad de propósito: "En la Edad Media, cuando un peligro se acercaba a las murallas de la ciudad, se tocaban las campanas con el martillo: era la señal que unía a los ciudadanos", subraya, y agrega que "las divisiones fehacientes y los antagonismos internos tenían que superarse de inmediato, así como los individualismos y los intereses privados debían dejarse de lado para converger, compactar, hacia la defensa del bien común, que es el bien de todos y cada uno".
Gracia y unidad
Por último, dirige un pensamiento hacia los enfermos y para aquellos que trabajan en estos días con un espíritu de sacrificio: "Expreso solidaridad fraterna con las personas afectadas por la enfermedad y gratitud activa a quienes, al frente de las instituciones, la salud, el orden público, los servicios sociales, se comprometen, con heroísmo a menudo anónimo, a luchar en esta batalla con altruismo y colaboración competente".
Etiquetas