La ex-religiosa Doris Reisinger arremete contra Roma por su "falta de profesionalidad" Mordazas, jueces "amigos" y sin escuchar a la víctima: el Vaticano exculpa a un cura de abusos a una monja
Denuncia que nunca fue llamada a declarar en la investigación contra el ex-oficial de Doctrina de la Fe, Hermann Geissler
"No se me permitió hablar del proceso... Tuve que mantener secretos todos los documentos, y tampoco se me permitió un abogado civil"
Tacha de "oportunidad perdida" la decisión de exculpar a Geissler, en un momento de supuesta "tolerancia cero" con los abusos y en el que los abusos a monjas son "escandalosamente comunes"
Tacha de "oportunidad perdida" la decisión de exculpar a Geissler, en un momento de supuesta "tolerancia cero" con los abusos y en el que los abusos a monjas son "escandalosamente comunes"
Hermético, amañado y falta de las más básicas garantías legales, como la obligación de escuchar a las dos partes. Así es como la ex-monja Doris Reisinger (Wagner) ha descrito el proceso vaticano contra el cura, Hermann Geissler, que supuestamente le abusó en el confesionario. Proceso que culminó la semana pasada con la decisión del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica de no iniciar ninguna acusación canónica contra el ex-funcionario de Doctrina de la Fe.
"El procedimiento de la Signatura Apostólica contra Geissler me asombró por su falta de profesionalidad", ha denunciado Reisinger en su cuenta de Twitter, comunicando su intención de publicar en un futuro próximo todos los archivos relativos al proceso vaticano que obran en su poder, y así dar a los académicos y canonistas una oportunidad de entender mejor el farragoso sistema legal eclesiástico.
La víctima se enteró del veredicto... por la prensa
Pero por lo que ha contado Reisinger en las redes, no va a ser fácil desentrañar los pormenores del juicio de Geissler en la Signatura Apostólica. Primero, porque la ex-religiosa ni tiene aún una copia de fallo del Tribunal Supremo del Vaticano. Según ha contado, para Roma solo tienen derecho a él el acusado y su Superior. Por su parte, Reisinger y su defensor eclesiástico se enteraron del veredicto por la prensa. Una sentencia que Reisinger quiere dejar claro no equivale a una absolución, sino a una decisión de no proceder con el caso tras las investigaciones preliminares.
The proceedings of the #Signatura Apostolica against Geißler shocked me because of their lack of professionality.
Therefore I have decided to make the files available for independent canonistic examination and publication.— Doris Reisinger (Wagner) (@ReisingerWagner) 18 de mayo de 2019
Otra rareza del proceso que ha criticado la ex-religiosa es que nunca prestó declaración en persona ante el tribunal que investigó a Geissler. "Nunca fui llamada a declarar en estas investigaciones", lamenta Reisinger, añadiendo que durante los meses que duraron el proceso preliminar "nunca se me ha oído en un tribunal eclesiástico... supuestamente por razones de tiempo". "No se me permitió hablar del proceso", ha proseguido la autora, teóloga y profesora. "Tuve que mantener secretos todos los documentos de la Signatura Apostólica y solo puede contactarme con la Signatura por correo ordinario. El correo electrónico, el teléfono y el fax fueron expresamente prohibidos. Tampoco se permitió un abogado [civil]", ha denunciado, añadiendo que aunque escribiera a Roma y mandara testimonios de terceros sobre su caso y hiciera preguntas sobre el proceso todos ellos "nunca fueron contestados".
Veredicto preparado de antemano
Y es que fuera poco todo este procedimiento legal tan arcano, Reisinger ha expresado sus sospechas de que el veredicto fuera preparado de antemano. Desconfianza que se ha levantado aún más tras informaciones en la prensa al efecto de que firmó la decisión exculpando a Geissler Giuseppe Sciacca, el secretario del Tribunal Supremo de la Signatura y "amigo" -en palabras de Reisinger- de la Familia Spiritualis Opus, la congregación a que pertenecía la ex-monja.
"La Signatura Apostólica es el más alto tribunal de la Iglesia", ha recordado Reisinger, explicando que "no hay ninguna instancia más alta a la que pueda acudir, salvo el Papa, y ya he probado eso tres veces, en vano". Para la alemana, "en un momento histórico para la Iglesia, en el que tribunales eclesiásticos están intentando presentarse como organismos certeros y efectivos para tratar los abusos -aunque casi nadie se lo cree- esta decisión es una oportunidad perdida".
La decisión de la Signatura Apostólica "también fija un precedente" en un momento en el que ataques sobre religiosas por parte de sus confesores son "escandalosamente comunes", ha finalizado Reisinger. "Convicciones de los perpetradores son muy poco frecuentes: yo no conozco de ninguno", ha lamentado, añadiendo que "quieren que siga así".