Clérigos de ambos países lanzaron un "grito de misericordia" por los inmigrantes Obispos y sacerdotes de ambos lados de la frontera México-USA, unidos contra Trump
"Nuestra fe dice que debemos construir puentes y no muros, esta es nuestra misión", dijo el Padre Stark
Mons. Seitz: "El desierto habla, porque en esta tierra està la sangre de muchos de los que intentaron cruzarlo para encontrar una vida digna"
"Los tiempos oscuros llaman al pueblo de Dios a ser audaces"
"Los tiempos oscuros llaman al pueblo de Dios a ser audaces"
| RD/Agencias
Con una oración ante el muro y la bendición en la frontera México-Estados Unidos, los obispos y sacerdotes de ambos países lanzaron un "grito de misericordia" por los inmigrantes que intentan cruzar la frontera.
En el marco de la reunión de los Obispos de las diócesis de la frontera norte de México y Texas, el Obispo de El Paso, Mons. Mark Seitz y el Instituto Frontera de la Esperanza convocaron a participantes en el área de Sunland Park, en Nuevo México (Estados Unidos), que limita con Anapra, Municipio de Juárez (México).
El padre Robert Stark, de la sección de migrantes y refugiados del Ministerio de Desarrollo Humano Integral del Vaticano, participó en la ceremonia interreligiosa por la justicia y la paz, su labor fue examinar la situación en persona. "Nuestra fe dice que debemos construir puentes y no muros, esta es nuestra misión", dijo el Padre Stark, quien invitó a los fieles a reconocer, respetar y promover los derechos de las personas que huyen de sus países que buscan refugio por razones de seguridad.
En su discurso durante la ceremonia, Mons. Seitz dijo: "El desierto habla, porque en esta tierra està la sangre de muchos de los que intentaron cruzarlo para encontrar una vida digna, y podemos escuchar el grito de la tierra diciendo que Nuestras políticas tienen consecuencias ".
Bajo el lema "Los tiempos oscuros llaman al pueblo de Dios a ser audaces", docenas de religiosos y laicos han rechazado el muro y las barreras de hormigón con alambre de púas que se han instalado en los puentes internacionales.
En su discurso, el obispo Seitz pidió orar por los migrantes y evitar otras muertes, como las de los niños Jakelin y Felipe, niños guatemaltecos que murieron al cruzar el desierto mientras se encontraban bajo la custodia de la patrulla fronteriza. Mostrando las fotografías de los pequeños en su mano izquierda, el Obispo dijo: "No podemos permitir más tragedias como éstas".
Del lado mexicano, el padre Bill Morton, presentó su testimonio y pidió a la comunidad de las dos naciones que acogieran a los migrantes: hay 1.500 en Juárez, y ayer en Casas Anunciación, en El Paso, han llegado otros 67
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