"Debemos tener cuidado en no responder con provocación a lo que parece una provocación" El obispo francés de los JJOO, tras la parodia de La Última Cena: “El derecho a la blasfemia no tiene cabida”

Una escena de la parodia
Una escena de la parodia RD/Captura

“El derecho a la blasfemia no tiene realmente cabida en esta ceremonia [inaugural de los Juegos Olímpicos], destinada sobre todo a promover el espíritu de unidad, fraternidad, encuentro y paz. Digan lo que digan, la controversia nacida a raíz de esta parodia no habrá servido al propósito de la paz”

"Los Juegos Olímpicos y Paralímpicos caen dentro de un marco muy preciso, ya que la Carta Olímpica exige explícitamente que no se exprese ninguna opinión política, ideológica o religiosa”, asevera Gobilliard, quien, a diferencia de algunos grupos en el ámbito católico, no considera necesaria una misa de reparación

“Los homosexuales católicos me escribieron para decirme que les dolía haber sido asociados con una visión de sexualidad desenfrenada, que no comparten"

Por otra parte, la institución religiosa egipcia de Al Azhar, la principal referencia del mundo islámico suní, condenó ayer “las escenas de falta de respeto a Cristo” durante la inauguración de los Juegos Olímpicos, que consideró una forma de “promover la homosexualidad y la transexualidad”

“El derecho a la blasfemia no tiene realmente cabida en esta ceremonia [inaugural de los Juegos Olímpicos], destinada sobre todo a promover el espíritu de unidad, fraternidad, encuentro y paz. Digan lo que digan, la controversia nacida a raíz de esta parodia no habrá servido al propósito de la paz”.

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Es la opinión, dolorida, de Emmanuel Gobilliard, obispo de Digne y delegado de la Iglesia católica francesa para los Juegos Olímpicos, quien, en entrevista en el diario galo La Croix, se pronuncia inequívocamente sobre lo que -a pesar de la negación de uno de los autores del guion de la gala- ha sido interpretado como una parodia de la composición pictórica de La Última Cena, de Leonardo Da Vinci, por un grupo de drag queens.

“Por supuesto, es legítimo que un director exprese sus ideas, sus ideologías, sus luchas… en espectáculos o en obras de teatro, por ejemplo. Pero aquí, los Juegos Olímpicos y Paralímpicos caen dentro de un marco muy preciso, ya que la Carta Olímpica exige explícitamente que no se exprese ninguna opinión política, ideológica o religiosa”, asevera Gobilliard, quien, a diferencia de algunos grupos en el ámbito católico, no considera necesaria una misa de reparación por una representación que mereció una contundente respuesta por medio de la Conferencia Episcopal francesa.

“Yo no había visto la secuencia en cuestión. Pero lo aprendí a través del prisma de otros, a través de reacciones muy fuertes publicadas en las redes sociales. Lo que entonces percibí mucho en otros –cristianos o no, por otra parte– fue esa sensación de estar ante un espectáculo con un sesgo ideológico muy fuerte, que pretendía imponer un modo de pensar unívoco y contra el que hoy parece muy difícil luchar y expresar un desacuerdo de puntos de vista. Esto plantea la pregunta: ¿hasta dónde llega la inclusión, tan destacada durante la ceremonia?”, se pregunta el obispo de Digne.

"Me sentí profundamente herido"

“Yo me sentí profundamente herido por esta parodia de La Última Cena”, asegura el prelado al rotativo católico de referencia en Francia, quien señala que el comunicado de los obispos franceses tras esa ceremonia inaugural recibió “muchos mensajes de apoyo, de fieles, de deportistas –algunos me llamaron diciéndome, por ejemplo, que esta ceremonia no les había puesto en un estado de ánimo ‘tranquilo’ antes de sus competiciones–, pero también reacciones muy violentas por parte de ambas partes”.

“Es posible que algunos hayan criticado el comunicado de prensa por su tono considerado demasiado ‘suave’; otros –incluso un sacerdote– quisieron pedir perdón al director [de la ceremonia inaugural] Thomas Jolly por la ‘afrenta’ que habría constituido nuestra intervención, poniendo en duda nuestra legitimidad para expresarnos sobre el tema”.

Emmanuel Gobilliard
Emmanuel Gobilliard RRSS

Como ejemplo de esos mensajes, cita que “los homosexuales católicos me escribieron para decirme que les dolía haber sido asociados con una visión de sexualidad desenfrenada, que no comparten. Otros querían apoyar a Thomas Jolly”.

"Buscamos un tono pacificador"

En todo caso, añade Gobilliard que los obispos franceses “buscamos mantener un tono pacificador”. “Como el escenario olímpico es muy internacional, la secuencia también suscitó emociones muy fuertes en el extranjero, mucho más allá de Francia. Esto conmocionó mucho en algunos países, como Estados Unidos, pero también en Japón y Marruecos”.

“Los cristianos debemos tener cuidado, en mi opinión, de no responder con provocación a lo que parece ser una provocación. Creo que ahora debemos ganar perspectiva, distancia y pasar página para dejar espacio a la competición deportiva, al espíritu de fraternidad y unidad de los Juegos”, señala el obispo galo.

Críticas también desde el mundo musulmán

Por otra parte, la institución religiosa egipcia de Al Azhar, la principal referencia del mundo islámico suní, condenó ayer “las escenas de falta de respeto a Cristo” durante la inauguración de los Juegos Olímpicos, que consideró una forma de “promover la homosexualidad y la transexualidad”, informa la agencia EFE.

Condenó asimismo estas escenas que “retratan a Jesucristo en una imagen ofensiva” que “veja a los creyentes en las religiones y traiciona la moral”, y rechazó “todo intento de faltar al respeto a cualquiera de los profetas de Dios”, según un comunicado.

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