A estudio en la Plenaria del Episcopado luso, donde la cuestión aún divide a los obispos Portugal: La compensación económica de la Iglesia a las víctimas de abusos será “otra forma de pedir disculpas”
Una posible “reparación económica” para las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia católica está “en estudio” durante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), que comenzó el lunes 8 en Fátima y finalizará el próximo jueves
Tal reparación es vista por los obispos como otra “forma de disculparse y ayudar a recuperar la dignidad de la vida”, y no como una “compensación”, salvaguardó el presidente de la CEP, José Ornelas, en su discurso inaugural, sin decir aún detalles sobre cómo se concretará, sobre todo porque las opiniones de los obispos al respecto siguen divididas
(7 MÁRGENES).- Una posible “reparación económica” para las víctimas de abusos en el seno de la Iglesia católica está “en estudio” durante la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Portuguesa (CEP), que comenzó el lunes 8 en Fátima y finalizará el próximo jueves. Tal reparación es vista por los obispos como otra “forma de disculparse y ayudar a recuperar la dignidad de la vida”, y no como una “compensación”, salvaguardó el presidente de la CEP, José Ornelas, en su discurso inaugural, sin decir aún detalles sobre cómo se concretará, sobre todo porque las opiniones de los obispos al respecto siguen divididas.
Reconociendo que la posibilidad de “reparación” o “compensación monetaria” surgió “desde el principio”, el obispo de Leiria-Fátima también aclaró que la jerarquía de la Iglesia “evitó vincular directamente esta forma de actuar con el concepto de “compensación” dictado por una corte judicial.
“Lo que ahora se estudia, en la actual asamblea del CEP, es una compensación económica que reconozca el dolor de quienes sobrevivieron a estos abusos y las consecuencias que tuvieron que soportar, y que coopere para que estas personas puedan tener una vida más libre, digna y debidamente reconocida”, dijo el obispo José Ornelas.
Destacando que, sobre este tema, “se solicitaron varias opiniones a entidades competentes desde el punto de vista clínico, jurídico y canónico, y se escuchó a muchas personas, incluidas víctimas”, el presidente de la CEP aseguró que serán tomadas en cuenta “en la búsqueda de una manera de superar estas situaciones, que de todas formas son demasiado dolorosas”. Y reiteró: “Estudiaremos este tema juntos, en la certeza de que quien ha sido víctima de cualquier tipo de abuso cuenta siempre con nuestra cercanía y solidaridad”.
División de opiniones entre los obispos
El coordinador del Grupo Vita, Rute Agulhas, ya había afirmado el jueves pasado que los obispos presentarían esta semana un “modelo de reparación financiera”. Pero el tema no parece ser consensuado dentro del CEP.
Si Américo Aguiar dijo a Renascença que cree, quiere y reza “para que se alcance un entendimiento que corresponda a la urgencia de las necesidades y de la vida de cada una de las personas que fueron víctimas”, admitió, en una entrevista con la misma radio, que no había consenso. “No sé si los habrá, porque hay cuestiones de proceso. La cuestión […] es entender el proceso que llevó a estas cosas, cómo se han hecho las cosas, y luego veo que no hay unanimidad en las observaciones que me han llegado. A ver si la asamblea llega a un consenso sobre el método, las formas”, afirmó, considerando también que “las cosas tienen un contexto en una diócesis, y es en una diócesis donde se deben resolver”.
Sin embargo, el Jornal de Notícias afirmó, en un texto publicado el pasado viernes (reservado para suscriptores), que sabía que “la Conferencia Episcopal está dividida”, y nombró a los obispos de Porto, Lamego, Guarda y Vila Real como cuatro elementos de la CEP que quieren que la responsabilidad por los abusos sexuales se atribuya sólo al agresor y no a la Iglesia y defender que, en los casos en que el agresor ya ha fallecido, no hay lugar para la reparación. Además de los mencionados, hay quienes señalan reservas en la misma dirección en, al menos, los obispos de Viseu y Funchal.
A finales del año pasado, Rui Valério, patriarca de Lisboa, defendió que debería haber una estrategia común para todas las diócesis y todas las víctimas. “Debemos intentar garantizar que no haya una primera y una segunda víctima. Y con esta insistencia y este foco en las víctimas de la Iglesia, pero que las demás no sean olvidadas, porque sufren tanto como éstas, y, por tanto, esta dinámica y esta decisión a tomar debe ser transversal. Debería ser global y nacional”, dijo en ese momento.
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