32º día de asedio: Ayer, la ciudad de Lviv fue objeto de un ataque trágico Shevchuk: "Ayer, Londres salió a las calles para solidarizrse con Ucrania ¡Gracias!"

¡Alabado sea Jesucristo!

Queridos hermanos y hermanas en Cristo, hoy es domingo 27 de marzo, y Ucrania vive ya el 32º día de esta terrible guerra.

Podemos decir que Ucrania está siendo crucificada ante los ojos del mundo. Ayer, la ciudad de Lviv fue objeto de un ataque trágico. Podemos decir que el día de ayer fue un día de terrorismo, un día de misiles por toda Ucrania. Y es que, cada vez que un misil impacta en una ciudad pacífica, uno tiene la sensación de que otro clavo se clava en el cuerpo de Ucrania… nos están crucificando.

Ucrania vive su calvario... Vive un tiempo de gran dolor... En estos tiempos nuestro pueblo se pregunta, le pregunta a Dios, se pregunta a sí mismo: ¿Por qué? ¿Cuál es el sentido del sufrimiento humano? ¿De dónde sacar la fuerza para ver la luz de la sabiduría de Dios en las circunstancias de la locura de la guerra?

Este domingo, que según el calendario juliano es el tercer domingo de Cuaresma, la Iglesia de Cristo exalta la Cruz santa y vivificante del Señor. Llamamos a este domingo, el domingo de la Adoración a la Cruz.

Quizá hoy, contemplando al Salvador crucificado, podamos encontrar en parte las respuestas a estas preguntas. La fe cristiana en un Dios crucificado da una respuesta completa a estos interrogantes.

Hoy Cristo es crucificado una vez más junto con Ucrania. Y es uniendo el sufrimiento y la angustia que vivimos hoy en Ucrania con los sufrimientos de Cristo crucificado, que encontramos la clave para poder comprender. En la tradición bizantina, a la cruz del Señor se la llama árbol santo y vivificante. Y el árbol de la vida que estaba en el paraíso, el árbol del conocimiento del bien y del mal, era sólo imagen y prefiguración del árbol de la Cruz.

Ahora aquí en la tierra, estamos viviendo el infierno de la muerte y de la guerra, pero Dios Nuestro Señor quiere plantar el árbol del paraíso que es el que da la vida, que renueva la vida, quiere plantar el árbol vivificante de la Cruz del Señor.

Nosotros creemos que Cristo, al sufrir en el cuerpo de Ucrania, nos revela esta fuente de vida. Y todo aquel que cree en Él, que une sus sufrimientos a los del Salvador crucificado, cambia su vida. De este modo nuestros sufrimientos pueden convertirse en sufrimientos que dan a luz una nueva vida.

Y podemos ver que en Ucrania está naciendo una vida nueva. Podemos ver que la Cruz del Señor, la Cruz de la que brotaron sangre y agua vivificante para el mundo, la cruz que es fuente de vida eterna; palpita hoy entre nosotros.

A través de Ucrania surgirá un nuevo mundo. Un mundo donde no habrá más maldad. Un mundo donde el mal será derrotado. Un mundo donde las personas sentirán su dignidad y la vida humana será respetada.

Hoy quiero agradecer de corazón a todas las personas que junto con Ucrania encuentran el sentido de una vida nueva en los sufrimientos que estamos viviendo y se solidarizan con nosotros.

Quiero agradecer de corazón al alcalde de Londres y a todos los ciudadanos de esta capital inglesa, ya que ayer, a la llamada de nuestro presidente, salieron todos a las calles de su ciudad para solidarizarse con Ucrania. ¡Londres está de pie junto a Ucrania!, coreaban los habitantes de la capital del Albión del norte.
Hoy quiero dar las gracias a todos ustedes que sintiendo el dolor de Ucrania, saben dar a luz una nueva vida allí donde viven, allí donde ustedes luchan, allí donde ustedes construyen su vida. Que esto se repita en las capitales de todo el mundo.

Hoy Ucrania canta: ¡Tu Cruz adoramos oh Señor y a tu Santa Resurrección damos gloria!

La bendición del Señor y su misericordia descienda sobre ustedes por su divina gracia y amor y permanezcan ahora y siempre y por los siglos de los siglos, amén.

¡Alabado sea Jesucristo!

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