El arzobispo invocó la protección de la Virgen sobre los ucranianos Shevchuk: "¡Madre de Dios, salva a Ucrania, sálvanos a cada uno de nosotros!"
"¡Madre de Dios, salva a Ucrania, sálvanos a cada uno de nosotros! Madre de Dios, contigo y en Ti, nuestra nación se encamina hacia el día de la victoria del bien sobre el mal", afirmó Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana (UGCC), al presidir este domingo la Divina Liturgia al final de la peregrinación nacional al santuario mariano de Zarvanitsa, con la que también se dio clausura al Sínodo de los Obispos de la UGCC
Juntos, vimos que nuestra Iglesia es como el vientre materno que une a los ucranianos en Ucrania y en los asentamientos, es un espacio de solidaridad e intercambio de dones, apoyo mutuo y ayuda, sin los cuales Ucrania no puede sobrevivir hoy", dijo el arzobispo Shevchuk, durante la celebración eucarística, concelebrada por todos los obispos ucranianos que participaron del Sínodo
(aica).- "¡Madre de Dios, salva a Ucrania, sálvanos a cada uno de nosotros! Madre de Dios, contigo y en Ti, nuestra nación se encamina hacia el día de la victoria del bien sobre el mal", afirmó Su Beatitud Sviatoslav Shevchuk, arzobispo mayor de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana (UGCC), al presidir este domingo la Divina Liturgia al final de la peregrinación nacional al santuario mariano de Zarvanitsa, con la que también se dio clausura al Sínodo de los Obispos de la UGCC.
"Juntos, vimos que nuestra Iglesia es como el vientre materno que une a los ucranianos en Ucrania y en los asentamientos, es un espacio de solidaridad e intercambio de dones, apoyo mutuo y ayuda, sin los cuales Ucrania no puede sobrevivir hoy", dijo el arzobispo Shevchuk, durante la celebración eucarística, concelebrada por todos los obispos ucranianos que participaron del Sínodo.
En primer lugar, el prelado saludó a todos los peregrinos, unos 30.000, que acudieron en peregrinación a Zarvanitsa, señalando que, en ese maravilloso lugar, todos experimentan la presencia de Dios.
Refiriéndose a un fragmento del Evangelio, el arzobispo subrayó que "la verdadera Buena Noticia que hoy golpea nuestros corazones desde la Palabra de Dios es el Evangelio de cómo Dios nos mira con su ojo iluminado, nos da su amor y derrama el Espíritu Santo en nuestros corazones. Este, el amor de Dios, es el significado y la fuente de la esperanza humana".
Señaló que cada persona es portadora y lámpara de la Palabra de Dios. "Los cristianos tienen una oportunidad única de recibir la luz de Dios y hacerla brillar sobre otras personas. Cuando miramos al mundo, a las personas, a nosotros mismos con la mirada de amor de Dios, entonces tenemos un ojo iluminado", explicó Schevchuk, y añadió: "Cuando miramos a otra persona y pensamos en qué darle, cómo amarla, entonces nuestros ojos se iluminan hacia ella".
"Hoy vivamos juntos la experiencia del amor de Dios, especialmente en los santos sacramentos de la Iglesia de Cristo. Acojamos el Cuerpo y la Sangre de nuestro Salvador en el sacramento de la Eucaristía y miremos el mundo con la luz de los ojos de Dios", animó el arzobispo mayor.
"Hoy, Nuestra Señora nos ha llamado a todos aquí para experimentar el amor de Dios por nosotros, para dejar todas nuestras cargas aquí en confesión, para entregar todos nuestros dolores y lágrimas en las manos de nuestra Madre Celestial. Ella misma está personalmente dispuesta a quitarnos todo esto hoy, ahora y darnos la luz de la vida de Dios", afirmó el líder del UGCC.
"Una nación exhausta y herida"
Citando a Taras Shevchenko, un destacado "poeta y profeta" ucraniano, el arzobispo señaló que el invasor ruso "no sólo nos mira con un ojo oscuro, sino que quiere arrastrar a Ucrania al ataúd preparado para ello".
"Hoy queremos que el poder de Dios se revele plenamente en el cuerpo de una nación exhausta y herida. Porque es de esta potencia de Cristo Resucitado que irradia para nosotros la esperanza. Este es el secreto de nuestra invencibilidad, inmortalidad y de la resiliencia de nuestro espíritu. De allí brilla la luz de la victoria sobre el invasor ruso", enfatizó.
Terminó el sermón con las palabras: "¡Madre de Dios, salva a Ucrania, sálvanos a cada uno de nosotros! Madre de Dios, contigo y en ti, nuestra nación se encamina hacia el día de la victoria del bien sobre el mal".
Al final de la Divina Liturgia, junto a Su Beatitud, la bendición final fue dada por los sacerdotes redentoristas liberados del cautiverio ruso: el padre Ivan Lewicki y el padre Bohdan Heleta.
La Virgen de Lourdes en Ucrania
El padre Michel Duban, rector del Santuario de Lourdes, Francia, presente en la celebración, expresó su solidaridad con la nación ucraniana y donó una estatua de Nuestra Señora de Lourdes. "Me gustaría expresar el apoyo de todos los que servimos en Lourdes, en este lugar santo, de los sacerdotes, los trabajadores y la parroquia ucraniana de Lourdes. Expreso mi apoyo a todos los que creen en Cristo en este momento, en que están pasando por grandes pruebas", dijo el sacerdote.
Un santuario con historia
El pequeño pueblo de Zarvanitsa, situado en Podolia occidental, en la región de Trembovel, se convirtió en un centro de culto mariano ya en el siglo XIII. Según los registros, en 1240, un monje que escapó de Kiev, arruinada e incendiada por la invasión de los mongoles, vio a la Virgen María en un sueño y, cuando despertó, vio un ícono de la Virgen María con el Niño Jesús. El monje construyó un santuario para el ícono. Cerca de él brotaba un manantial, cuya agua tenía propiedades curativas y, rápidamente, fue considerado milagroso.
Según las investigaciones modernas, la pintura de Zarvanitsa es una de las representaciones más antiguas de la Madre de Dios en la Ucrania actual. Su construcción se remonta a los siglos XIII y XIV. En 1754, financiada por el conde A. Maczynski, se construyó en Zarwanica la iglesia ortodoxa de ladrillo de la Santísima Trinidad, que aún existe.
En 1867, el papa Pío IX acordó coronar el ícono y elevar el templo en el que era venerado al rango de santuario. Durante la Primera Guerra Mundial, el santuario fue destruido. En 1922, fue reconstruido con la ayuda del metropolitano greco-católico de Lviv, Andrzej Szeptycki. Completamente destruido durante la época soviética, el santuario fue reconstruido después de que Ucrania recuperó la independencia. Aproximadamente 1,5 millones de peregrinos llegan cada año a Zarvanitsa.
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