A través de una circular advierte que perseguirá las conductas discriminatorias hacia las personas de cualquier tipo El alcalde de Varsovia prohíbe los símbolos religiosos en las oficinas públicas
El alcalde de Varsovia, el liberal Rafal Trzaskowski, ha prohibido la exhibición de símbolos religiosos en las oficinas públicas de la capital polaca, a la vez que ha instado a los funcionarios a aplicar medidas para evitar discriminar a parejas del mismo sexo o personas transexuales
Todo, a pesar de que actualmente las parejas homosexuales en Polonia no puedan formalizar legalmente su unión: "Será la primera ciudad de Polonia en adoptar esta decisión", aunque no se sabe si la medida es ya efectiva.
La normativa tiene como objetivo "combatir la discriminación en el puesto de trabajo" y perseguirá "la discriminación por edad, género, origen nacional, religión, creencias, orientación sexual, identidad de género y nivel de capacidad", según informa este jueves el diario Gazeta Wyborcza
Dos tercios de la población se declaran católicos, una proporción que no ha dejado de descender en las últimas décadas
La normativa tiene como objetivo "combatir la discriminación en el puesto de trabajo" y perseguirá "la discriminación por edad, género, origen nacional, religión, creencias, orientación sexual, identidad de género y nivel de capacidad", según informa este jueves el diario Gazeta Wyborcza
Dos tercios de la población se declaran católicos, una proporción que no ha dejado de descender en las últimas décadas
| RD/EFE
El alcalde de Varsovia, el liberal Rafal Trzaskowski, ha prohibido la exhibición de símbolos religiosos en las oficinas públicas de la capital polaca, a la vez que ha instado a los funcionarios a aplicar medidas para evitar discriminar a parejas del mismo sexo o personas transexuales.
"(Varsovia) es la primera ciudad de Polonia en adoptar esta decisión", confirmó hoy a EFE la portavoz del ayuntamiento Monika Beuth, sin especificar si estas medidas ya son efectivas.
Trzaskowski ha enviado un documento interno a todos los trabajadores del Ayuntamiento que tiene como objetivo"combatir la discriminación en el puesto de trabajo" y que perseguirá "la discriminación por edad, género, origen nacional, religión, creencias, orientación sexual, identidad de género y nivel de capacidad", según informa este jueves el diario Gazeta Wyborcza.
De acuerdo con esta norma, los empleados públicos municipales deberán evitar discriminar a las parejas homosexuales, lo que significa que, por ejemplo, se permitirá a un miembro de la pareja tramitar documentos en nombre de su compañero o compañera como si de un matrimonio se tratara, aunque en Polonia no puedan formalizar legalmente su unión.
Además, en el caso de las personas transexuales, los funcionarios habrán de dirigirse a ellas usando los pronombres personales que soliciten y deberán esforzarse, en general, por usar un lenguaje neutro en términos de género siempre que sea posible.
Según se explica en la circular, también quedará prohibido exhibir símbolos religiosos en las oficinas públicas, ya sea en las paredes o en los escritorios, y todos los eventos organizados en estos locales serán de naturaleza secular, sin oraciones ni ceremonias religiosas de ningún tipo.
Quedarán exentos de esta prohibición los símbolos religiosos de carácter personal, como anillos, tatuajes, pulseras o medallas.
Actualmente, la legislación polaca no reconoce la unión de dos personas del mismo sexo como pareja, y aunque el Gobierno de Donald Tusk prometió en nombre de su partido, Plataforma Cívica (PO), adoptar una ley que permita las uniones civiles de homosexuales, por ahora no ha puesto en marcha ninguna iniciativa al respecto.
Por su parte, el vicepresidente del Gobierno, Władysław Kosiniak-Kamysz, que dirige uno de los partidos de la coalición que gobierna junto a PO, se declaró en contra de suprimir las clases de religión en las escuelaspúblicas polacas en una entrevista publicada hoy, y criticó a la ministra de Educación, Barbara Nowacka, por planear una reforma educativa que eliminaría la Religión como asignatura.
En una de las puertas de entrada al hemiciclo del Parlamento polaco permanece colgado un crucifijo que fue colocado allí en 1997, dos días después de declararse a Polonia como un país secular al aprobarse la Constitución, lo que ha sido objeto de críticas y disputas desde entonces.
Dos tercios de la población se declaran católicos, una proporción que no ha dejado de descender en las últimas décadas.
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