Encuentro digital de Manos Unidas por la Jornada Mundial de los Pobres 2022 "He aprendido que no hay pobres, sino seres humanos víctimas de la injusticia social"
Janeth Aguirre: "Con Manos Unidas hemos querido crear un camino de empoderamiento con las mujeres para que se conviertan en canales de emprendimiento"
Kike Figaredo: "El camino es el abajamiento, y si nos abajamos hacia los pobres, no nos equivocaremos nunca, es el camino que nos enseñó el Señor"
Patricio Larrosa: "Hemos conseguido que algunos jóvenes abandonen las pandillas y estén con nosotros, que somos como una pandilla, pero positiva"
Patricio Larrosa: "Hemos conseguido que algunos jóvenes abandonen las pandillas y estén con nosotros, que somos como una pandilla, pero positiva"
"He aprendido que no hay pobres, sino seres humanos víctimas de la injusticia social". Son las palabras de lahermana Janeth Aguirre, franciscana Misionera de María Auxiliadora, durante el encuentro digital organizado el 17 de noviembre por Manos Unidas para dar relevancia a la Jornada Mundial de los Pobres 2022, con el lema "Signos de amor en un mundo que sufre".
El encuentro, conducido por Patricia Garrido, del Área de Proyectos de Manos Unidas, contó también con la participación de Patricio Larrosa, sacerdote y misionero andaluz en Honduras, que ha fundado y preside ACOES (Asociación Colaboración y Esfuerzo), organización con cerca de 50 proyectos abiertos para apoyar a más de 11.000 personas; y con Kike Figaredo, prefecto Apostólico de Battambang, presidente de Caritas Camboya desde 2006 y fundador, presidente y director del consejo de Karuna Battambang Organization, quien envió un vídeo al no poder estar finalmente en directo.
Misionera en Mali desde julio de 2005, Janeth Aguirre aseguró que "solo desde la humanidad y la misericordia del ser humano logramos entender esa inserción en medio de los pobres, porque estamos llamados a hacernos uno con las personas con las que estamos compartiendo la vida".
Empoderar a las mujeres
"Con Manos Unidas -señaló la franciscana- hemos querido crear un camino de empoderamiento con las mujeres para que se conviertan en canales de emprendimiento para ellas y para sus familias, una experiencia que comenzó hace 18 años debajo de los árboles, compartiendo lo que teníamos, que era nada".
"Y lo que hicimos fue escuchar lo que ellas querían y necesitaban Y en esa escucha hemos aprendido de los pobres. Y hemos aprendido que no hay pobres, sino seres humanos víctimas de la injusticia social, a los que hay que facilitar ayudas para que salgan de esa injusticia", apuntó la hermana Janeth.
La religiosa destacó la emoción que se siente "al ver la reacción de estas mujeres cuando comienzan a comprender que ellas pueden transformar su entorno, cuando se les hace un pozo, pueden cultivar, que tienen agua, que la salud de sus hijos mejora, cambian totalmente".
"Lo que las tenía sumidas en la tristeza era no saber. Cambian su perspectiva sobre ellas mismas, dejen de pensar que son inferiores al hombre y nos acaba sorprendiendo las metas que ellas se fijan. Nos encontramos con mujeres y jóvenes capaces de transformar su vida, pero porque antes hemos descubierto que en Belén, un niño indefenso, nos dio un mensaje de profunda misericordia", señaló la religiosa, quien añadió que "no es cuestión solo de dar, sino de hacernos uno con ellos, crecer con ellos desde la misericordia, como nos ha dicho el Papa".
"Los pobres tienen que convertirse en el centro de nuestra atención, tienen que tener un lugar privilegiado en el mundo, y nosotros tenemos que reflexionar, pensar y movernos hacia ellos, y que ellos nos sientan cercanos y que sientan también que tiene un lugar en el mundo", expuso Kike Figaredo.
Para el religioso jesuita, "cuando decimos en la Jornada de los Pobres que necesitan una atención especial es para que nos ayuden a modificar nuestras vidas en la cabeza, en el corazón y en la actuación, y para ello tenemos que salir de nuestros círculos y de nuestras preocupaciones normales, por eso es tan importante esta jornada que ha instituido el papa Francisco".
Hacernos más sencillos, pobres y humildes
"Para esto, el camino es el abajamiento, y si nos abajamos hacia los pobres, no nos equivocaremos nunca, es el camino que nos enseñó el Señor. Que esta Jornada de los Pobres transforme no solo su vida, sino también la nuestra, haciéndonos un poco más sencillos, pobres y humildes y que ellos se sentían acogidos", añadió en su vídeo.
Patricio Larrosa destacó "la labor de sensibilización que se hace a través de Manos Unidas sobre la cuestión de la pobreza, dado que existe una gran desinformación sobre estas cuestiones en los medios de comunicación".
"El Papa pide en su carta para esta Jornada Mundial que no se hagan actividades para los pobres, sino con los pobres y donde ellos participen y vayan haciendo el camino, e invita a buscar nuevos caminos con ellos, no para ellos, sino insertándose con ellos", señaló el sacerdote andaluz, quien destacó "la generosidad de tantas personas y voluntarios".
Una familia de más de 11.000 estudiantes
Sobre el proyecto en el que está trabajando desde hace tres décadas, y en el que están ayudando a 11.000 estudiantes, "es el tradicional de una familia que quiere ayudar a sus hijos con una formación y que estos, a su vez, puedan ayudar en la transformación de la sociedad", apuntó.
"Pero no queremos ofrecerles solo una formación académica -prosiguió-, sino también humana, en el sentido del Evangelio y de Jesús, y que se concretan en las necesidades que también tienen otras personas".
"Intentamos generar una familia humana con todos, hacer una red de ayuda para que todos participemos en la mejora de los demás, por eso nuestros proyecto es lento, como lo es el crecimiento y la educación, pues son niños que han de crecer y prepararse", explicó el sacerdote, destacando que han logrado que cursen ya estudios universitarios unos 400 jóvenes, "que también colaboran como voluntarios en nuestros proyectos".
"Somos como una pandilla, pero positiva"
El P. Larrosa destacó la importancia de promover la educación y el papel que esta puede jugar en ambientes marcados por la violencia, como sucede en tantos lugares de Honduras, marcado por la violencia de las maras o pandillas.
Con respecto a ellos, aseguró que "cuando estos jóvenes empiezan a pensar en formarse, en ayudar a los demás, a pensar en el futuro, se plantean dejar las pandillas, que son organizaciones que crecen debido a la pobreza. Y nosotros les damos mejores oportunidades que las de la pandilla, sobre todo a largo plazo. Y hemos conseguido que algunos abandonen las pandillas y estén con nosotros, y que se sientan que somos una familia, que queremos hacer una familia con ellos, porque nosotros somos como una pandilla, pero positiva".
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