Lecciones de humanidad y supervivencia en Uganda El campo de refugiados de Palabek: esperanza y alegría a pesar de todo
Son personas, tienen dignidad y sólo desean que la paz llegue a su país, Sudán del Sur
| Alberto López, Misiones Salesianas
¡Hola África, hola Palabek! La luz de África siempre es distinta y aunque sea de nuevo en el difícil contexto de un asentamiento de refugiados en Uganda, las lecciones de humanidad están en cada uno de ellos. Son personas, tienen dignidad y sólo desean que la paz llegue a su país, Sudán del Sur.
En el día de San José, felicidades a todos los padres del mundo, presentes y ausentes, a todos los josés y josefas. Desde un asentamiento de refugiados en Uganda, donde la figura del hombre es una excepción por la guerra de Sudan del Sur, este padre, joven pero envejecido por el sufrimiento, protege a su mujer y a su hijo yendo detrás después de trabajar en el campo. Amor y orgullo de padre.
Palabek es el único asentamiento de refugiados abierto ahora mismo en Uganda. De las más de 38.000 personas que alberga (todas huyeron de la guerra de Sudán del Sur), casi el 80% son mujeres y niños. Somos afortunados de estar rodeados de princesas y de héroes, a los que se les multiplica el trabajo... Esto es un máster de vida continuo.
Y si hay tantos niños en el asentamiento de refugiados de Palabek (Uganda), ¿no juegan, no hace deporte, me han preguntado desde el ‘primer mundo’? Clarooo. Tienen 'gimnasios' en la calle (sacar agua de un pozo), juegan a baloncesto en la hierba con un palo y un aro como canasta, hay algunas bicicletas anteriores a los tiempos de Martín Bahamontes y también juegan al fútbol, sobre todo las chicas y siempre descalzas. Vamos, que están en forma, sobre todo de esperanza y de la alegría que transmiten…
En África los niños son de los padres… aunque si no están ellos, o trabajan, los niños son de los hermanos más mayores, por pequeños que también sean. La esperanza de vida es tan corta que no existe la figura del abuelo. En el asentamiento de refugiados de Palabek (Uganda) apenas hay hombres (la mayoría muertos en la guerra, el resto combatiendo y muy pocos trabajando en Sudán del Sur), por lo que las madres que, si quieren aprender un oficio en la Escuela Técnica Don Bosco que han abierto los Salesianos allí, tienen que llevar a los bebés e improvisar guarderías en las clases… Hoy lección de supervivencia...
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