En el amor del CANTAR DE LOS CANTARES y5
¿Qué son esas trompetas?
Nos preguntamos: ¿qué son esas trompetas que hacen sonar labios de ángeles? El poeta invitado es Agustín de Foxá, que nos ofrece, a continuación, una corona de versos para el cielo: la pareja humana no se destruyó con la muerte y la incineración o sepultura. El mutuo amor, el sobrenatural amor fue tan intenso que, más allá de la corrupción temporal sobrevivirá en otra dimensión de realidad, desde la fe en Dios y en Jesucristo. El espléndido poema de hoy, tiernamente apocalíptico, nos anuncia un futuro de amor y plenitud.
FOXÁ, AGUSTÍN DE (Madrid, 1903 – 1959). Periodista, diplomático, autor teatral y poeta. Conde de Foxá y Marqués de Armendáriz. Falangista. Sáinz de Robles escribió de su poesía: “Poeta lírico de gracia y originalidad en la imagen, fuerte sugestión evocadora, melodía inefable y colorista...”Antonio Burgos sugiere que, para la nueva inquisición de la cultura española, habrán de decretarse como pecados imperdonables: "ser gordo, de derechas, monárquico, escritor como los ángeles y, encima, tener la desfachatez de ser título del Reino."
CORAZONES PALPITANDO OTRA VEZ
Estamos conociendo poemas de amor de parejas que un día habrá de separar la muerte. El madrileño Agustín de Foxá, inspirado en la teología cristiana, imagina el definitivo encuentro de dos amantes en la transvida. Aquel “para siempre”, que soñaron un día, se hará realidad por el poder de Dios en Cristo. Así lo leemos en 1 Cor 15,52: “Pues cuando toque la trompeta, los muertos resucitarán tales que ya no puedan morir y nosotros seremos transformados...” Seremos transformados: te encontraré, mi amor. Tú vendrás toda nueva, desnuda, con tus formas recobradas..., nos haremos caricias encendidas bajo los árboles... Sugerencia:“Creemos en la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro...” Señor, yo creo, pero aumenta mi fe, pon alas a mi esperanza, incendia mi caridad...
JUICIO FINAL
Cuando el día del juicio resucite,
yo buscaré tu cuerpo
recién nacido, con rocíos nuevos
sobre tus senos, nuevamente vírgenes.
Habrá una aurora extraña, dirigida
por jerarquías de Arcángeles azules;
preguntarán los prados
¿qué es esta primavera milagrosa?
En la tumba de yeso
se moverán los cuerpos sonrosados,
la rama del ciprés será caliente
y la luna de enero tendrá alas en sus bordes.
Tú vendrás toda nueva,
desnuda, con tus formas recobradas,
otra vez en tus venas vibradoras,
donde por mí tu sangre era de espuma.
¡Qué despertar!, qué fiebre de latidos,
qué nebulosa azul de corazones
palpitando otra vez;
sólo el mar ciego
continuará su canto sin sorpresa,
pero tú y yo enlazados
con nuestras manos puras
que, enterradas, se habían olvidado
de cómo era la piel de la naranja,
nos haremos caricias encendidas
tú y yo solos,
y acaso,
distraída, me preguntes
¿qué son esas trompetas
que turban nuestro amor bajo los árboles?
HABRÉIS DE AMARLO TODO, TODOS, TODAS
Dentro de la reducida extensión de catorce versos, me parecen lúcidas y honestas las razones a favor, y también las dificultades, que observa el Obispo Pedro Casaldáliga en la vida celibataria. Mirad bien las palabras del último terceto, especialmente “libre” y “armada”: una paz “libre” = nadie me obliga; una paz “armada” = tendré problemas y los venceré con la ayuda de Dios. (Leer el capítulo 6 de Efesios, donde nos anima san Pablo a tomar las “armas de Dios”: espada del Espíritu, casco de salvación, escudo de la fe, para poder resistir el día malo.)
AVISO PREVIO A UNOS MUCHACHOS
QUE ASPIRAN A SER CÉLIBES
Será una paz armada, compañeros,
será toda la vida esta batalla;
que el cráter de la carne sólo calla
cuando la muerte acalla sus braseros.
Sin lumbre en el hogar y el sueño mudo,
sin hijos las rodillas y la boca,
a veces sentiréis que el hielo os toca,
la soledad os besará a menudo.
No es que dejéis el corazón sin bodas.
Habréis de amarlo todo, todos, todas,
discípulos de Aquel que amó primero.
Perdida por el Reino y conquistada,
será una paz tan libre como armada,
será el Amor amado a cuerpo entero.
ÍNDICE de ENLACES: pulsar el título de un Enlace
Hacerse pequeño COMO UN NIÑO
1. El que se hace pequeño como este niño…
REGALO, de Ángel Sanz
LIMOSNA, de Ramón de Garciasol
2. Y Dios se olvida de cerrar la puerta
18 DE NOVIEMBRE, de Carlos Murciano
MECIENDO, de Gabriela Mistral
HIJOS MÍOS, SAETAS, de Cintio Vitier
3. Verte jugar es como ver la luz del cielo
VERTE JUGAR, de Susana March
SI LIBRES SON LOS PÁJAROS…, de Jesús Mauleón
REQUIEM POR UN HOMBRE, de Carlos Murciano
y4. Vuelvo a los días rosados
AGRANDA LA PUERTA, PADRE, de Miguel de Unamuno
ORACIÓN DE ABANDONO, de Carlos de Foucauld
En el amor del CANTAR DE LOS CANTARES
1. Dios es amor. El hombre y la mujer son amor.
POESÍA COMPROMETIDA, de Enrique García-Máiquez
LA PAREJA, de Leopoldo de Luis.
2. Amaneciendo cada día a romper mi oscuridad
LA AMADA INNUMERABLE, de Bartolomé Mostaza
LA ESPOSA, de Jorge Carrera Andrade
EL PAN DE CADA DÍA, de Ángel Urrutia Iturbe.
3. Un velo de sueño y de ternura
LA ORACIÓN DE LA NOCHE, de José María Valverde
ORACIÓN DEL ESPOSO, de Juan Ruíz Peña
INVIERNO, de Luis Felipe Vivanco.
4. Como en las manos de Dios
A MI ESPOSA, de Cintio Vitier
ESTOY MIRANDO TUS MANOS, de José Bergamín
MOMENTO, de Carlos Murciano.
y5. ¿Qué son esas trompetas?
JUICIO FINAL, de Agustín de Foxá
AVISO PREVIO A UNOS MUCHACHOS
QUE ASPIRAN A SER CÉLIBES, de Casaldáliga