Xº Encuentro de músicos católicos contemporáneos Aliados del sueño de Dios
El Seminario de Málaga será la sede del Encuentro de Músicos Católicos contemporáneos en España este año
Como toda obra humana tiene sus fallos, y como todo colectivo humano tiene sus flaquezas
Los premios “Spera” han sido criticados y catalogados de endogámicos, de poco justos, de parciales, … bueno, si se me permite la opinión yo solo diría que solo son mejorables
Los premios “Spera” han sido criticados y catalogados de endogámicos, de poco justos, de parciales, … bueno, si se me permite la opinión yo solo diría que solo son mejorables
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Desde hace años tengo la gran suerte de contar entre mis amigos a un nutrido grupo de artistas católicos. Desde la pandemia me “adoptaron” como uno más y formo parte de esta gran familia de artistas. Este año se celebra la Xª edición del Encuentro de músicos católicos contemporáneos. Un evento cargado de fe, esperanza, sueños, realidades, y mucha música.
Como toda obra humana tiene sus fallos, y como todo colectivo humano tiene sus flaquezas. En el mundo de la música católica también se dan las rivalidades, los divismos, las amistades peligrosas y los “colegueos” (unos más sanos que otros). Y en el fondo cada cuál ya sabe cuál es “su pecado”. Pero es que así es la vida y el mundo de la música católica forma parte de ella.
Los encuentros suelen tener ya un guión fijo que contiene ponencias, conferencias, testimonios, la vigilia de oración del sábado y la misa de envío del domingo; a parte también hay encuentros musicales paralelos o alternativos que prolongan la noche para algunos y permite dar lo mejor de cada uno en la música de forma libre, desenfadada y generosa.
Y uno de los momentos álgidos del encuentro es la entrega de los premios “Spera”.
Los premios “Spera” han sido criticados y catalogados de endogámicos, de poco justos, de parciales, … bueno, si se me permite la opinión yo solo diría que solo son mejorables.
Puedo dar fe que en el espíritu de quienes crearon los premios Spera no alberga ningún calificativo de los dichos anteriormente, pero sí la sensación de que tendrían que darle más de una vuelta a cómo hacerlo mejor.
En todo caso los premios Spera no dejan de ser un sencillo reconocimiento al trabajo y el arte de tantos artistas católicos que durante el año dan lo mejor de sí en conciertos, composiciones en la soledad de su casa o en el trabajo callado del estudio de grabación. También buscan promocionar a los jóvenes y a todos aquellos nuevos talentos que quieran lanzarse a componer para Dios con calidad y profesionalidad.
En mis conversaciones con estos amigos y artistas he podido ir construyendo alguna opinión de qué podría ser bueno hoy para la música católica en España:
Lo primero podría ser que los mismos músicos “se lo crean”, se valoren a sí mismos, en calidad y crematísticamente cuando la ocasión lo permita.
Después está que la comunidad cristiana, y en ella incluyo desde los laicos que van a disfrutar de un evento musical, bien sea en el marco de una celebración, una adoración, o un sencillo concierto, hasta los sacerdotes que contemplen acudir a estos profesionales para sus planes pastorales, y a los obispos que tienen en su mano promocionar eventos donde la música católica tenga su protagonismo o su papel. La comunidad cristiana en su conjunto tiene que creer en la música como instrumento de evangelización y no como mero adorno.
Pero hay más, las diócesis deberían pensarse en serio tener una delegación de la música expresamente, ligada luego a las delegaciones de juventud, de catequesis, de primer anuncio, de pastoral, de laicos, ….pero una delegación propia que se coordine con el resto para ofrecer a toda la diócesis el ministerio de la música y poder ofrecerlo con calidad.
Esto nunca restará al gran trabajo que hacen los coros parroquiales, más bien les acabará enriqueciendo con el aporte de la nueva música católica.
Quizá aquí estaría bien que el primer paso y el ejemplo lo diese la Conferencia Episcopal Española creando, después de X encuentros de músicos católicos contemporáneos de la mano y con el trabajo de un grupo de gente liderado por Raúl Tinajero, su propia delegación del ministerio de la música contemporánea.
Luego, y dirigiéndome directamente a mis hermanos y amigos artistas: de vosotros ha salido también la siguiente idea. Componer juntos. Me consta que algunos conocéis las canciones de vuestros hermanos y amigos artistas, que incluso os habéis lanzado a versionar alguno de sus temas, pero la propuesta de la que me hago eco es la de “componer juntos” alguna vez. Arriesgarse a salir de vuestra zona de confort, de vuestro estilo musical y dar vida a nuevos temas con sabor de hermandad, con sabor a sinodalidad.
Otra de las propuestas que he podido recoger entre mis amigos artistas es la de poder organizar un calendario de eventos organizados por las diócesis en diversas fechas del año que permita a los artistas dar a conocer su arte en lugares más allá de sus fronteras geográficas.
Y para todo esto qué hace falta poner sobre la mesa: financiación. Hemos de creernos que la música es una herramienta de primer anuncio, de evangelización con recorrido, una fórmula de posibilitar el encuentro con Dios para todas las edades. Y desde esa conciencia buscar el dinero (con patrocinadores particulares también, claro) que permita a los artistas, desplazarse, alojarse, comer, y recibir una gratificación que les permite, no comprarse un yate, sino reinvertir en su música, pagar arreglos musicales, grabaciones, discos y presencia en plataformas digitales.
Perdonadme la broma pero lo mismo que no nos duele en prenda pagar a un conferenciante para que nos hable durante una hora sobre el sexo de los ángeles, debería importarnos valorar económicamente la música de quienes son “Aliados del Sueño de Dios”.
Este año por la gran distancia que habría que recorrer no podré hacerme presente en el encuentro pero ellos saben que los tendré muy presentes en esos días.
Feliz encuentro, y ¡que no pare la música de Dios!
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