La antesala del Corpus, la Vigilia de la Adoración Nocturna Carlos García Llata, Vicario General: “Dios no está enfadado con nosotros, no ha dado un portazo, se ha dado la vuelta y se ha largado, Dios sigue a nuestro lado”
aires nuevos se abren paso en la Iglesia que Adora a un Cristo Vivo, con Hakuna, Emaús, Effetá, Felipe, ….
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Aunque ya no son los jueves que relucen más que el Sol, la fiesta del Corpus sigue vigente y en la víspera de la gran procesión de antaño, hoy reducida, por muchos motivos, la Adoración Nocturna ofreció desde su compromiso de fidelidad adoradora la Vigilia del Corpus a toda la Diócesis.
Monseñor Elizalde, respondiendo a aquel compromiso que formuló al inicio de su episcopado, sigue respaldando toda iniciativa celebrativa y evangelizadora, ya sea de nuevo cuño o centenaria, y en esta última se encuentra la Adoración Nocturna.
Esta Vigilia del Corpus tradicionalmente se emplea también para reconocer la fidelidad en la asistencia a las vigilias y para dar la bienvenida a los nuevos adoradores. En esta ocasión la veteranía de la asistencia ejemplar y constante que se alcanza con las 500 vigilias ha sido superada con creces por D. Pablo Bueno, perteneciente al Turno 24 que tiene su sede en la parroquia de Los Desamparados, a quien se le reconocerán sus más de 700 vigilias.
El medio millar de vigilias se le reconocieron a D. Luis Galapero, del Turno 28; como veteranos constantes de asistencia ejemplar, lo que supone su asistencia a 250 vigilias, recibieron su insignia acreditativa Dña. Juana Sanchez, del turno 4º, D. Juan Rodriguez, turno 10, y Dña Juana García del turno 24; En la promoción de veteranos, con 125 vigilias en su haber, lo que indica que llevan unos nueve años vinculados a la Adoración Nocturna con fidelidad mensual, figuran Dña Begoña Narbona, turno 7º, Dña Begoña Cámara del turno 10, D. Armando López de Uralde del turno 16, y Dña Janne Motoum del turno 24; y sabia nueva para esta obra que confirmaban con su presencia el compromiso ya adquirido, Dña Ana María Herrera en el turno 7º, D. Fernando Agustín Ríos en el turno 2º y D. Juan Carlos Latorre en el turno 10.
En esta ocasión la Vigilia fue presidida por el Vicario General de la Diócesis Carlos García Llata quien agradeció y felicitó a los adoradores “por mantener viva el recuerdo del Amor Infinito de Dios que se quedó para siempre en la Eucaristía”.
Su homilía la centró en el simbolismo de la sangre, que ya en el pasaje de la institución de la Eucaristía tiene un mayor desarrollo. Recordó la presencia de la sangre en la Historia de la Salvación, como elemento del pacto entre Dios y el Hombre, desde Moises hasta nuestros días, “porque Dios no está enfadado con nosotros, no ha dado un portazo, se ha dado la vuelta y se ha largado, Dios sigue a nuestro lado”.
El vicario general recordó también que este día es la Jornada de Caridad y de pensar en los demás, en los más necesitados.
Non solum sed etiam
Desde el respeto a toda la Obra de la Adoración Nocturna, sintiéndome adorador nocturno, aunque hace años que no formo parte de ningún turno, pero las cosas que dejan huella en el corazón no se borran con el tiempo, quiero hacer una humilde reflexión respecto de lo que esta obra hoy ofrece a un mundo que vive hace tiempo en otra frecuencia, incluso para hacer lo mismo: adorar al Señor en la Eucaristía.
El movimiento Hakuna, del que se ha podido conocer algo más gracias a la película Vivo, es, para mi, una versión 2.0 de lo que en los años 80 quisimos que fuera la Adoración Nocturna Juvenil. Es la versión aumentada y mejorada.
Por eso, aunque muchos lamentan que la Adoración Nocturna ha ido perdiendo miembros, que la mayoría peinan canas, o ni les hace falta el peine; aunque el “manual de la adoración nocturna” haya encorsetado las vigilias hasta quizá mantenerlas incorruptas; Yo doy gracias a Dios porque, la ANE sigue siendo la respuesta a un modelo de vivir la fe de mis mayores, como la saeta, y prueba de su vigencia son los reconocimientos de fidelidad de cada año en la Vigilia del Corpus, y la incorporación, en un sencillo goteo, cierto, pero goteo al fin y al cabo, de nuevos adoradores; pero también hay que ser conscientes de que aires nuevos se abren paso en la Iglesia que Adora a un Cristo Vivo, con Hakuna, Emaús, Effetá, Felipe, …. Aún cuando su frondoso árbol de un día (me refiero a la ANE que ha llegado a ser un movimiento con gran fuerza y presencia), hoy languidece en algunos lugares, quizá la Adoración Nocturna, en su realidad local y diocesana, deba plantearse compartir sus recursos al servicio de estos nuevos brotes de espiritualidad. Tampoco hay que alarmarse si en un futuro se convierte en la semilla que tiene que morir para dar más fruto. Pero vayamos trabajando para que sus hojas y ramas caídas pasen a formar parte del humus que alimente las nuevas plantas, arbustos o árboles que surgen para gritar que ¡Cristo está Vivo! que ¡Cristo Ha Resucitado! ¡En Verdad Ha Resucitado!
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