Carta abierta para tí futuro caminante Emaús, la experiencia que no se puede contar, …¡hay que vivirla!
Hace un tiempo escribí una carta abierta que quedó guardada a la espera quizá de este momento. Por eso la comparto ahora como algo muy personal que nace de mi experiencia como caminante y servidor en el Camino de Emaús
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Hola. Soy un hermano de Emaús del grupo de Vitoria. Así nos denominamos tras vivir la experiencia del Retiro de Emaús. Una de las propuestas de evangelización que, aunque en la diócesis de Vitoria tiene un corto recorrido, lleva muchos años funcionando en el mundo y más de diez en España.
Una de las características de esta experiencia que “abre una puerta a un posible encuentro con Dios cara cara” es que no se puede contar lo que sucede durante ese fin de semana, que hay que vivirlo. Y si bien al principio puede sonar a secretismo de secta, hay que decir que, después de vivirlo, todo cobra sentido: que uno guarde el secreto de lo que se hace y se dice; que los retiros sean para hombres por un lado y para mujeres por otro (que no impide el resto del tiempo vivir y celebrar juntos la fe, más aún, que es después cuando la experiencia te lleva a vivir y compartir la fe con tus hermanos y hermanas).
El retiro de Emaús no es que te cambie la vida, pero sí la forma de vivirla y afrontarla a partir de ese momento.
Emaús te permite que frases bonitas e incluso que suenan a poesía pasen a ser verdades experimentadas ¿como cuáles?: Que eres el hijo/a muy amado/a de Dios; que Dios te ama tal y como eres; que hay un Dios que hizo y hace todo por tí.
Emaús es un fin de semana en el que no hace falta ni el móvil ni el reloj; las horas pasan sin darte cuenta, el programa está diseñado para que no te aburras, para que necesites después un tiempo en tu vida para saborear, posar todo lo que recibes; Emaús es una experiencia que te lleva a recibir con humildad y a dar con agradecimiento “algo” de lo mucho que sientes haber recibido.
En Emaús no se vive en silencio, se hace silencio interior; en Emaús se come, y bien, que un alma bien alimentada responde mejor; en Emaús no estás solo, siempre hay Alguien, y alguien también, a tu lado; en Emaús nadie pretenderá convencerte de nada, cada cuál descubre sus novedades; en Emaús nadie te va a juzgar y se te invitará a no juzgar a nadie; en Emaús si no tienes paz en tu vida la puedes recibir y si ya la tienes la puedes compartir.
Lo que se dice en Emaús, allí quedará y tú te comprometes a guardar en tu corazón muchas de las cosas que oigas y veas.
Los hermanos de Emaús No lamentamos darte más pistas, no lamentamos guardarnos el secreto de Emaús, porque hemos sido testigos de los efectos de Emaús, de los milagros de Emaús. Por eso, cuando veas, oigas o alguien te invite a un retiro de Emaús, yo también te estoy invitando, y allí nos encontraremos.
Con todo mi afecto
Un hermano de Emaús