Ha fallecido Saturnino Lezáun Velaz, Satur, quien durante ocho años llevó las riendas del Consejo Diocesano de la Adoración Nocturna de Vitoria. 

Fue durante 37 años miembro del consejo diocesano. En 2018 recibió el distintivo de  Adorador Veterano Constante por su 'asistencia ejemplar' al haber superado las 500  vigilias nocturnas por diversas iglesias vitorianas. Llegó a ser elegido presidente de la  Adoración Nocturna de Vitoria para el periodo de 1995 a 2003

Durante su etapa como presidente de la Adoración Nocturna adquirió el local de su sede en la calle Pintorería. También vivió los años más dulces del despegue de la adoración nocturna juvenil. 

Satur es un hombre que ha entregado gran parte de su vida a esta obra de la Iglesia formando parte de su Consejo Diocesano, acudiendo a las asambleas nacionales y acompañando a los turnos y secciones de la Diócesis en sus buenos y malos momentos.

Enamorado de la Eucaristía supo mostrar con su ejemplo el lema que presidió esta obra desde el año 2000, “Adoradores de noche, Testigos de Día”. 

Muchos tuvimos la fortuna de coincidir con Satur durante su papel como presidente de la Adoración Nocturna. A buen seguro que los recuerdos que quedan expresados en estas líneas serán recordados y compartidos por muchos. 

Satur ha sido un hombre dinámico, abierto a los nuevos tiempos, a construir Iglesia desde la Adoración Nocturna, una institución centenaria pero que en algunas zonas de España era capaz de renovarse y seguir siendo una referencia.

Tomó el relevo de otros buenos presidentes como fueron Jesús Garayalde o Paco Garrido y supo mantener la bandera de la adoración nocturna y hacerla presente en la Diócesis de Vitoria. 

Vivió años de bonanza en la adoración nocturna vitoriana y supo mantener la esperanza de la familia adoradora. Porque esa fue la clave de la adoración nocturna para Satur, la familia como imagen  para identificar a esta organización. 

Hoy ya goza de la Adoración perpetua en el cielo, y allí junto a todos los adoradores que nos han precedido velará por la familia adoradora que tanto ha querido.