Entrevista al magistrado encargado de diseñar el modelo penitenciario vasco Jaime Tapia: “Podemos ejercer una justicia misericordiosa”
"La justicia restaurativa pone la mirada en la víctima del delito, y lo que se pretende es que ella participe también en el proceso de la justicia"
"Debemos ser conscientes que los reclusos no son personas ajenas a nuestra sociedad, proceden de nuestros barrios, y muchas veces han llegado allí desde situaciones de exclusión social"
"Aun cuando ya se empiezan a escribir cosas sobre la Pastoral Penitenciaria, creo que sigue pasando su labor muy desapercibida"
"La política de acercamiento de los presos es otro elemento de los criterios de la justicia y la política penitenciaria de hoy"
"Aun cuando ya se empiezan a escribir cosas sobre la Pastoral Penitenciaria, creo que sigue pasando su labor muy desapercibida"
"La política de acercamiento de los presos es otro elemento de los criterios de la justicia y la política penitenciaria de hoy"
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Jaime Tapia es un hombre ligado al mundo de la justicia profesionalmente, que siempre en una mano ha tenido la ley, y en la otra, sin esconderla, el Evangelio. Recientemente, y con motivo de iniciarse el traspaso de la competencia de prisiones al Gobierno Vasco, se le encargó diseñar las bases de la política penitenciaria en la Comunidad Autónoma Vasca. Y en esta etapa de su vida profesional se le ha presentado una oportunidad más de “hacer justicia como Dios manda”, si se permite la expresión.
Por enmarcar y entender esta nueva etapa, ¿En qué consiste exactamente el encargo que le ha hecho el Gobierno Vasco respecto de la política penitenciaria?
En una primera etapa me han encargado que ponga las líneas de lo que sean las bases de esta política penitenciaria. Así algunos de los campos que hemos considerado importante abordar son: el mundo de las mujeres en prisión. Es un colectivo que llegan a prisión pero a veces en el marco de situaciones de las que ellas son víctimas, de abusos, de violencias; también está el tema de los hijos e hijas de los reclusos, hemos de cuidar como atenderlos; por otro lado el colectivo de personas de más de 70 años; personas que padecen enfermedades incurables, que creemos que la prisión no ha de ser su lugar; el tema de la salud mental dentro de los centros penitenciarios, este es un tema muy serio, hay muchos internos que padecen enfermedades mentales, adicciones que les llevan a delinquir, o discapacidades que les condicionan ...; el tema de las víctimas también queremos abordarlo. Desde la justicia restaurativa queremos atender a sus necesidades; las personas con condenas largas, la prisión permanente revisable, aquí quiero recordar que el Papa Francisco nos pide que también a ellos les debe llegar un mensaje de esperanza en la reinserción.
¿Usted siempre ha sido partidario de un modelo de justicia restaurativa, dígame brevemente en qué consiste y si se contempla en su propuestas al GV?
La justicia restaurativa pone la mirada en la víctima del delito, y lo que se pretende es que ella participe también en el proceso de la justicia. En el caso del culpable la justicia restaurativa busca que este sea consciente y se responsabilice del daño cometido. Y que ese daño cometido tenga rostro, nombre y apellidos. Y un tercer factor que se cuida desde la justicia restaurativa es la implicación de la comunidad, que la comunidad se sienta corresponsable del proceso de reinserción, de sanación de todas las partes. En este marco es donde se desarrollan actividades como talleres de autoayuda o los encuentros entre víctimas y victimarios. Debemos ser conscientes que los reclusos no son personas ajenas a nuestra sociedad, proceden de nuestros barrios, y muchas veces han llegado allí desde situaciones de exclusión social, de vulnerabilidad. Como los define el Papa, los descartados de la sociedad. Y las víctimas lo mismo, son vecinos nuestros y en la sanación de sus heridas la comunidad también puede jugar un papel importante.
Además de los funcionarios encargados de la custodia y orden en los centros penitenciarios, por estos suelen pasar otros agentes sociales, profesionales y voluntarios de diversas organizaciones, pero quiero centrarme en el mundo de la Pastoral Penitenciaria que usted bien conoce, ¿Cómo valora el trabajo de estos agentes sociales y qué cabida tendrán en su diseño de política penitenciaria?
Aún cuando ya se empiezan a escribir cosas sobre la Pastoral Penitenciaria, creo que sigue pasando su labor muy desapercibida. En cada diócesis funciona de una manera y aportan recursos diversos, desde los pisos de acogida para las que salen de prisión y no tienen un hogar para pasar los permisos o el tercer grado; atención personalizada a algunos internos; las salidas programadas que entran dentro de las dinámicas de reinserción; y por supuesto a través de la cercanía y el cariño de los voluntarios lo que se les hace llegar es el Amor de Dios y el encuentro con Jesús de Nazaret, que responde a ese pasaje de “estuve preso y me visitaste”. Si bien he de decir que expresamente no figuran en los papeles, pero el voluntariado está presente en el espíritu de todo lo que se está trabajando en materia penitenciaria desde el Gobierno Vasco.
¿Qué grado de importancia le concede usted a cuidar la dimensión espiritual en las personas reclusas?
El Estado y las instituciones penitenciarias tienen sus acuerdos con instituciones religiosas para atender este aspecto, y el Gobierno Vasco tiene la intención de continuar con esos acuerdos. Por otro lado, yo he sido testigo de conversiones “milagrosas” dentro de la prisión, de personas ateas o incluso muy reacias a todo lo religioso han llegado a tener un encuentro con Dios en la cárcel, por lo general de la mano de los voluntarios de Pastoral penitenciaria.
Tengo una curiosidad con el tema de los indultos (no le voy a preguntar por ninguno en concreto) estoy pensando en los que se aplican en Semana Santa. Siendo una tradición ancestral, los sucesivos Gobiernos democráticos los han respetado y asumido con su aval a la hora de concederse. Sin duda es una oportunidad para algunos reclusos de adelantar el final de su condena pero, ¿en un Estado aconfesional siguen teniendo sentido? ¿En Euskadi se han aplicado en alguna ocasión?
Que yo conozca solo se practica en Málaga, creo. En todo caso es un tema gestionado desde instituciones penitenciarias y creo que se aprovecha la tradición para cursar la salida de un preso que ya estaba prevista en breve. Reconozco que no estoy puesto en ese tema pero imagino que puede darse también el caso de una vinculación previa del recluso con la Iglesia o con las cofradías penitenciales, … en todo caso lo que sí es claro es que no es un indulto que conceda nadie fuera de la institución penitenciaria. Y si bien no participo de esa tradición, sí en cambio defiendo la figura del indulto y ello justificaría el mantenimiento de esta tradición. Pero como digo lo sustancial es el indulto como figura que avalada por la justicia, la equidad, la utilidad pública, … justifica su aplicación.
¿Y una pregunta técnica, los beneficios penitenciarios siempre han de estar sujetos al buen comportamiento y al arrepentimiento del reo?
El arrepentimiento como lo podemos entender desde una idea religiosa no. Pero el reconocimiento del daño causado sí es importante, lo que decíamos de la justicia restaurativa, que se asuma la responsabilidad del daño causado. Y por otro lado que haya unas evidencias de que la efectiva reinserción en la sociedad es posible en esa persona.
Una de las claves de su propuesta que se han conocido por la prensa es la de tratar a todos los presos por igual, en clara alusión a los presos de ETA, en el camino que estamos haciendo desde el fin de la banda terrorista se está hablando mucho de la importancia de los relatos. ¿Cómo puede influir en la política penitenciaria una correcta construcción del relato de la historia del terrorismo en España?
El relato se tiene que ir construyendo con todos los relatos, escuchando a todo el mundo. Hay un consenso de la injusticia de la violencia de ETA. Y la política penitenciaria entra en ese relato en cada momento histórico. Y hoy a quienes cometieron aquellos actos terroristas hay que juzgarlos con el marco y la legislación de hoy, donde las circunstancias, afortunadamente no son las mismas. Es decir volviendo a esos criterios que decíamos de una justicia restaurativa, donde se pone la mirada en la víctima y en la esperanza de la reinserción, desde un trabajo individual y comunitario.
La política de acercamiento de los presos es otro elemento de los criterios de la justicia y la política penitenciaria de hoy.
¿Sigue siendo desproporcionado el castigo a quien roba una gallina frente al que roba un banco, o se enriquece de forma ilícita?
Sigue siendo….esto nos llevaría a una reflexión muy profunda. Sigue existiendo un cierto desequilibrio y los delitos de “guante blanco”, de gente famosa que luego no acaban ingresando en prisión porque llegan a acuerdos y pagan esa cantidades astronómicas, … Hay una conciencia social de la gravedad de esos delitos frente a otros digamos “de poca monta” que sí acaban siendo castigados con cárcel.
¿ Una curiosidad si un juez comete un delito, su condición de juez se le aplica como agravante o como eximente?
No. Mi condición de juez lo que “me faculta”, es para cometer algunos delitos propios de mi profesión de juez, el famoso de la prevaricación. Pero por lo demás somos juzgados igual que todo el mundo. Tampoco el ser juez se toma como agravante.
¿Cómo entiende un juez, creyente, la máxima evangélica de perdonar hasta 70 veces 7?
Ha sido una de las claves de mi vida. Nosotros no podemos estrictamente perdonar. Juzgamos respetando los derechos de la persona acusada. Pero luego sí podemos ejercer la misericordia en la aplicación de la sentencia. Podemos ser conscientes de que muchas personas llegan a delinquir desde situaciones en las que ellas son las víctimas. Yo siempre he procurado que la pena estuviese ajustada a la proporcionalidad de la situación personal de cada condenado y a la gravedad del hecho cometido. En el fondo la reinserción se basa en ese perdón de la sociedad por el error cometido y esa oportunidad de volver a ser un ciudadano como el resto.
Non solum sed etiam
Quiero dar las gracias al juez Jaime Tapia y a todos los que de forma honesta y profesional se dedican al mundo de la justicia, porque creo que todavía en esta sociedad si la justicia se dejase solo en manos del pueblo asistiríamos más a linchamientos que a juicios justos.
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