Para el domingo 5 de febrero de 2023 Se retoma la tradicional Fiesta de Candelas
Desde hace décadas familias vitorianas presentan a sus hijos a la patrona de la ciudad
Algunos de los niños acaban siendo apuntados como cofrades
| Vicente Luis García Corres (Txenti)
Tras la situación pandémica que impidió la celebración de esta fiesta en su marco tradicional, la capilla de la Virgen Blanca en la iglesia de San Miguel, la Cofradía de la Virgen Blanca, patrona de la ciudad de Vitoria-Gasteiz, vuelve a realizar una convocatoria abierta a todas las familias que residen en la ciudad: presentar a sus hijos a la patrona.
Se desarrollará en la iglesia de San Miguel – Santuario de la Virgen Blanca - tras la Eucarística de las 12: 30 h. del domingo 5 de febrero de 2023 (sobre las 13:15 h.). El sencillo acto, realizado frente a la imagen de la Patrona finalizará con la toma de la foto-recuerdo y la entrega a los niños y niñas de un obsequio.
“No queremos perder este gesto tradicional tan bonito y que puede traer en el tiempo recuerdos imborrables” señala el Abad, Ricardo Sáez de Heredia.
Las familias que deseen presentar a sus hijos e hijas ante la Virgen Blanca, deberán facilitar sus datos acudiendo al Museo de los Faroles, abierto de 11 a 13 horas de lunes a sábado, antes del día 3 de Febrero. También podrán hacerlo en la página web https://www.cofradiavirgenblanca.com/, mediante correo electrónico
info@cofradiavirgenblanca.com, o por teléfono 945277077 (11 a 13 horas). “Convocamos e invitamos a todos, pequeños y mayores, a mantener, disfrutar y transmitir esta bella tradición mariana” concluye el Abad.
En muchas ocasiones este acto acaba desembocando en la incorporación de la criatura a la Cofradía, un nexo que años más tarde se renueva y traduce en la participación directa en los actos de las fiestas del 5 de agosto.
En este acto tienen protagonismo los niños y los padres, aunque en muchos casos detrás siempre están los abuelos.
Non solum sed etiam
¿Qué valor pueden tener hoy viejas tradiciones de antaño? Imagino que valor el que cada cual quiera otorgarle. Y aunque para algunos resultan gestos anacrónicos es evidente que para quienes los promueven y comparten son gestos cargados de simbolismo. Yo lo hice en su día con mis hijos, los “presenté” a la Patrona de mi ciudad, pidiéndole que los cuide y acompañe cuando yo no pueda hacerlo. Y ese es el sentido de estas tradiciones, poner bajo el amparo de una figura de una figura a la que le concedemos una trascendencia sobrenatural lo más querido para nosotros. Y para unos padres qué más querido que sus hijos. Conscientes de que son tantos los momentos en los que uno no puede proteger a los suyos es más que entendible que pongamos en manos de “otros” esa tarea protectora, y para un creyente que mejores manos que las de la Madre. Eso es todo, no hace falta darle más vueltas.
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