TRIBUNA: Luis Argüello, presidente de la Conferencia Episcopal española La Asamblea sinodal continúa: ¿cómo acoger la sinodalidad en España?

El Papa, con Argüello
El Papa, con Argüello Archivalladolid

"Este proceso está siendo para la Iglesia una forma solemne de acogida del Concilio Vaticano II y, al mismo tiempo una profecía social en una época marcada por el aumento de las desigualdades, la creciente desilusión de los actuales modelos de gobierno y el funcionamiento de la democracia, el predominio del modelo mercantil en las relaciones entre las personas y con la naturaleza y de la dramática realidad de resolver los conflictos por la fuerza y no a través del diálogo"

"Tenemos la grave responsabilidad de transmitir lo reflexionado en el Sínodo y de impulsar su puesta en práctica en los diversos ámbitos de la vida eclesial"

"La próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia episcopal nos ofrecerá la oportunidad de acoger el Documento final, para seguir respondiendo juntos a la pregunta que nos convocó: “¿cómo ser una Iglesia sinodal misionera?”"

La Asamblea sinodal ha concluido, el camino de la comunión misionera de la Iglesia continua.

En todo este proceso, la sinodalidad ha aparecido como espiritualidad y estilo, que transforma las relaciones en la Iglesia, abre caminos de discernimiento, toma de decisiones y evaluación transparente de todo ello. Será posible desde la conversión personal y comunitaria y desde la puesta en marcha de las propuestas que el Sínodo realiza respecto a la renovación de estructuras de participación o la aplicación de las amplias posibilidades que ya ofrece el actual Código y el abundante magisterio de la Iglesia.

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Este proceso está siendo para la Iglesia una forma solemne de acogida del Concilio Vaticano II y, al mismo tiempo una profecía social en una época marcada por el aumento de las desigualdades, la creciente desilusión de los actuales modelos de gobierno y el funcionamiento de la democracia, el predominio del modelo mercantil en las relaciones entre las personas y con la naturaleza y de la dramática realidad de resolver los conflictos por la fuerza y no a través del diálogo.

Sínodo
Sínodo

La peregrinación del Pueblo de Dios continua. Los que hemos participado en esta asombrosa asamblea de católicos y cristianos de todo el mundo, tenemos la grave responsabilidad de transmitir lo reflexionado en el Sínodo y de impulsar su puesta en práctica en los diversos ámbitos de la vida eclesial.

La próxima Asamblea Plenaria de la Conferencia episcopal nos ofrecerá la oportunidad de acoger el Documento final, para seguir respondiendo juntos a la pregunta que nos convocó: “¿cómo ser una Iglesia sinodal misionera?”, ahora con la importante aportación de la XVI Asamblea ordinaria del Sínodo de los Obispos que con la Eucaristía del Domingo concluye en Roma, al mismo tiempo que nos envía a la misión en comunión.

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