"Don Bosco insistía en que su obra no habría sido posible sin la intervención de María Auxiliadora" María Auxiliadora, la Virgen de Don Bosco
"No se puede hablar de este santo sin hablar de la Auxiliadora como la Virgen de Don Bosco. Él la eligió como patrona principal de sus obras y de toda la Familia Salesiana"
"Sintió la llamada de Dios para dar continuidad a su obra entre los jóvenes, fundando una congregación religiosa, el germen de una familia religiosa formada hoy por 32 grupos, con algo más de 400.000 miembros que viven el carisma de Don Bosco"
"La ha sentido ‘auxiliadora’ en su propia vida, ante tantas dificultades y problemas, pero también en la vida de sus muchachos, en la de su incipiente congregación y su experiencia de Iglesia en aquel momento histórico"
"La ha sentido ‘auxiliadora’ en su propia vida, ante tantas dificultades y problemas, pero también en la vida de sus muchachos, en la de su incipiente congregación y su experiencia de Iglesia en aquel momento histórico"
| Javier Valiente sdb
En más de 130 países del mundo, el 24 de mayo tiene un sabor especial. Es el día de la memoria litúrgica de María Auxiliadora, una advocación mariana especialmente querida y difundida por San Juan Bosco (1815-1888), el fundador de la Familia Salesiana presente en todos esos países. De hecho, no se puede hablar de este santo sin hablar de la Auxiliadora como la Virgen de Don Bosco. Él la eligió como patrona principal de sus obras y de toda la Familia Salesiana.
Ciertamente el título de ‘Auxiliadora’, se utilizaba siglos antes, y San Pío V impulsó, en las letanías del rosario, la mención a la Auxiliadora, en tiempos difíciles para la cristiandad. Sería Pío VII, prisionero de Napoleón, quien liberado regresó a Roma el 24 de mayo de 1815 y estableció, ese día, como fiesta litúrgica de esta advocación. Precisamente, ese año, nacía Juan Bosco.
El sacerdote turinés desplegó en los turbulentos años, para la Iglesia y la sociedad italiana, de la segunda mitad del XIX una incansable labor a favor de los jóvenes más desfavorecidos de Turín. Desgastó su vida para educar y evangelizar a los jóvenes, para darles una casa, un futuro, y sintió la llamada de Dios para dar continuidad a su obra entre los jóvenes, fundando una congregación religiosa, el germen de una familia religiosa formada hoy por 32 grupos, con algo más de 400.000 miembros que viven el carisma de Don Bosco.
Pero el propio Don Bosco insistía en que su obra no habría sido posible sin la intervención de María Auxiliadora. Cuando contaba con 9 años tuvo un sueño en el que una mujer se le aparecía y le mostraba cuál sería su campo de misión y la tarea que tendría que realizar. De ese sueño programático, la Familia Salesiana está celebrando, este 2024, el bicentenario. A lo largo de su vida, Juan Bosco repetiría incansablemente que “todo se lo debemos a la intervención maternal de María”.
La Virgen de los tiempos difíciles
En 1859 funda a los Salesianos, con los jóvenes que había acogido unos pocos años antes en su propia casa. Cuenta el mismo Santo que, en 1860, se le apareció la Virgen con un mensaje: “La Virgen quiere que la honremos con el título de Auxiliadora”, y en el sueño le señaló un lugar para edificar un templo dedicado a Ella. Tres años más tarde, con apenas 40 céntimos -es el primer pago que hizo al constructor- Don Bosco comienza a levantar la que hoy es la Basílica de María Auxiliadora en Turín, consagrada en 1868. Y, con santa María Mazzarello, fundará en 1872 a las Hijas de María Auxiliadora, las Salesianas, “un monumento vivo a la Auxiliadora”, como decía el Santo.
“Los tiempos que corren son tan aciagos que tenemos necesidad de que la Virgen nos ayude a conservar y a defender la fe cristiana”, explicaba Juan Bosco sobre el sentido de esta advocación mariana, que es la experiencia espiritual que tiene el Santo de su relación con María. La ha sentido ‘auxiliadora’ en su propia vida, ante tantas dificultades y problemas, pero también en la vida de sus muchachos, en la de su incipiente congregación y su experiencia de Iglesia en aquel momento histórico. Todo eso le lleva a percibir a María como la Auxiliadora del Pueblo de Dios, como la Virgen de los momentos difíciles.
Intuitivo educador, Don Bosco quiso ofrecer a sus muchachos, muchos de ellos huérfanos, una madre a la que acudir. Y ahí estaba la Auxiliadora. En las primeras obras salesianas, con Don Bosco todavía vivo, la fiesta de la Virgen, el 24 de mayo, era un acontecimiento importante. Y esta es la tradición que continúa a lo largo de la historia en todas las casas salesianas.
La Virgen de los jóvenes
Es un elemento fundamental de la espiritualidad salesiana que, con estilo juvenil, se transforma en motivo de fiesta, de encuentro. La Familia Salesiana difunde por doquier la devoción a María Auxiliadora. Aquí en España, por ejemplo, en cientos de obras salesianas (colegios, parroquias, centros juveniles, plataformas sociales) estos días bullen de actividades de todo tipo: celebraciones eucarísticas, momentos de oración, novenas, procesiones, competiciones deportivas, musicales, verbenas… Una fiesta completa, porque todos los aspectos de la vida de los jóvenes se ven implicados estos días.
Es más, en la tradición salesiana son los jóvenes los protagonistas, y muchos de ellos, los más mayores de las diversas obras, preparan la fiesta para otros, y todos participan en una fiesta que sienten como suya. Salesianos y Salesianas sentimos con especial ternura la visita de chicos y chicas que ya dejaron el colegio o el centro juvenil pero que, años después ya adultos, siguen acercándose el 24 de mayo para visitar a María Auxiliadora.
Nos sentimos orgullosos de haber sembrado, y seguir haciéndolo, en el corazón de tantas generaciones el cariño hacia la Madre que, no podemos obviarlo, lleva entre sus brazos a Jesús y nos lo ofrece. Por eso, en la pastoral juvenil salesiana, la presencia de María es importante y se la presenta como modelo de creyente, señalando al Hijo que es la vida plena. Un 24 de mayo más, el de este año, que puede ser una buena ocasión para levantar los ojos y el corazón hacia María, y recordar lo que Don Bosco repetía a sus muchachos: “Acudid a María Auxiliadora y veréis lo que son milagros”. Él los vio en su propia vida.
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