Ramon Bassas valora su nombramiento como director general de Asuntos Religiosos Del Nord al Foc: toca arremangarse

Ramón Bassas
Ramón Bassas

"Lo acepté no sin miedo, o respeto (como todo lo que me han pedido que haga en esta vida, tanto en la política como en el mundo privado), pero también con muchas ganas de hacerlo bien"

"Si no debemos preguntarnos qué debe hacer mi país por mí sino qué puedo hacer yo por mi país, como resumió Kennedy, toca arremangarse. Y hacerlo desde la más firme voluntad de servicio público en el conjunto del país, gobernando por todos"

"Lo que me trajo, el compromiso por una sociedad más justa y libre, el anhelo por una Catalunya sin exclusiones, es idéntico, quizá incluso más fondo, todavía. Y los objetivos políticos no son nada sin ponerse, sin compartirlos, sin currar"

El día de santa Mónica me recibió en el Palau de la Generalitat el conseller Ramon Espadaler. Me había enviado un whattsap mientras estaba de vacaciones citándome. Con el presidente Salvador Illa habían decidido proponerme la Dirección General de Asuntos Religiosos de la Generalitat de Catalunya. Hablamos de ello un buen rato, con toda franqueza y cordialidad, y acepté ese honor. Hoy, por último, me ha nombrado el Gobierno. Lo acepté no sin miedo, o respeto (como todo lo que me han pedido que haga en esta vida, tanto en la política como en el mundo privado), pero también con muchas ganas de hacerlo bien.

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En primer lugar, porque cuando tu Gobierno, incluido el presidente, te pide algo, hay como una especie de deber patriótico (no sé decirlo de otro modo más moderno) que pasa por encima de otras muchas cosas. La Generalitat es la principal institución de autogobierno de Catalunya. Si todo esto nos lo tomamos en serio (el autogobierno, Cataluña) debemos implicarnos cuando viene la oportunidad. Si no debemos preguntarnos qué debe hacer mi país por mí sino qué puedo hacer yo por mi país, como resumió Kennedy, toca arremangarse. Y hacerlo desde la más firme voluntad de servicio público en el conjunto del país, gobernando por todos.

En segundo lugar, porque desde joven, casi adolescente, que soy del PSC, el partido que ha recibido más apoyos populares en las elecciones con el candidato que obtuvo más apoyos parlamentarios. No siempre he estado de acuerdo en algunas cosas. Tampoco me he escondido. Pero lo que me trajo, el compromiso por una sociedad más justa y libre, el anhelo por una Catalunya sin exclusiones, es idéntico, quizá incluso más fondo, todavía. Y los objetivos políticos no son nada sin ponerse, sin compartirlos, sin currar. No son nada sin "el ensuciamiento" de la realidad. El PSC ha confiado en mí en muchas ocasiones, por diversas responsabilidades y he intentado corresponder con todas mis capacidades. Las que tenía en cada momento y las que he adquirido. También he conocido a personas magníficas, la mayoría de las cuales, por varias razones, no recibirán estos encargos y continuarán al pie del cañón. Últimamente, he estado vinculado al grupo de Cristianos del PSC, donde me encuentro muy a gusto. Y todo esto me ha hecho muy feliz (sin olvidar que también he sufrido lo mío, como es natural). Me siento en deuda. Felizmente en deuda. Y con muchas ganas de seguir trabajando por un proyecto de país al que el PSC está abocado. "El PSC se creó con el objetivo principal de gobernar la Generalitat", creo que ha dicho alguna vez Raimon Obiols. Pues ave.

Y, en tercer lugar, porque la cuestión religiosa siempre me ha interesado, más allá incluso de mis creencias o convicciones. Me interesa porque abunda en el "más allá" de la realidad aparente y, sin embargo, no se acaba de entender a nuestro Occidente empeñado precisamente en trascender la apariencia (así nacen la física, las matemáticas, el psicoanálisis, el marxismo, la filología, la poesía o el arte contemporáneo). Me interesa porque es parte de la condición humana universal y desde el inicio de la humanidad, indisociable del resto, que interviene en la cultura tanto para expresarse como para influir en ella, a veces subrepticiamente.

Me interesa porque es parte de la condición humana universal y desde el inicio de la humanidad, indisociable del resto, que interviene en la cultura tanto para expresarse como para influir en ella, a veces subrepticiamente

Me interesa porque se pregunta sobre el fondo de las cosas, sobre lo que nos aguanta, sobre los "mandados", no tanto para descubrirlo (ya me gustaría) sino a menudo para hacerlo tambalear, para verla vanidad. Y me interesa porque en Cataluña que, como en el resto de España, que hemos pasado varios siglos sin otra referencia que la católica, hoy emerge como un país más diverso también en su configuración religiosa, con las ventajas y riesgos que supone. Esto ha hecho que, desde que dejé de ser concejal, mi vocación profesional se haya vinculado a proyectos de esta temática, especialmente ejerciendo de jefe de comunicación de Fragmenta, una editorial privada y aconfesional que, sobre todo, publica libros alrededor de la cuestión religiosa, sin ahorrar críticas, miradas diversas o incluso ateas. También me lo he pasado pipa y dejarlo es lo que más me duele. Huelga decir que, además, he aprendido mucho y que he conocido también a personas de alta valía.

Si todo va como parece, pues pronto seré nombrado. Iré del Nord al Foc (en la plaza del Nord está la sede de Fragmenta y en la calle del Foc, la de la Dirección General), que quizá sea como "bajar a los infiernos", que decimos en el Credo. No sé. Sí tengo buenas referencias de los trabajadores adscritos (siempre es bueno rodearse de gente mejor que tú, dicen, y lo confirmo), entre los que hay más de un ex director general de la cosa, que son funcionarios de carrera adscritos a este servicio. Entre ellos, Carles Armengol, mi predecesor, al que aprecio ya quien quiero agradecer sinceramente su dedicación, de la que sólo pienso aprender. Dedicación que ha incluido, pobre, algunas críticas mías. Sólo por eso, y la deportividad con la que siempre ha respondido, ya merecen todo elogio.

En fin. A ver si lo hago bien. Sea como fuere, seguiré el consejo de Salvador Espriu, en un poema que leyó el president Montilla el día que tomó posesión, aquí . El más humilde de los servidores.

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